El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos se disculpó este sábado oficialmente por el pasado esclavista de su país durante la época colonial, afirmando sentirse “personal e intensamente” afectado.
“Hoy estoy aquí frente a ustedes como su rey y como parte del gobierno. Hoy me disculpo”, declaró Guillermo Alejandro en un acto de conmemoración en Ámsterdam del 150º aniversario de la liberación de los esclavos en las colonias neerlandesas.
Miles de descendientes de esclavos de la sudamericana Surinam y de las islas caribeñas de Aruba, Bonaire y Curazao asistieron a esta tradicional ceremonia anual del “Keti Koti”, o “romper las cadenas” en sranan tongo, una de las lenguas de Surinam (ex Guayana Neerlandesa).
El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, ya había presentado en diciembre las disculpas del gobierno por el papel de su país en prácticas que calificó de crimen contra la humanidad.
Pero planeaban dudas sobre si el monarca asumiría la misma actitud por la trata de esclavos colonial que, según un informe, contribuyó ampliamente a acumular la fortuna de la Casa de Orange-Nassau de la cual desciende.
El rey dio finalmente ese paso y lo hizo en la fecha que reclamaban las organizaciones de conmemoración de la lucha contra la esclavitud.
“El comercio de esclavos y la esclavitud son reconocidos como crímenes de lesa humanidad”, declaró Guillermo Alejandro, de 56 años.
“Los monarcas y gobernantes de la Casa de Orange no tomaron ninguna medida contra ello”, agregó.
“Hoy pido perdón por la evidente falta de acción, en este día en el cual rememoramos la esclavitud en Países Bajos”, prosiguió el monarca, cuyo discurso fue transmitido en directo por televisión.
Descendientes de eslavos habían instado al rey a aprovechar esta ceremonia para afirmar su posición.
“Es importante que lo haga para poder digerir nuestro pasado esclavista”, declaró en mayo Linda Nooitmeer, presidenta del Instituto Nacional del Pasado y la Herencia de la Esclavitud (NiNsee) en una entrevista con la televisión pública neerlandesa NOS.
Fortunas reales
El movimiento Black Lives Matter a partir de 2013 en Estados Unidos intensificó el delicado debate sobre el pasado colonial y negrero que convirtió a Países Bajos en una de las naciones más ricas del mundo.
Según un informe solicitado por el ministerio neerlandés del Interior, publicado en junio, las colonias, donde la economía esclavista estaba ampliamente implantada, aportaron entre 1675 y 1770 a la familia real el equivalente de unos 545 millones de euros (595 millones de dólares).
Los reyes Guillermo III, Guillermo IV y Guillermo de Orange-Nassau, ancestros del actual monarca, figuran entre los principales beneficiarios de lo que el informe define como una “implicación deliberada, estructural y de largo aliento” de la corona neerlandesa en el esclavismo.
La trata de esclavos contribuyó en particular a financiar el “siglo de oro” neerlandés, un periodo de prosperidad erigido sobre el comercio de ultramar en los siglos XVI y XVII.
Se evalúa que la trata neerlandesa llevó a unos 600.000 africanos a las colonias neerlandesas de Sudamérica y el Caribe.
La abolición oficial de la esclavitud se remonta a 160 años, pero la aplicación real de esa medida solo se consiguió diez años después.
Guillermo Alejandro asumió el trono en 2013, tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz.
Está casado desde 2002 con la argentina Máxima Zorreguieta, con quien tiene tres hijas, las princesas Catalina Amalia, Alexia y Ariane de Orange-Nassau.
(Con información de AFP)
Seguir leyendo: