Han pasado solo unos días de la visita más exprés que el príncipe Harry ha realizado en su vida a Reino Unido. Pese a las grandes tensiones que existen entre él y su familia, el duque de Sussex no quiso perderse el gran día de su padre, Carlos III, y el pasado 6 de mayo viajó hasta la ciudad que le vio nacer para ver, desde tercera fila, como era coronado.
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Fue un viaje breve, de apenas unas horas, pero más que suficiente para convertirle en protagonista de cientos de titulares alrededor del mundo. En solitario, pues su mujer, Meghan Markle, decidía quedarse en su casa de California, el príncipe fue escrutado al mínimo durante esta reaparición tan esperada, la primera junto a su familia tras la publicación de su polémico libro de memorias, Spare, en el que expuso su infancia como miembro de la Casa Real.
Siguiendo el protocolo, todo salió bien y Harry pudo volver a su hogar sin incidentes ni polémicas. Sin embargo, dentro de muy poco tendrá que regresar a Gran Bretaña. En esta futura nueva estancia, que tendrá lugar en junio, sin embargo, no se encontrará con ningún familiar, pues el motivo tiene que ver con la demanda que interpuso contra el Mirror Group Newspaper por supuestamente haber practicado escuchas telefónicas.
Tal y como ha desvelado su abogado, David Sherborne, está previsto que la vista se prolongue durante siete semanas, según el calendario pactado provisionalmente. Y en el caso de su cliente, el príncipe Harry, se “explicará en persona cuando venga a testificar a su debido momento”.
Esta será la primera vez que un miembro de la Familia Real británica se siente en el banquillo de los testigos. Todo un hito que, según el letrado del príncipe, “ayudará” a entender las “herramientas fraudulentas” de la prensa sensacionalista desde 1991 a 2011 y que “será en beneficio de todas las demandas. El príncipe Harry fue sometido a los métodos más intrusivos de obtención de su información personal”, afirmó.
Sin embargo, esta no será la primera vez que el hijo de la desaparecida Lady Di tiene que viajar a Reino Unido por este motivo. El pasado mes de marzo, a dos meses antes de la coronación, acudió por sorpresa al juicio contra el grupo de prensa. Si bien su viaje tenía intención de ayudar a mejorar su perjudicada imagen logró el efecto contrario pues, como todavía no había respondido a la invitación de su padre para la entronización, se percibió como una provocación.
Pequeña victoria
En medio de la preparación del juicio el príncipe Harry ha obtenido una pequeña victoria. El grupo Mirror ha admitido por primera vez su responsabilidad en la “captación ilícita de información” referente al hijo pequeño de Carlos III. En ese sentido, le ha ofrecido sus disculpas públicas y ha reconocido que tiene derecho a una indemnización, que no ha sido desvelada.
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“MGN se disculpa incondicionalmente de todas las instancias de UIG (captación ilegal de información) y asegura a los demandantes que esa conducta nunca más se repetirá”, ha dicho la empresa a través de un comunicado. Según desvela, la información de seguimiento de Harry tuvo lugar en febrero del año 2004 y está relacionado con “su conducta en la discoteca Chinawhites” de Londres, que acabó en las páginas de People.
En este ‘mea culpa’, sin embargo, también hay un mensaje hacia la Casa Real, pues en la documentación legal presentada por la defensa se asegura que “muchos (artículos) provinieron de información divulgada por o en nombre de las casas reales o miembros de la familia real”. Una información que, de ser cierta, podría suponer un nuevo quebradero de cabeza para el recién coronado Carlos III.
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