Durante la primavera de 1979, el entonces principe Carlos, hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, con tan sólo 30 años, se encontraba en Cottesloe en Perth, Australia, en una gira de estado en representación su madre.
Carlos, a quien le gustaba mantenerse en forma, fue a la playa muy temprano en la mañana para practicar un poco de natación cuando de manera sorpresiva Jane Priest, una modelo de 26 años, lo interceptó vistiendo un bikini, se le acercó sonriendo y le dio un beso en la mejilla.
En primera instancia, el momento pareció una picardía espontanea de la modelo, quien de manera audaz habría diseñado la oportunidad para acercarse al príncipe es su paso por la isla.
El momento quedó captado en fotografías en las que se logra apreciar el beso que le dio Priest a Carlos, mientras salían juntos del mar.
Sin embargo, varios años después, en 2012. El fotógrafo Kent Gavin, quien fue el encargado de inmortalizar ese instante con el lente de su cámara, confesó al diario Evening Standard de Londres, que fue él quien le pedió a Priest que “corriera y besara” al príncipe para crea un lindo retrato.
“Cuando me vio, se zambulló en el agua, así que pensé en seguirlo, pero cuando entré, salió”, dijo Priest al periódico. “Así que lo seguí, con el cabello arruinado, el maquillaje arruinado, y me sentí como una idiota. De hecho, fui y puse mis manos sobre su pecho para darle un beso y Carlos dijo: ‘No, no puedo tocarte, no puedo tocarte’”.
A pesar del incómodo episodio que le hicieron vivir al monarca, la difusión del momento generó un cambio en la forma en la que Carlos era percibido en esos años: pasó de ser un príncipe tímido y retraido a convertirse en una figura que se mostraba atractivo.
Además, era la primera vez en la que se podía ver a un miembro de la familia real británica vistiendo traje de baño, e incluso, usando shorts tan cortos, lo que hizo que obviamente la imagen se difundiera por una gran cantidad de medios alrededor del mundo.
Pero la imagen de Carlos no fue la única beneficiada con las fotos, Jane Priest, quien para entonces era una joven madre, logró catapultar su fama de la noche a la mañana, logrando tener una carrera exitosa, tanto en el modelaje como en la televisión.
“Ahí estaba uno de los hombres más poderosos del mundo y era absolutamente adorable”, dijo la modelo al Evening Standard. “Estuve totalmente asombrada por ese par de minutos”, agregó.
La coronación como rey del Reino Unido de Carlos III y la reina Camila será este sábado en Londres en una compleja ceremonia en varios pasos, anclada en la tradición aunque ligeramente modernizada, tras la cual el Reino Unido vivirá tres días de festejos.
La ceremonia dará lugar a una de las “operaciones de seguridad más importantes” que haya conocido el país, explicó el gobierno, buscando tranquilizar tras la detención de un hombre la víspera frente al palacio real.
Más de 2.000 personas, entre jefes de Estado, reyes y miembros de diversas monarquías, políticos y representantes de la sociedad civil asistirán a la Abadía de Westminster, en el centro de Londres.
Decenas de miles de curiosos abarrotarán el Mall, la gran avenida que parte del Palacio de Buckingham, para ver pasar la carroza real, acompañada en procesión por miles de militares en uniforme de gala, para la primera coronación de un monarca británico en 70 años.
Y pese a que el rey quiso organizar un evento de menor magnitud que la coronación de su madre en 1953 o los funerales de esta en septiembre, el acto requerirá un imponente operativo de seguridad.
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