A poco menos de dos semanas para la coronación del nuevo rey de Inglaterra, Carlos III, la ceremonia que se realizará en la Abadía de Westminster será similar a la que se lleva a cabo desde hace mil años.
Sin embargo, cada una tiene variantes con respecto a la anterior y es una forma de reflejar el paso del tiempo en Gran Bretaña.
Las edades
La edad es una de las diferencia notables entre el actual rey y sus predecesores. Carlos tiene 74 años y Camilla 75. Su madre, la reina Isabel II, tenía tan solo 27 años el día de su coronación y caminó sola por la Abadía de Westminster, representando “la promesa de la juventud”, dijo Sally Bedell Smith, autora de Jorge VI y Elizabeth: el matrimonio que salvó a la monarquía, al medio TIME. Su padre, Jorge VI, tenía solo 41 años y la Reina Madre solo 36 el día de su coronación.
Pero la “promesa de la juventud” estará representada en la coronación de 2023 por el hijo mayor de Carlos, William, el Príncipe de Gales que es el siguiente en la línea de sucesión al trono y quien será el único al que se le permitirá arrodillarse ante su padre y besar su mejilla derecha durante la ceremonia, informó el Sunday Times.
Reina Consorte y coronación doble
Camilla será la primera en ostentar este título desde la coronación del rey Jorge VI, y su esposa, la reina madre Isabel, el 12 de mayo de 1937. Además de que será la primera vez, también desde esa fecha que se realizará una coronación de un rey y reina consorte.
“En el caso de Jorge VI y la reina Isabel, fue realmente su oportunidad de demostrar que la monarquía estaba en buena forma, después del trauma de la abdicación que había ocurrido solo cinco meses antes”, explicó Smith.
Cabe recordar que cuando Isabel II asumió en 1952, el príncipe Felipe no recibió el título de rey consorte.
La situación del país
Tras el escándalo de la abdicación de Eduardo VIII y la asunción al trono de Jorge VI, Gran Bretaña se hallaba sumida en caos. A lo que se le sumó el hecho de que Hitler se encontraba al mando de Alemania.
En la nota del TIME Smith argumenta que los británicos dieron la bienvenida a la celebración en tiempos tristes. “Teníamos a Hitler en el poder, ocupado en rearmarse y prepararse para la guerra, la terrible depresión económica, muchas situaciones amenazantes, particularmente en Europa pero también en Gran Bretaña”, dice. “Sin embargo, la coronación fue muy elaborada. Millones de personas estaban allí, y creo que la gente realmente quería ver una gran celebración”.
Gran Bretaña también estaba en una situación desesperada cuando Isabel II, sucedió a su padre tras su muerte el 6 de febrero de 1952. En el momento de su coronación, más de un año después, Gran Bretaña todavía sufría las privaciones que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, y la escasez de bienes básicos eran comunes, agregó Smith. Y, sin embargo, los británicos optaron por hacer todo lo posible con una ceremonia de coronación tradicional, que TIME señaló que costó 25 veces más que la primera toma de posesión del presidente Eisenhower.
En contraposición, la coronación de Carlos III ha sido anunciada como un trámite simplificado ya que millones de británicos enfrentan una crisis del costo de vida debido a la inflación y los costos de energía. En la nota del TIME, Smith ve un paralelismo en el sombrío clima económico actual y argumenta, “Ahora tenemos una situación en la que hay mucha división e incertidumbre económica. Y entonces vemos al Rey tratando de lograr un equilibrio entre honrar esa tradición y subrayar la continuidad de esta ceremonia al tiempo que reconoce que Gran Bretaña es muy diferente”.
La aceptación de la monarquía
Si bien la mayoría de los británicos todavía están a favor de una monarquía, algunas encuestas sugieren que ese número ha disminuido constantemente durante la última década. Una reciente encuesta de Ipsos demostró que el 68 % apoyaba a la monarquía en 2022, frente al 80 % en 2012. Los jóvenes británicos tienden a ser más antimonárquicos, y ese ha sido el caso durante las últimas tres décadas, comentó el medio norteamericano.
El apoyo a la monarquía seguía siendo alto cuando Isabel subió al trono. El número de TIME publicado después de su coronación declaró, “Cinco emperadores, una docena de reyes y una veintena de dinastías menores han desaparecido en las guerras, revoluciones y otras dislocaciones del siglo XX. El imperio británico también está disminuido, pero ni la guerra caliente ni la guerra fría, ni la fisión nuclear ni social han empañado el oro brillante de la corona británica. En una era que tiende a rechazar el ritual, burlarse de la virtud y llamar a la magia coincidencia, la corona que se colocó esta semana sobre la cabeza de Isabel II fue más generalmente aceptada porque fue más entendida, más amada porque más respetada que nunca antes”.
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