El rey Carlos III, encargó personalmente la composición de doce nuevas piezas musicales que sonarán durante su coronación y la de la reina consorte, Camila, el próximo 6 de mayo en la Abadía de Westminster, así lo confirmó este sábado el Palacio de Buckingham.
Las nuevas piezas representarán un “amplio rango de estilos musicales” que unen “tradición, herencia y ceremonial” junto con “voces de hoy en día”, detalló un portavoz de la residencia oficial del monarca.
El encargo refleja “la pasión y el apoyo que el rey ha otorgado a la música y las artes durante toda su vida”, detalló el Palacio.
Andrew Nethsingha, organista y maestro de coristas de la Abadía de Westminster, supervisará todos los arreglos musicales y dirigirá las representaciones durante la ceremonia en Londres.
El responsable musical de la Royal Opera House, Antonio Pappano, ejercerá por su parte de director de la Orquesta de la Coronación, una formación seleccionada para la ocasión en la que participarán músicos de diversos “ensembles” británicos, incluida la Orquesta Filarmónica Real.
Las piezas encargadas por Carlos III incluyen un Himno de la Coronación, compuesto por Andrew Lloyd Webber, una Marcha de la Coronación, a cargo de Patrick Doyle, y un solo de órgano de Iain Farrington.
Entre otras interpretaciones, el Ensemble de Canto Bizantino participará en la ceremonia con música griega ortodoxa como tributo al padre del soberano, el príncipe Felipe de Edimburgo, nacido en Grecia y fallecido en abril de 2021.
“Toda ceremonia de coronación es una mezcla de tradiciones hondamente enraizadas e innovación contemporánea”, señaló Nethsingha en un comunicado del Palacio.
“Como fue el caso en las cuatro coronaciones que se celebraron en el siglo XX, la elección de la música refleja el acervo cultural de la época en la que vivimos”, agregó.
Entretanto, la histórica Corona de San Eduardo, que ha sido la pieza central de las ceremonias de coronación de los monarcas en Inglaterra durante más de 350 años, fue modificada para la coronación del rey Carlos III.
La corona se ha utilizado desde la investidura del rey Carlos II en 1661, después de que la monarquía fue restaurada tras la república de 10 años de Oliver Cromwell.
La Joya de San Eduardo sustituyó a una versión medieval, que se cree que databa del reinado de Eduardo el Confesor en el siglo XI y que fue fundida en 1649. Se cree que la original se remonta a Eduardo el Confesor, que reinó en 1042-1066.
El palacio está planeando la coronación, conocida como Operación Orbe Dorado, ya que Carlos y su heredero, el príncipe Guillermo, buscan demostrar que la monarquía sigue siendo relevante en la Gran Bretaña moderna y multicultural.
Tras la muerte de Isabel II a los 96 años el pasado septiembre, las diversas coronas símbolo de su reinado pasarán a su hijo y deberán ser agrandadas para adaptarlas a su talla.
Para ello, será necesario incrementar su circunferencia y agregar algunas piedras preciosas, el proceso contrario al que se llevó a cabo cuando ascendió al trono la anterior soberana, según han descrito medios británicos.
(Con información de EFE)
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