A poco menos de tres meses de la coronación del rey Carlos III y la reina consorte Camila, el Palacio de Buckingham ha anunciado, en las últimas horas, otro cambio sobre la ceremonia. Desde que comenzó su planificación, el evento ha sufrido cambios a las tradiciones impuestas por la familia real ya que el nuevo monarca busca evitar las críticas y sintonizar la monarquía con el mundo moderno.
El más reciente cambio tiene que ver, sin embargo, con la Reina. En esta oportunidad, Camila llevará una corona distina a la utilizada por su antecesora, Isabel II, en 1937 a fin de evitar un conflicto con la India. Esta pieza tiene la particularidad de tener encrustado uno de los diamantes más célebres de la historia y uno de los más disputados: el Koh-i-Noor.
Esta joya -cuya traducción significa ‘montaña de luz’- fue tomada de un príncipe indio de 11 años en la década de 1840 para ser entregado a la entonces reina Victoria. Desde ese momento, el diamante de 105,6 quilates -y uno de los más tallados del mundo- ha sido una de las joyas tradicionales de la monarquía británica así como un recuerdo constante del hurto al país asiático.
“El Koh-i-Noor es un punto de conflicto real y serio”, comentó Lauren Kiehna, escritora e historiadora de joyas reales, en su blog Court Jeweller, y agregó que “Carlos y Camila desearían evitar críticas adicionales cuando sea posible y Carlos, en particular, siempre ha parecido sensible al hecho de que las joyas pueden tener un simbolismo significativo”. “La coronación de Camila y el uso de la joya de la corona Koh-i-Noor trae recuerdos dolorosos del pasado colonial”, sostuvo por su parte un portavoz del partido político del primer ministro indio Narenda Modi al Daily Telegraph.
Es por ello que, este martes, desde Buckingham aseguraron que Camila usará una corona que supo pertenecer a la reina María, quien ocupó su rol entre 1910 y 1936. Según el anuncio del Palacio, la elección por parte “de su majestad” se basó en cuestiones económicas y no culturales. “Es la primera vez en la historia reciente que se utilizará una corona existente para la coronación de una consorte en lugar de realizar una nueva en aras de la sostenibilidad y la eficiencia”, sotuvieron sin mencionar el diamante en disputa.
De esta manera, las autoridades pusieron fin a los rumores que, desde el pasado septiembre tras la muerte de Isabel II, habían surgido en torno a la posibilidad de que el Koh-i-Noor estuviera presente en otra coronación. Tras conocerse la noticia, el Palacio agregó que la corona de la reina María ya fue retirada de la Torre de Londres -donde se almacenan todas las joyas reales- para ser restablecida con tres diamantes Cullinan. Éstas son gemas de menor tamaño extraidas de una piedra de Sudáfrica forman parte de la colección de la Reina difunta que, en general, utilizaba como broches.
A pesar de que el rey Carlos quiera evitar reavivar las tensiones con la India, el reclamo por este diamante data de hace muchos años y difícilmente será solucionado con acciones de este tipo. En el pasado, los gobiernos del país asiático han presionado para que la joya sea devuelta e, inclusive, es sabido que los visitantes del país y de Pakistán sueñan con robar la pieza de su sitio en la Torre -algo a lo que el primer ministro Dave Cameron respondió en 2010 asegurando que esta ‘montaña de luz’ se quedaría en el Reino Unido-.
El anuncio del Palacio de Buckingham llega en un momento delicado de la relación entre ambos países ya que se conoció, en las últimas semanas, que la India superó al Reino Unido como la quinta economía más grande del mundo, justo cuando se están desarrollando negociaciones para un acuerdo comercial que se aspira a concretar este año.
A esto se suma el documental que la BBC emitió sobre el papel del primer ministro Narendra Modi en las violentas protestas en Gujarat en 2002, las cuales las autoridades indias calificaron como “propaganda hostil” y por lo que, inclusive, registraron las oficinas del medio en el país.
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