La reina Isabel II ideó un plan para “rehabilitar” al príncipe Andrés luego del escándalo de abuso de menores que desencadenó el caso Epstein.
La monarca esperaba que su hijo se dedique a obras de caridad como una “ruta de regreso a la vida pública”, aseguró una fuente al diario Daily Mail.
Los amigos del duque afirmaron que la difunta reina creía que su hijo podría seguir un camino hacia la redención al “estilo Profumo” a través de buenas obras discretas. El deshonrado ministro John Profumo se dedicó al trabajo de caridad después de verse obligado a renunciar al gobierno en la década de 1960 por su romance con Christine Keeler.
“La madre de Andrew sugirió que el camino a seguir era una causa benéfica”, dijo una fuente a The Independent.
“Otros miembros de la familia estuvieron de acuerdo y lo vieron como su única forma de rehabilitación”.
El medio aseguró que no se cree que el príncipe haya asumido ningún papel de caridad en los últimos años.
Sus críticos se han preguntado si las organizaciones querrían involucrarse con él tras el escándalo de Epstein y su acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre, una conocida víctima del pedófilo estadounidense, quien también acusó al príncipe de agresión sexual.
Andrés siempre negó con vehemencia la acusación y enfatizó que no hubo admisión de responsabilidad como parte de su acuerdo multimillonario.
A pesar de despojar públicamente a su supuesto “hijo favorito” de sus patrocinios y prohibirle usar oficialmente su título de Su Alteza Real, se sabía que la Isabel II simpatizaba con su situación.
El Daily Mail informó que antes de morir, la reina ayudó al duque a pagar el acuerdo con Giffre.
Ahora, fuentes le comentaron al medio que se dice que Andrés está considerando sus opciones legales después de que la Sra. Giuffre abandonara un caso similar de abuso sexual contra el abogado estadounidense de alto perfil Alan Dershowitz, diciendo que podría haberse equivocado al acusarlo.
Los amigos del príncipe dicen que él es una figura solitaria en Royal Lodge, la casa de Windsor que comparte con su ex esposa, Sarah Ferguson.
Se dice que tiene la esperanza de volver a los deberes reales si es capaz de anular el acuerdo de los EE.UU., pero esto se consideró una “ilusión” en el Palacio de Buckingham, independientemente del resultado.
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