Denuncias de racismo e intento de suicidio en el final de Harry & Meghan: “Fui entregada a los lobos como carnada”

Se acaban de estrenar en Netflix los últimos tres episodios de la escandalosa serie documental de los Duques de Sussex. Las críticas de Harry hacia su hermano. La depresión de Meghan que provocó que pensara en quitarse la vida. La salida de la monarquía. La tensión con Kate. Y sospecha de la connivencia entre la Corona y la prensa británica

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Harry y Meghan en los
Harry y Meghan en los tres últimos episodios de la serie de Netflix donde narran su salida de la Casa Real británica (Crédito: Netflix)

Peleas fraternales, presión de la prensa, estados depresivos que hacen surgir ideas suicidas, escándalos públicos, traiciones, racismo, mentiras de su hermano para perjudicarlo, desmembramientos familiares y el pase de varias facturas pendientes, entre muchas otros temas y revelaciones.

En la madrugada de hoy se estrenaron los tres capítulos finales de Harry & Meghan, la miniserie documental que provocó una conmoción en la realeza y cuya primera parte se convirtió en muy pocos días en la producción documental más vista de la historia de Netflix.

Si en las tres primeras entregas no había grandes revelaciones ni declaraciones estridentes, si las críticas hacia la familia real había que leerlas entrelíneas, en este cierre los ataques son contundentes y los cañones de Harry se centran sobre su hermano William. Hasta lo señala porque uno de sus empleados hubiera declarado en contra de Harry en un juicio.

Imagen de promoción del documental
Imagen de promoción del documental "Harry & Meghan" de Liz Garbus. (Netflix vía AP)

Naturalmente la prensa británica sigue siendo, para la pareja, la gran enemiga y la causante de todos sus males. Esto es llevado hasta el extremo cuando Harry acusa a los tabloides de ser los responsables directos del aborto espontáneo que sufrió Meghan hace un par de años, antes de quedar embarazada de Lilibet.

En estos capítulos si bien no se critica abiertamente ni a la Reina Isabel ni al actual Rey Carlos, padre de Harry, se pone en tela de juicio el funcionamiento y las conductas de la Institución (así la llaman cada vez), es decir de la Corona Británica y de la familia real. Se habla y se critica con constancia a la Institución.

El cuarto capítulo, el primero de los estrenados, comienza con la boda real. El vestido largo, la pompa, las multitudes al costado del camino, la televisación a todo el mundo.

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La última parte del documental,
La última parte del documental, a diferencia de la primera, esta llena de crudas declaraciones contra la Corona Británica por parte de la pareja

Meghan entra a la iglesia del brazo del Príncipe Carlos. El padre de ella había decidido no concurrir.

Meghan se presenta a sí misma como la renovación de la realeza. En una metáfora algo extraña se compara con un pez y dice que era el organismo extraño que iba a entrar y cambiar todo, a darle el empujón necesario para hacerla ingresar en el Siglo XXI.

Narra el primer encuentro a solas con la Reina, la primera actividad social que compartieron. Dice que la pasó genial y que la trató como a la abuela de su marido. Esa voluntad para volver terrenal a la monarquía –aunque por momentos algo forzada- está presente en todo el documental. Puede tratarse también de una sutil forma de desdén hacia la Institución.

En medio de una gira por Oceanía, la pareja anuncia que esperan su primer hijo. Afirman que después de eso todo cambió. Lo atribuyen al éxito que tuvieron durante esa visita oficial y al eco en la prensa. Harry lanza el primero de los múltiples dardos dirigidos a su hermano y su cuñada: “Es un problema que alguien haga el trabajo mejor que el que nació para hacerlo”.

Harry y Meghan bailan la
Harry y Meghan bailan la noche de su boda (Crédito: Netflix)

La tesis central es que Meghan opacaba al resto. En cualquier evento real ella se llevaba las portadas de los diarios y los demás no lo soportaban. Los celos, dicen Meghan y Harry, fueron una de las principales causas de su ostracismo familiar. “A mamá le pasaba lo mismo”, completa Harry.

Mientras ellos hablan, en la pantalla pasan los titulares de los diarios que afirmaban que la Reina estalla contra Meghan por sus comportamientos de diva.

Si todo el tiempo acusan a los medios de hostigamiento y de ser los principales causantes de sus desgracias, se quejan también de que a Kate la alababan por los mismos motivos que la criticaban a Meghan.

Harry, sobre su papel ante
Harry, sobre su papel ante la depresión que sufrió Meghan: “No supe manejarlo. Lo hice como el Harry de la Institución, de la realeza y no como el Harry esposo”

Lo que en cada plano y cada testimonio parecen afirmar es que Harry y, en especial, Meghan fueron víctimas de una persecución orquestada, de un pacto espurio y secreto entre la Monarquía y la prensa. La idea era disciplinarlos, aislarlos para que no desestabilizaran las dinámicas de poder. Pero según ellos hay otro motivo más: el racismo.

La madre de Meghan cuenta que su hija estaba tan mal que hasta pensó en quitarse la vida (luego la misma Meghan lo dará a entender en una entrevista con Oprah). “Los buitres la atacaban todo el tiempo”, dice la mujer. Y Meghan hace una acusación más fuerte aún. Afirma que no la dejaron buscar ayuda profesional para tratar su depresión porque se convertiría en un escándalo si se llegaba a saber. Le dijeron que debía soportarlo como lo hacían los demás miembros de la familia.

Harry hace un mea culpa respecto a su reacción en esa instancia: “No supe manejarlo. Lo hice como el Harry de la Institución, de la realeza y no como el Harry esposo”.

El siguiente paso del conflicto fue la separación entre las oficinas de los dos hermanos. Era algo que, según Harry, habían prometido no hacer. La suposición es que el detonante fue la tensión creciente entre las concuñadas, entre Kate y Meghan y su choque de estilos.

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Meghan contraatacó con la una nota de tapa en la revista People de Estados Unidos. Sus contactos en Hollywood todavía eran útiles. Cinco de sus amigas hablaban bien de ella y contaban sus padecimientos permanentes. La Corona no se tomó bien este movimiento. La tensión seguía creciendo.

Todo pareció distenderse en mayo del 2019 con el nacimiento de Archie, el primer hijo. Pero se volvió a enrarecer el aire cuando la reciente madre dio una entrevista y contó que la había pasado mal y dio a entender que se había sumido en un estado depresivo. Otras vez las críticas y las molestias. Harry se lamenta: “Insistían en que el problema era ella y no el ambiente”.

Los temas evidentes de este cuarto capítulo son la incomprensión de la Corona, la evidencia de que Meghan no encaja, su depresión y que algo se rompió dentro de la familia real.

“La prensa tenía claro que
“La prensa tenía claro que el Palacio no defendería a Meghan. Cuando se dieron cuenta de eso, las compuertas se abrieron”, dice Harry. Meghan agrega: "Me di cuenta que me habían entregado a los lobos y me ofrecían como carnada” (Crédito: Netflix)

El quinto episodio comienza con otra afirmación contundente de Harry, con otra acusación: “La prensa tenía claro que el Palacio no defendería a Meghan. Cuando se dieron cuenta de eso, las compuertas se abrieron”. Y Meghan completa: “Ahí me di cuenta que me habían entregado a los lobos y que además me ofrecían como carnada”. Según ellos, hablar de las miserias y problemas de Meghan cubría la cuota de noticias monárquicas que necesitaban los tabloides a diario. Ella era el chivo expiatorio; filtraban noticias de la exactriz para tapar la de los otros.

Un nuevo problema se sumó. O en realidad se reactivó uno viejo: el padre de Meghan salió a hablar de nuevo. Ella le respondió con una carta privada, a sugerencia de los asesores de la Corona. Pero el Daily Mail la consiguió y la publicó. Pese al consejo de la Corona, Meghan y Harry accionaron contra el diario por violación a la identidad. La batalla legal duraría mucho tiempo.

Las muestras de autonomía o de rebeldía de la pareja se multiplicaron. Rompieron la tradición y no pasaron navidad con la Reina. Meghan, pareciera, intentaba forzar las definiciones. Se puso a pulsear contra un gigante. Tal vez, actuó de manera precipitada siguiendo sus instintos (o su vocación protagónica). Tal vez, creyó que tenía alguna posibilidad de triunfo.

Una imagen de Harry@Meghan, el
Una imagen de Harry@Meghan, el documental de seis capítulos de Netflix

Ya al borde la ruptura total surge un camino alternativo para enfriar los ánimos: Que Harry y Meghan se mudaran a algún territorio de la Commonwealth para alejarse del conflicto y seguir representando a la Reina. Las opciones fueron Nueva Zelanda, Sudáfrica y Canadá. Pero cada vez, antes de que sucediera, la noticia se filtraba a la prensa y el proyecto se abortaba.

En medio de esas turbulencias, Harry intentó ver a su abuela pero se lo impidieron (o ella no quiso hacerlo). Durante una semana no consiguió encontrarse con ella. La respuesta fue contundente: sin avisarle a nadie la pareja emitió un comunicado informando que comenzaban una transición para ir separándose de la Corona.

Los medios afirmaron que nadie de la Familia Real sabía del tema. En el documental Harry y Meghan no afirman que les avisaron, dicen nada más que “se venía hablando del tema hacía tiempo”.

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Después que Harry intentó sin
Después que Harry intentó sin éxito ver a la Reina Isabel, todo se rompió, y la pareja comenzó su transición a abandonar la Corona: "Fue espantoso. Mi hermano me gritó, mi papá dijo cosas que no eran reales, mientras mi abuela estaba ahí, sentada en silencio" (Crédito: AP)

El escándalo fue mayúsculo. En los medios y dentro de la familia. “Fue espantoso. Mi hermano me gritó, mi papá dijo cosas que no eran reales, mientras mi abuela estaba ahí, sentada en silencio”, cuenta Harry. Y afirma que esto lo terminó de separar definitivamente de su hermano. También se vuelve a quejar de cómo se informó de la situación

Y carga contra la Corona en su totalidad, sin personalizar: “No tuvieron problema en mentir para proteger a mi hermano, pero en tres años no recurrieron a la verdad para protegernos a nosotros”, afirma en una de las frases más polémicas de su intervención.

Este quinto capítulo, que narra el Megxit, la ruptura con la Corona Británica, es también un compendio de las acusaciones de Meghan y Harry contra todos. Parece un catálogo exhaustivo de la agenda de ofensas y señalamientos de la actualidad. Ellos dicen haber sido víctimas de racismo, misoginia, discursos de odio, fake news, trolls, de campañas orquestadas en su contra y hasta de gaslighting, es decir, la manipulación para que la víctima dude de su propio juicio o memoria.

Meghan aparece como una víctima
Meghan aparece como una víctima constante en el documental: "Me sacrifiqué por un país que no es el mío", señala

Meghan aparece como una víctima constante: “Me sacrifiqué por un país que no es el mío”, llega a decir. La presentan como alguien que fue perseguida por haberse convertido en un símbolo de la justicia social (eso lo dice textualmente una de las entrevistadas), para disciplinar, para que los demás no se animen.

El sexto y último episodio comienza con la mudanza de la pareja a Los Ángeles, días antes del comienzo de la epidemia del Covid, porque en Canadá la Corona les había quitado la custodia. Lo llaman El Vuelo de la Libertad, dándole épica aunque se trate de un confortable y lujoso avión privado. Se recluyen en la casa de Tyler Perry, un actor y productor norteamericano.

Harry dice que lo que pasó “no fue una transición sino una paliza” que les propinaron.

Meghan, Harry y el pequeño
Meghan, Harry y el pequeño Archie en una imagen inédita que aporta el documental de Netflix

Se muestra la entrevista de Meghan con Oprah. Los medios pasaron por alto las manifestaciones de Meghan sobre su depresión y se centraron en el señalamiento del racismo dentro de la familia real. La Corona debió a salir a desmentir.

Hay algunas escenas que son involuntariamente graciosas. En una de ellas, Harry y Meghan meditan –llegan hasta las lágrimas- sentados juntos en el sillón, mientras realizan la entrevista y con las cámaras prendidas. En otra, ella recibe un mensaje de apoyo de Beyoncé y se activa el cholulismo de ambos ante el equipo de filmación.

Los malos momentos se acentúan cuando ella sufre un aborto espontáneo del que Harry no duda en culpar a los medios.

Y la zozobra los vuelve a ganar cuando un ex colaborador de ellos, los complica en el juicio contra el Daily Mail aportando mensajes de texto y de información confidencial. Descubren que ese hombre ahora trabaja para William. Por lo tanto se convencen de que todo se trató de una maniobra más del futuro rey (o de que al menos contaba con su anuencia). Y afirman que existe connivencia entre la Corona y la prensa.

Harry, Meghan y un beso
Harry, Meghan y un beso para las cámaras en el documental dirigido por Liz Garbus para Netflix (Netflix vía AP)

Cuando Harry regresa a Inglaterra para el funeral de su abuelo, vuelve a tener conversaciones y discusiones álgidas con su padre y su hermano: “Probablemente nunca nos van a pedir perdón ni rendirán cuentas por lo hecho” afirma.

Pero a partir de ese momento la narrativa del documental varía. Nace Lilibeth Diana, la segundo hija de la pareja. Muestran un panorama idílico, afirman que en Los Ángeles pueden hacer cosas que no podrían hacer en Inglaterra y Meghan finaliza leyendo la carta que leyó durante su casamiento. En la misiva describe un cuento de hadas moderno y afirma que el amor siempre vence.

Ese es el mensaje final que la pareja pretende brindar aunque es muy poco probable que los espectadores, después de ver los seis capítulos, tengan la misma alta opinión de Harry y Meghan que ellos tiene de sí mismos.

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