La avalancha de dolor por la muerte de la reina Isabel II obligó al gobierno de Gran Bretaña a paralizar temporalmente este viernes el ingreso de más gente a las kilométricas filas de la capilla ardiente, horas antes de que el rey Carlos III y sus hermanos participen velen el féretro de su madre en el histórico Westminster Hall.
El seguimiento en vivo de la fila indicó que estaba “llena” y que la entrada se “pausó” durante seis horas debido a que el tiempo de espera rondaba las 14 horas. La fila se extendía a lo largo de 8 kilómetros, desde el Parlamento al Southwark Park, en el sur de Londres, y luego alrededor del parque.
Caroline Quilty, de Londres, dijo que llegó a la fila alrededor de las 04:00 de la madrugada del viernes.
“Creo que es un momento histórico y si no viniera a conmemorarlo, a verlo y a formar parte de él, creo que me arrepentiría mucho”, señaló.
Miles de personas llegadas de varios puntos del Reino Unido así como algunos turistas avanzan a buen paso desde aproximadamente el puente de Londres hasta las Casas del Parlamento, donde deben pasar controles de seguridad de estilo aeroportuario antes de acceder al Westminster Hall.
Una vez en la capilla, los ciudadanos pueden rodear el ataúd, velado por guardias, y solo detenerse brevemente para hacer una reverencia o guardar un momento de reflexión, antes de volver a salir al exterior.
Las autoridades londinenses han hecho preparativos para acoger una cola de hasta 16 kilómetros a lo largo de la ribera sur del río, pero de momento su longitud ha sido mucho más reducida, según el seguimiento en vivo que ofrece el Ministerio de Cultura.
Esto podría no obstante cambiar el fin de semana y hasta que la capilla ardiente se cierre al público, a las 06.30 hora local del lunes (05.30 GMT), cuando los restos de la soberana serán trasladados a la cercana abadía de Westminster para su funeral de Estado.
En el recorrido marcado para la fila se han instalado lavabos portátiles y voluntarios de la Cruz Roja, unos 600 profesionales sanitarios y en torno a 180 miembros de la organización sin ánimo lucro Samaritans están disponibles para ayudar al público.
La gente -muchos de ellos personas mayores o de mediana edad, en buena parte mujeres- mantiene un espíritu positivo, de colaboración, ilusionada por decir adiós a la soberana y por vivir un momento histórico.
(Con información de EFE y AP)
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