La primera lectura pública este sábado, desde el balcón del patio del palacio londinense de Saint James, de la proclamación del rey Carlos III estuvo acompañada de salvas de cañón y una interpretación del himno nacional, en el que desde ahora se sustituye el “Dios salve a la reina” por “Dios salve al rey”. Y se escuchó fuerte tres veces el “Hip, hip, hurra”, las vivas para el flamante soberano.
El cargo militar ceremonial conocido como Rey de Armas de la Jarretera leyó “la primera y principal Proclamación”, culminada por una fanfarria y desfile militar, que será recitada también en la antigua City de Londres (hoy su centro financiero) y en Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
El Rey de Armas pidió al final “tres hurras por su majestad el rey”, a lo que la Guardia Real respondió con hurras y levantando sus gorras de piel de oso.
Previamente, el Consejo de Ascensión -institución ceremonial que solo se convoca cuando hay nuevo monarca- pronunció dentro del palacio esta misma proclamación, en la que se constata formalmente la muerte de Isabel II y su sucesión por Carlos III, aunque en realidad el heredero la sustituyó automáticamente tras su defunción pasado jueves.
El Consejo, formado por autoridades políticas y sociales, constata en lenguaje muy formal y antiguo que, tras el fallecimiento de la soberana, la corona pasa a su primogénito.
“Los señores espirituales y temporales de este reino, y miembros de la Cámara de los Comunes junto con otros miembros del consejo privado de su difunta majestad y representantes de los reinos y territorios, concejales, ciudadanos de Londres y otros, con una sola voz y consentimiento de lengua y corazón publicamos y proclamamos que el príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge se ha convertido ahora por la muerte de nuestra soberana de feliz recuerdo en nuestro único señor legítimo y feliz, Carlos III”, dice el texto.
La declaración promete entonces “fe y obediencia con humilde afecto”, deseándole un largo reinado.
Durante la jornada de hoy, el nuevo rey del Reino Unido mantendrá audiencias con varios líderes religiosos y políticos del país, como el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la Iglesia Anglicana; de nuevo con la primera ministra, Liz Truss, y su gabinete y con los líderes de la oposición en el Parlamento, encabezados por el laborista Keir Starmer.
Mientras Carlos III asume sus nuevas funciones, siguen los preparativos para el funeral de Estado de la reina, que se prevé que sea el 19 de septiembre, aunque el calendario oficial no se ha anunciado.
Lo que sí se ha comunicado ya es que ese día, cuando mandatarios de todo el mundo vendrán a Londres a despedir a Isabel II, será declarado jornada festiva en el Reino Unido.
(Con información de EFE)
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