La reina Isabel II ha muerto a los 96 años. Su hijo mayor Carlos, de 73 años, se convirtió automáticamente en el nuevo rey de Inglaterra. La monarca falleció rodeada de sus familiares más cercanos en el castillo de Balmoral, en Escocia. En las últimas horas habían viajado de urgencia hacia allí sus cuatro hijos, y sus nietos William y Harry.
La cadena británica BBC dio la noticia al país y al mundo sobre el fallecimiento de la monarca que estuvo 70 años en el trono. “Hace unos momentos, el Palacio de Buckingham anunció la muerte de su majestad, la reina Isabel II. El Palacio acaba de emitir este comunicado que dice: ‘La Reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde’. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana. En los últimos minutos, el Palacio de Buckingham ha anunciado la muerte de su majestad, la reina Isabel II”.
El presentador de noticias de la BBC, Huw Edwards, anunció la noticia, leyendo un comunicado del Palacio de Buckingham.
Tras la muerte de Isabel II, el príncipe Carlos ascendió al trono y su esposa, Camila Parker-Bowles, se convierte en reina consorte. El príncipe William, de 40 años, y el príncipe George, de 9 años, ahora son el primero y el segundo en la línea de sucesión.
El primer mensaje de Carlos como rey. En un sentido comunicado por la muerte de su madre que condujo los destinos del país durante 71 años, expresó: “La muerte de mi amada Madre, Su Majestad La Reina, es un momento de gran tristeza para mí y todos los miembros de mi familia. Estamos de duelo profundo por el deceso de la querida Soberana y muy amada madre. Sé que su muerte será profundamente sentida a través del país, los Reinos y el Commonwealth, y por incontables personas alrededor del mundo. Durante este período de duelo y cambio, mi familia y yo estaremos reconfortados y sostenidos por nuestro conocimiento de respeto y honda afección en la cual la Reina fue sostenida”.
El duque de Cambridge ahora en el nuevo príncipe de Gales, con su esposa Kate Middleton asumiendo el nuevo título de princesa de Gales.
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en su castillo escocés de Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, la casa real anunciaba que sus médicos estaban “preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica” en Balmoral, a donde inmediatamente viajaron su hijos y nietos. El príncipe Harry viajó sin su esposa Meghan Markle y la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, se quedó en Londres.
La salud de la reina, que pese a su avanzada edad mantenía hasta entonces una muy apretada agenda, empezó a preocupar al país cuando el pasado 20 de octubre, tras cancelar un viaje oficial a Irlanda del Norte y “aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo”, pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Entregada a su cargo con cuerpo y alma, Isabel II, que consideraba que “eres tan viejo como te sientes”, había capeado la pandemia, la devastadora muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las diversas crisis de la familia real.
Entre ellas, el “Megxit”, el exilio de Harry y Meghan Markle a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser racista, cuestiones que la soberana prometió tratar “en privado”.
También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
Una de ellas, Virgina Guiffre, afirmó haber sido forzada años antes a mantener relaciones con Andrés y lo demandó por abuso sexual en Estados Unidos, acusaciones que este siempre negó pero que le valieron ser privado por la reina de sus honores militares y de usar el título de Alteza Real.
El caso se zanjó con un multimillonario acuerdo financiero confidencial.
Isabel II era la decana de todos los monarcas del mundo y la que más tiempo ocupó el trono británico, al que ascendió el 6 de febrero de 1952.
“Toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicada a su servicio y al servicio de nuestro gran país imperial”, dijo al cumplir 21 años, en un discurso retransmitido por radio que se interpretó siempre como un manifiesto que excluía la abdicación.
Nacida en Londres el 21 de abril de 1926, “Lilibet”, como la llamaba su familia, no estaba inicialmente destinada a ser reina. Pero el rumbo de su vida cambió tras la abdicación, por amor a una estadounidense divorciada, de su tío Eduardo VIII en 1936.
Isabel II accedió al trono con sólo 25 años, al morir su padre, Jorge VI, en febrero de 1952. Pero tuvo que esperar a junio del año siguiente para ser coronada como cuadragésima soberana de Inglaterra desde Guillermo I el Conquistador en 1066, en la primera y única ceremonia de coronación británica televisada hasta ahora.
A partir de ese momento, dedicó su vida de manera incansable a sus obligaciones y visitas oficiales, esencialmente ceremoniales, de jefa de Estado, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cabeza de la Mancomunidad Británica y jefa de la Iglesia de Inglaterra.
(Con información de AFP)
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