El emir de Dubái, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, fue obligado a pagar a su ex mujer, la princesa Haya Bint Al Hussein, y sus dos hijos unos 550 millones de libras (730 millones de dólares), la cifra más alta fijada por un tribunal británico en un caso de divorcio.
El juez Philip Moor ordenó al jeque de 72 años el pago de una suma única por un total de £251,5 millones (más de USD 300 millones) a su sexta esposa, la princesa Haya de Jordania, y 290 millones de libras (USD 385 millones) para cubrir la manutención de los hijos de ambos, Al Jalila y Zayed, de 14 y nueve años, respectivamente. La sentencia precisa que la cantidad final podrá ser mayor o menor dependiendo de varios factores, como, por ejemplo, los años de vida de los hijos o si éstos se reconcilian en algún momento con el progenitor.
El acuerdo de divorcio incluye un presupuesto de vacaciones de 5,1 millones de libras (6,8 millones de dólares), una suma anual de poco más de 450.000 libras (600.000 dólares) para el personal de los niños y alrededor de 275.000 libras (368.000 dólares) para mantener a sus animales, incluidos dos ponis y un caballo.
Haya además recibirá millones para compensar la propiedad que perdió cuando dejó Dubai, incluidos 13,5 millones de libras (18 millones de dólares) para joyas y lo que el juez llamó “la suma relativamente modesta” de 1 millón de libras (casi 2 millones de dólares) para ropa.
“El dinero nunca fue un problema durante el matrimonio”, aseguró el juez.
La Justicia británica también determinó que el jeque deberá destinar parte de su fortuna para cubrir los gastos de seguridad para mantener a salvo a la princesa y sus hijos.
De la suma que recibirá Haya de Jordania, 20 millones de libras (26 millones de dólares ) han sido reconocidos como compensación por las joyas, caballos, coches y prendas de alta costura que dejó atrás al huir de Emiratos Árabes. El jeque también tendrá que pagar la remodelación de la lujosa vivienda del barrio de Kensington, Londres, donde ahora vive Haya con sus hijos. Entre estas reformas, se incluye una extensión de la cocina para añadir un horno de leña para pizzas, la reforma de su estudio de arte, la ampliación del garaje para la flota de los vehículos de seguridad y la instalación de unas camas elásticas como las que sus hijos Jalila y Zayed tenían en Dubai.
Y eso está fuera de los costos de seguridad, que son considerables, dado que el Tribunal Superior de Londres entiende que Mohammed representa un riesgo para Haya, quien huyó a Londres por temor a perder su vida en 2019 con los niños, después de que su esposo descubriera que tuvo una aventura con uno de sus guardaespaldas.
La justicia británica también ordenó al jeque que pague los cuantiosos gastos de la seguridad que necesitan su ex mujer y sus hijos. “Dado su estatus y la amenaza general de terrorismo y secuestro que afrontan en consecuencia, son particularmente vulnerables y necesitan un alto nivel de seguridad para continuar a salvo en este país”, dictaminó el juez.
El juez reconoce que “la principal amenaza la que se enfrentan [la princesa Haya y sus hijos] proviene del propio jeque”, tal y como ya dictaminó el año pasado la justicia británica al considerar probado que Mohammed bin Rashid al-Maktoum orquestó una campaña de intimidación contra su ex mujer e intentó llevarse a sus hijos de vuelta a Dubái, como ya hizo con otras de sus hijas, Shamsa y Latifa, retenidas tras intentar huir de él.
El juez del Tribunal Supremo dijo que hizo todo lo posible para llegar a una conclusión razonable, dada “la riqueza excepcional y el notable nivel de vida que disfrutaron estos niños durante el matrimonio”. Agregó que el caso era “completamente fuera de lo común”.
Los abogados de la princesa Haya insistieron en que ella no hizo ningún reclamo por sus propias necesidades futuras. Sin embargo, fue criticada durante las audiencias judiciales por sus gastos fastuosos.
A su hijo, por ejemplo, de tan solo 9 años, le regalaron tres autos caros porque “estaba acostumbrado” a ese tipo de regalos.
La sentencia incluye pruebas proporcionadas por la princesa de que miembros de su personal de seguridad la chantajearon por una aventura que tuvo con uno de ellos.
El affaire terminó con el matrimonio de 16 años de la princesa y la llevó a huir de Dubai por miedo a su vida después de que le dejaron un arma cargada en su habitación y le dijeron que un helicóptero aterrizaría en el palacio real y la llevaría a prisión.
La princesa, de 47 años, admitió que vendió joyas y que había tomado dinero de una de las cuentas bancarias de sus hijos para obtener los millones que le pidieron cuatro ex miembros de su equipo de seguridad para mantener en secreto su amorío. Dijo al tribunal que pretende devolver el dinero.
La divulgación de los supuestos pagos se produjo cuando el equipo legal de su ex marido interrogó a la princesa por el dinero tomado de la cuenta de su hija.
El juez Moor afirmó en su escrito que fue “un episodio muy insatisfactorio” para la princesa y que “Su Alteza Real debió estar muy asustada”. De hecho, en las escuchas del juicio la propia princesa habla del miedo que llegó a sufrir a causa de las amenazas.
El jeque Mohammed de Dubái dijo que las reliquias que fueron regaladas a su ex esposa le serían enviadas de vuelta. Entre ellas, unas zapatillas de ballet que le regalaron los bailarines de fama mundial Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev.
La resolución judicial figura entre las más importantes hasta ahora otorgadas en el marco de un acuerdo de divorcio ante la justicia británica desde el caso de la ex esposa del multimillonario ruso Farjad Ajmedov, Tatiana Akhmedova.
A fines de 2016, la justicia le había otorgado a Ajmedova el 41% de la fortuna de su ex marido, lo que representaba casi 600 millones de dólares.
Tras divulgarse la sentencia sobre la compensación económica, un portavoz de Al Maktoum declaró en un comunicado que el emir, primer ministro y vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), “siempre ha garantizado que sus hijos estén bien cuidados”.
“El tribunal ha decido ahora sobre la cuestión financiera y él no desea efectuar comentarios. Ha pedido a los medios que respeten la privacidad de sus hijos y que no se entrometan en sus vidas en el Reino Unido”, concluyó la nota.
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