Nada de selfies, reverencias jerárquicas y hasta un juego prohibido: el increíble protocolo de la corona británica

Aunque cada vez que aparecen en público intentan mostrarse espontáneos y sonrientes, los miembros de la familia real tienen su vida pública marcada por rigurosas y, a veces, extrañas normas

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Los miembros de la familia
Los miembros de la familia real británica deben respetar estrictas e insólitas normas cada vez que se muestran en público (AFP)

Si la mayoría de los mortales más de una vez nos preguntamos ¿Qué me pongo? cuando tuvimos que ir a ese compromiso laboral ni del todo formal ni informal; titubeamos acerca de cómo saludar a ese titular de cátedra en un evento académico y no supimos bien cómo dirigirnos a ese funcionario en una reunión de instituciones, imagine el lector las preguntas que se deben hacer los que reciben una invitación para asistir a un encuentro con la reina Isabel en el Palacio de Buckingham. Para evitar esos entuertos existe el protocolo, ese conjunto de normas, procedimientos, maneras de actuar y vestir que se deben cumplir en eventos como ceremonias y actos formales. Aunque a veces parece pensado para complicarle la vida a la gente, sirve para lo opuesto: facilitar la vida de las personas.

No solo los “comunes” siguen reglas en caso de encontrarse con la reina. Los royals británicos saben que son el símbolo de una nación que todavía grita “Dios salve a la reina”, cada vez que siente que algo bueno le pasa, por eso también siguen estrictas normas para representar su rol de símbolos y representantes de la institución monárquica.

La reina Isabel cuenta con
La reina Isabel cuenta con 70 pares de guantes. Los usa para protegerse de la suciedad o posibles contagios. Siempre lleva un par de repuestos Chris Jackson/Pool via REUTERS/Archivo

Con 69 años en el trono británico, la reina Isabel es una experta conocida y reconocida en las normas protocolares. Con su sentido del deber y su responsabilidad para anteponer sus deberes de monarca a su vida personal, las veces que rompió el protocolo causó sensación.

Una norma que tiene que ver con medidas de seguridad es la prohibición de firmar autógrafos, de este modo se evita que se falsifiquen sus firmas. Solo una vez, Isabel rompió la regla en Malasia cuando un chico le acercó una pelota del Manchester para que firmara y ella lo hizo. Si bien el protocolo indica que no pueden dar autógrafos, no advierte nada de pedirlos. Cuando Ronaldo debutó con la camiseta del Manchester, la reina gran admiradora del jugador le pidió la prenda y 80 más para regalarle a sus empleadas.

Los royals tiene prohibido firmar
Los royals tiene prohibido firmar autógrafos pero Isabel rompió el protocolo con una pelota del Manchester (Photo by Tim Graham Photo Library via Getty Images)

Un tema muy complejo es el de las reverencias. La costumbre comenzó en la Edad Media e implicaba que los vasallos se “doblegaban” ante el señor feudal. Hoy se resignifica como un gesto de respeto a la institución y no de sumisión, aunque aplicarlo tiene varios vericuetos.

El protocolo de las reverencias fue uno de los momentos en que Meghan Markle comprendió que no sería fácil ser la novia de Harry. Antes de encontrarse por primera vez con la reina, el hijo menor de Lady Di le preguntó si sabía “cómo hacer una reverencia”. Meghan lo miró asombrada porque pensaba que la reverencia era “parte de la fanfarria”. Al fin de cuentas deseaba conocer a la abuela de su enamorado y no a la monarca británica, pero Harry le explicó que no era una novia conociendo a su abuela sino conociendo a la Reina.

La tarea no era sencilla. Según el protocolo, los hombres deben inclinar apenas su cabeza ante todos los que encuentran, pero las mujeres, no. Las reverencias indican un orden jerárquico en la línea de sucesión al trono. Si se cruzaba con la princesa Ana, por ser hija de la soberana debía saludarla con la reverencia, pero a Zara, su hija, no. Debía inclinarse ante las princesas Eugenia y Beatrice, excepto si Harry estaba presente porque tenía más chances de llegar al trono que sus primas. Haceme un cuadro de relación debe haber pedido Markle.

 Los royals no tiene
Los royals no tiene permitido quitarse los abrigos en público. Tienen prohibidos los abrigos de pieles ya sea natural o sintética (Photo by Max Mumby/Indigo/Getty Images)

Por este orden jerárquico, además de a la longeva monarca, Meghan siempre debía saludar con una reverencia a su suegro, el príncipe Carlos y a su cuñado, el príncipe William, pero también a su cuñada, Kate. Justo ante Kate que según los que saben es experta en el arte de la reverencia. Si el lector desea ensayar le cuento que para realizarla correctamente debe apoyar su peso en el lado derecho del cuerpo doblando la rodilla derecha. Mantener la espalda recta es fundamental, y la pierna izquierda debe estirarse levemente hacia atrás. Pero si el lector es zurdo y no se siente cómodo puede hacerla con la pierna dominante. Además hay que hacer todo el movimiento manteniendo el contacto visual, lograr que no sea una reverencia profunda y reincorporarse despacio.

Aparentemente Kate es impecable haciendo todo eso y sin perder ni sonrisa ni elegancia. “Tiene una increíble caída aproximada de 13 pulgadas, y siempre es fuerte y estable en sus pies… ¡perfecta una y otra vez! ¡Un buena reverencia requiere músculo y equilibrio!”, la describen extasiados los que saben.

Kate Middleton cumple con el
Kate Middleton cumple con el protocolo a rajatabla. No solo realiza la reverencia perfecta. Usa un maquillaje discreto y sin colores estridentes, también prescinde de los oscuros porque se los considera vulgares y jamás usa escotes pronunciados (Photo by Max Mumby/Indigo/Getty Images)

Para que Meghan no se sintiera tan mal por no dominar el arte de la reverencia más de uno recordó la teatral reverencia que Sarah Ferguson le hizo a la reina el día de su boda. Casi termina con la novia por el suelo; para muchos fue el presagio de que ese matrimonio empezaba mal y terminaría mal.

La reverencia o la inclinación que los hombres deben realizar ante los royals no se aplica a los extranjeros. Si, por ejemplo, un estadounidense se encuentra con la reina, técnicamente no tiene que hacer una reverencia o inclinarse, porque esa no es su costumbre, y puede simplemente estrecharle la mano para mostrar respeto algo que hicieron tanto Donald Trump como Barack Obama.

Quizá porque es una royal pero con sangre argentina, Máxima no tuvo problemas en romper el protocolo británico con respecto a los saludos. La regla indica que no se puede abrazar, tocar ni besar a la reina. El saludo debe ser un apretón de manos, breve y suave y luego de que ella extienda primero su mano. Cuando en el 2018, Máxima se encontró con la Isabel le estampó un beso en cada una de sus mejillas. Para eso además tuvo que inclinarse, pero no por reverencia sino porque la argentina mide 1,78 y la británica solo 1,57.

Máxima tomó las manos de
Máxima tomó las manos de la reina y luego la besó en las mejillas. La reina devolvió el beso (Foto Christopher Furlong/Pool via REUTERS)

Volviendo a Markle, la reverencia no fue el único protocolo al que no se puedo adaptar la esposa de Harry. En su entrevista con Oprah, reveló que no tenía permitido hablar a menos que se le indicara lo contrario, además como miembro de la familia real siempre debe responder “sin comentarios” a cualquier consulta que se le haga. Ahora cobra sentido el “¿por qué no te callas?” que el rey Juan Carlos le lanzó al presidente Chávez.

Otra situación protocolar y de seguridad que Markle no soportó es que debía no solo informar sino también pedir permiso para realizar todas sus actividades. Meghan explicó: “Recuerdo que a menudo la gente de palacio decía: ‘Bueno, no puedes hacer esto porque se verá así. No puedes’. Así que, incluso tenía que pedir permiso como: ‘¿Puedo ir a almorzar con ¿mis amigos?’ ‘No, no, no, estás sobresaturada, estás en todas partes, lo mejor sería que no salieras a almorzar con tus amigos’. Yo digo, ‘Bueno, no he… No he salido de casa en meses’ “.

Una norma protocolar que se puede ver en una escena de la película Victoria y Abdul que protagonizó Judi Dench es la que indica que nadie puede seguir comiendo si la reina terminó. Por eso se puede ver como los royals se apuran a tragar todas las exquisiteces que le sirven. Además si la reina está de pie todos deben estar parados. En las cenas siempre conversa primero con la persona que está sentada a su derecha.

En los banquetes reales todos
En los banquetes reales todos deben permanecer en pie hasta que la reina se siente. Una vez sentados, nadie puede comenzar a comer hasta que no lo haga ella primero. El menú es elegido por la soberana y suele vetar los platos con mucho ajo o cebolla (Photo by Dominic Lipinski / POOL / AFP)

Otro dato importante son los cubiertos. Si los miembros de la realeza necesitan retirarse de la cena, pero aún no terminan su comida, cruzan los cubiertos para que no les quiten el plato. Si terminan, los ponen en un ángulo del lado derecho.

Otra regla es que nunca se le debe dar la espalda a la reina. Si la reunión terminó, la persona debe retirarse caminando para atrás o ella debe ser la primera en irse. Una leyenda/rumor asegura que una poderosa empresaria argentina que murió en 2012 exigía lo mismo a sus empleados.

Aunque parezca insólito, la familia real tiene prohibido jugar Monopoly debido a que este juego suele descontrolar a los integrantes de la Corona. Esta regla la contó el príncipe Andrés cuando visitó la sede de Albion Street de Leeds Building Society, una de las empresas de hipotecas y ahorros más prestigiosa del mundo.

Aunque se sabe que a la reina en la intimidad la llaman Lilibet en actos públicos no se les permite usar diminutivos y mucho menos apodos. Por eso William jamás llamará a su esposa Kate, sino Catalina.

La pregunta ¿qué me pongo? para ellos es un verdadero dolor de cabeza no tanto por no saber con qué vestirse sino con que no. Los chicos no pueden ponerse vestidos de Barbie o ropa de superhéroes. George tiene que llevar pantalón corto hasta que tenga 8 años, mientras que su hermana siempre llevará un vestido y un cárdigan, y dependiendo del clima, podría usar medias. En cambio las mujeres adultas siempre deben llevar medias, regla que Lady Di, que sabía la belleza de sus piernas, rompió para escándalo de ese momento.

Lady Di no usaba medias
Lady Di no usaba medias y saludaba sin guantes lo que se consideraba un escándalo para las rígidas reglas protocolares (Getty Images)

Hasta 1950 las royals tenían prohibido ser vistas en público sin sombrero. No creemos que tuvieran problemas con el frizz y la humedad pero se consideraba inconveniente que mostraran el cabello. Ahora los sombreros se reservan para ocasiones especiales. La reina también suele vestir con colores brillantes pero no por protocolo sino para asegurarse que los que se acercan a verla la puedan distinguir. El negro solo se usa en funerales u ocasiones tristes. A los hombres no se les permite lucir el pelo largo, algo que para William no resulta inconveniente dada su incipiente calvicie.

En cuanto a las joyas, los diamantes llamativos y las tiaras no se usan durante el día. Las tiaras se deben llevar a 45 grados de la frente y solo las lucen las mujeres casadas porque era la señal para que los hombres casados no intentaran seducirlas. Si hacían caso a la señal quién lo sabe.

En la realeza británica, la
En la realeza británica, la tiara es un símbolo de que la mujer está comprometidas o casada con algún príncipe. Por eso, no todas las mujeres pueden usar esta joya preciosa. De hecho, si se usa, es considerado como una ofensa. (Foto reuters)

A las mujeres no se les permite usar escotes pronunciados y deben lucir carteras pequeñas que las ayudan a evitar apretones de manos incómodos. Si en medio de una conversación la reina cambia su bolso de brazo o lo pone sobre la mesa significa que da por terminada la conversación o la reunión.

Más por seguridad que por protocolo, los herederos tiene prohibido viajar con sus padres hasta los doce años. Por eso el príncipe George y su papá vuelan por separado, como William viajaba separado de Carlos.

Una situación que muestra diferencias generacionales más que protocolares es con las selfies. No existen fotos sacadas con celulares de ciudadanos y miembros de la familia real. Es que a la reina Isabel II le parece de mala educación que los ciudadanos se dediquen a mirar a la pantalla de un dispositivo en vez de mantener el contacto visual cuando ella protagoniza un acto oficial o realiza una aparición pública, y algo de razón tiene. Aunque no se sacan selfies, Kate descubrió que puede distribuirlas. Tomó el consejo de Victoria, la heredera al trono de Suecia que suele distribuir fotos que ella misma saca de sus hijos, así por un lado mantiene el control de lo que se distribuye pero por otro difunde un contenido que la gente ansía ver. Así Kate suele compartir imágenes muy divertidas de su familia. Al fin de cuentas, por más protocolo estricto que haya, no hay royal ni padre de familia que se resista a mostrar fotos de sus hijos.

Los varones royals británicos deben
Los varones royals británicos deben usar pantalones cortos hasta los ocho años y las nenas solo pueden utilizar vestidos. Tampoco pueden usar prendas con personajes infantiles o leyendas. Los hombres adultos no tienen permitido dejar su pelo largo. (Dominic Lipinski/Pool via REUTERS)

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