El tribunal federal estadounidense de Nueva York hizo llegar al hijo de Isabel II la notificación de la acusación de Virginia Roberts Giuffre, una de las víctimas del magnate Jeffrey Epstein, quien se apareció muerto en prisión cuando pesaban sobre él múltiples denuncias por pedofilia y otros delitos. Sin ánimos de colaborar con la causa, el príncipe Andrés hizo varias maniobras para evitar recibir la notificación oficial, entre ellas mudarse junto a su ex esposa, Sarah Ferguson, al castillo de Balmoral, en Escocia. Finalmente le llegó su hora.
Roberts Giuffre -la joven denunciante- se manifestó ante la justicia el pasado 10 de agosto. Un agente judicial hizo entrega del documento a horas de la mañana del viernes, a uno de los oficiales de la Policía Metropolitana que vigilaba el Royal Lodge de Windsor donde se encontraba el hijo de la Reina Isabel II. Según fuentes judiciales, el día previo se había negado a recibirla.
Con la notificación, el príncipe cuenta hasta el 17 de septiembre para responder al documento que implica una demanda civil. En esta oportunidad, no se trata un proceso penal. Virgina Giuffre podría seguir adelante con su acusación que podría concluir en una condena.
“Si usted no responde, se emitirá una sentencia en rebeldía en contra de usted por el desahogo exigido en la demanda”, advierten los abogados de Giuffre en los documentos.
Si el príncipe intenta ignorar la demanda, corre el riesgo de que la corte pueda declararlo en rebeldía y le ordene pagar una indemnización.
En contrapartida, los abogados de Andrés, cuestionaron la manera de operar, diciendo que la demanda no parecía haber sido notificada siguiendo los procedimientos adecuados bajo la Convención de La Haya.
Giuffre tenía entre 17 y 18 años cuando ocurrió el hecho que denuncia. Declaró que Jeffrey Epstein y su mano derecha, Ghislaine Maxwell, le pidieron que viaje a un racho en Zorro, cerca de Santa Fe (Nuevo México, EEUU), para atender a un invitado: era el hijo de la reina de Inglaterra.
Esto se desprende de los documentos judiciales divulgados el viernes por decisión de una jueza federal de Nueva York, con fecha de 2016. En los archivos, reportados este domingo por la prensa británica, también se menciona una “esclava sexual”.
“Mi trabajo era entretenerlo sin fin, ya sea que eso signifique complacerlo con mi cuerpo durante un masaje erótico o simplemente llevarlo a pasear en caballo”, detalla la declaración de Roberts, quien hoy vive en Australia. Según recordó, “la mansión estaba completamente vacía, salvo por un par de empleadas y un par de guardaespaldas”.
El hijo de la reina Isabel II sigue en la mira del FBI por no haber colaborado aún en la investigación en el caso Epstein. Dentro del territorio británico, el monarca está naturalmente protegido por pertenecer a la corona y corre menos riesgos.
El palacio de Buckingham ha tomado una distancia evidente de los problemas legales de Andrés. Su imagen ha descendido frente a la opinión pública, e incluso su información no forma parte del sitio oficial de la corona británica ya que fue forzado renunciar a sus responsabilidades en 2019.
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