La princesa Ingrid Alexandra, hija de Haakon y Mette-Marit de Noruega, ha dado positivo en COVID-19, tal y como ha anunciado la Casa Real este miércoles, lo que ha obligado a que sus padres los herederos al trono anulen los actos de celebración por sus 20 años de casados.
La princesa, de 17 años, está aislada en la casa familiar de Skaugum, en Oslo, cumpliendo así con las medidas sanitarias establecidas. Es el único miembro de la realeza que se ha contagiado, ya que sus padres y su hermano, Sverre Magnus, de 15 años, han dado negativo. Aun así, todos van a someterse a una cuarentena en la residencia oficial. La agenda oficial de los herederos noruegos se ha visto afectada, cancelando varios compromisos.
En 2011, cuando el príncipe heredero Haakon y su esposa Mette-Marit Tjessem celebraron los diez años de casados asistieron a una ceremonia religiosa en Oslo, junto a su familia e invitaron a representantes de otras casas reales europeas. Pero en esta ocasión, dada la situación mundial por la pandemia, las llamadas bodas de porcelana no iban a celebrarse con grandes fastos sino de manera discreta en la fundación creada por el matrimonio.
Hace dos semanas, como anticipo de a sus 20 años de casados, el matrimonio real concedió una entrevista a la emisora de radio NRK, en la que recordaron sus inicios como pareja y su boda. Celebrada el 25 de agosto del 2001 en Oslo, fue la primera boda real del milenio y la que abrió un camino ya que la novia y futura reina de Noruega era plebeya y madre soltera.
Mette Marit, nacida en 1973, tuvo a su hijo Marius Borg Høiby, en 1997. El padre del niño es Morten Borg, que estuvo en prisión por traficar con cocaína. Ella, además estando embarazada apareció en un programa de televisión buscando novio. Conoció al príncipe heredero en un festival de rock celebrado en Kritiansand, su localidad natal.
“El hecho de que tuviera un hijo pequeño realmente me confirmaba que no tenía miedo de asumir el compromiso y la responsabilidad”, explicó Haakon Magnus de Noruega en declaraciones al citado medio. “Ella no se volvió menos atractiva a mis ojos por esa razón”.
“Él me vió. Me entendió”, recordó la futura reina sobre el día que conoció al hijo mayor de los reyes. Y Haakon añadió: “Era agradable hablar con ella. Me sentía seguro cuando estábamos juntos. Me impresionó. Se nota cuando Mette entra en una habitación. Allí hay un poder que no es tan fácil de pasar por alto. Parecía segura y acostumbrada al mundo”.
La pareja contó con el apoyo incondicional de los actuales reyes Harald V y Sonia de Noruega, quienes tuvieron que esperar 11 años para poder casarse, dado que ella no era noble. El heredero amenazó con renunciar al trono y sólo así el rey Olav y el Parlamento autorizaron el matrimonio, que se celebró el 20 de agosto de 1968. Harald V, de 84 años, accedió al trono en 1991 tras la muerte de su padre el 17 de enero de ese año.
33 años después, su segundo hijo aunque el heredero al trono, Haakon se casaba con Mette-Marit en la Catedral del Salvador de Oslo. Fue un 25 de agosto de 2001. El novio vestía uniforme militar y ella un traje creado por el modisto noruego Ove Harder Finseth.
Entre los 400 invitados llamaron la atención dos personas: Morten Borg, padre del hijo de Mette-Marit; y Eva Sannum. La joven, amiga de la novia, llegó sola, pero dentro del palacio fue fotografiada junto al príncipe Felipe de España, con quien mantenía una relación, aunque no oficial, desde hacía más de cuatro años, y que finalizó poco después.
La boda de Haakon y Mette Marit -que produjo un fuerte debate sobre el futuro de la monarquía en Noruega- abrió el camino a que futuros reyes y reinas pudieran casarse por amor sin tener en cuenta el origen o pasado de sus parejas.
La princesa Marta Luisa de Noruega, de 49 años, es la primera hija de los reyes Harald V y Sonia de Noruega. Es la cuarta en la línea de sucesión al trono por detrás de su hermano menor, el príncipe Haakon, y sus sobrinos, ya que en Noruega imperaba la Ley Sálica, que aparta a las mujeres de la línea de sucesión del trono en favor de los descendientes varones.
“Estoy muy contenta de que sea mi hermano el que asuma un día el trono”, declaraba la princesa años atrás: “He crecido sabiendo que Haakon será el rey. Lo tengo asumido. Nunca he sentido deseos de ser reina”. Asimismo, Marta Luisa habló de que, a pesar de que cambiaron la ley, lo hicieron de forma no retroactiva para que ella no pudiera acceder al trono: “Como decía mi abuelo, el rey Olav V, no se puede apostar por un caballo cuando ya ha comenzado la carrera, así que acepto lo que sucedió y no me importa”.
Marta Luisa nunca ha estado muy interesada en los asuntos reales. Tanto es así que cuando decidió casarse con el escritor danés Ari Behn, renunció a sus derechos al trono. Tampoco sus tres hijas, Maud, Leah y Emma, tienen ningún título real ni optan al trono noruego. En 2017, la pareja se divorció y Behn se quitó la vida dos años más tarde. La hija de los reyes de Noruega está en pareja con el chamán estadounidense Durek Verrett.
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