Los miembros de la familia real se sintieron aliviados de que Meghan Markle no viajara a Gran Bretaña con su esposo, el príncipe Harry, para asistir al funeral del príncipe Felipe, según un nuevo capítulo de “Finding Freedom”, la biografía no autorizada de los duques de Sussex.
Según los autores Omid Scobie y Carolyn Durant, los Windsor temían que su asistencia creara “un circo” o “un espectáculo” después de la explosiva entrevista de la pareja con Oprah Winfrey, que se emitió un mes antes del fallecimiento del marido de Isabel II.
El duque de Edimburgo murió el 9 de abril a los 99 años y fue sepultado una semana después, el 17 de abril. Harry, de 36 años, asistió al funeral pero inmediatamente regresó a Los Ángeles para estar con su esposa, de 40, quien no pudo asistir debido a su embarazo.
La pareja dio la bienvenida a su hija, Lilibet Diana Mountbatten-Windsor, dos meses después. Los duques de Sussex tiene otro hijo: Archie Harrison Mountbatten-Windsor, nacido el 6 de mayo de 2019 y séptimo en la línea de sucesión al trono británico.
La versión actualizada de “Finding Freedom”, que se lanzará en el 24 aniversario de la muerte de la princesa Diana el 31 de agosto, también tocará la controvertida entrevista de la pareja con la presentadora estadounidense que se emitió el 7 de marzo después de que el matrimonio confirmara a Su Majestad, de 95 años, que no retomaría sus roles reales.
Durante la entrevista, Markle confesó que tuvo pensamientos suicidas debido al escrutinio de los medios y acusó a un miembro de la familia real de racista porque -según Markle- expresó preocupación por el color de la piel de su hijo Archie antes de su nacimiento.
El príncipe pasó diez años en el ejército, pero perdió sus tres títulos militares honorarios, incluido el de Capitán General de los Royal Marines tras renunciar a su trabajo real el año pasado junto con su esposa. Isabel II fue quien ordenó despojarlo de esos honores.
Una fuente también afirma en el libro que Markle y Harry “no estaban sorprendidos” por la reacción del Palacio de Buckingham a su entrevista, y los autores Omid Scobie y Carolyn Durand escribieron que “los recuerdos pueden variar” con respecto a sus afirmaciones sobre racismo pero estos “no pasaron desapercibidos” para la pareja.
Ni Harry ni Meghan identificaron al miembro de la familia que hizo los comentarios sobre el color de piel del bebé, pero Oprah confirmó que no fue la reina o el príncipe Felipe.
Días después, el príncipe William dijo a los periodistas que “no eran una familia racista‘’ y admitió que aún no había hablado con su hermano después de la entrevista con Oprah.
El experto real Richard Fitzwilliams dijo que el duque de Sussex creció sabiendo que no tendría “un papel definido” dentro de la familia, lo que lo llevó a resentirse por no ser tomado en serio, a pesar de su servicio militar y su trabajo caritativo.
El príncipe Willian y su hermano menor Harry casi no tienen relación desde marzo de 2019 cuando el heredero al trono, según los informes, echó al duque de Sussex y Meghan del Palacio de Kensington por el presunto acoso del personal, y los Sussex rompieron su fundación conjunta y establecieron una nueva oficina en el Palacio de Buckingham.
Ante las cámaras con millones de personas mirando la entrevista en EEUU, el hijo de Lady Di dijo que su hermano y su padre, Carlos de Inglaterra, estaban “atrapados” por la institución.
El príncipe Harry, que ahora vive en una mansión de USD 14 millones en Montecito (California) con su esposa y sus hijos Archie y Lilibet, anunció recientemente que ha estado trabajando en secreto en sus memorias, que se publicarán el año que viene, coincidiendo con las celebraciones en Reino Unido por el Jubileo de Platino de Su Majestad.
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