El primer ministro británico, Boris Johnson, no asistirá el próximo sábado al funeral del príncipe Felipe, cuyo aforo estará limitado por las restricciones contra la pandemia, para permitir que estén presentes más miembros de la familia real.
Un portavoz de Downing Street, despacho oficial del jefe de Gobierno, indicó que Johnson actuará “de acuerdo con los mejores intereses de la casa real”, por lo que “para dar cabida a tantos miembros de la familia como sea posible, no asistirá” a la ceremonia.
Las limitaciones por la pandemia en Inglaterra restringen a 30 el número de personas que pueden estar presentes en funerales, por lo que las exequias que tendrán lugar en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor el sábado 17 serán de escala reducida.
Antes de la ceremonia no habrá velatorio ni se llevarán a cabo procesiones públicas, en línea con los deseos que había expresado el esposo de Isabel II, fallecido el viernes con 99 años.
El Palacio de Buckingham ha adelantado que el príncipe Enrique estará entre los familiares presentes en la ceremonia, pero no su esposa, la duquesa de Sussex, Meghan, que debido a su embarazo ha recibido el consejo médico de no viajar desde Estados Unidos.
Este domingo, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, oficiará una misa en memoria del príncipe Felipe en la catedral de Canterbury (sureste de Inglaterra).
Hasta las 7.00 GMT del próximo domingo 18, un día después del funeral, el Reino Unido permanecerá en un periodo de luto oficial, en el que las banderas ondearán a media hasta, los presentadores de las principales cadenas británicas vestirán de negro y el Parlamento se abstendrá de aprobar leyes.
El Gobierno tampoco planea hacer anuncios relevantes de nuevas medidas, mientras que los ministros han suspendido todas sus entrevistas con medios de comunicación, así como las ruedas de prensa regulares para informar sobre las medidas contra la pandemia de coronavirus.
El Reino Unido rindió este sábado un primer homenaje solemne a la figura del marido de la reina Isabel II, el príncipe Felipe, con 41 salvas de cañonazos, una por minuto, en diferentes puntos de la geografía británica.
Desde las 12:00 hora local (11:00 GMT) y hasta 41 minutos después, los cañones en emplazamientos militares de Londres, Edimburgo, Cardiff, Belfast o Gibraltar, así como desde los destructores HMS Diamond y HMS Montrose, lanzaron disparos que fueron ofrecidos en directos por las televisiones.
Pese a que decenas de personas se congregaron cerca de alguno de esos lugares, como la emblemática Torre de Londres, la ceremonia se desarrolló con gran sobriedad, después de que el Gobierno hubiese pedido a los ciudadanos seguir las salvas desde casa debido a la pandemia.
Poco antes del comienzo de los cañonazos, la Casa Real difundió a través de sus redes sociales el extracto de un discurso de 1997 de Isabel II (con motivo de sus bodas de oro) en el que ésta explicó la importancia del duque de Edimburgo en su vida, acompañado por una foto de ambos.
“Él ha sido, simplemente, mi fuerza y mi apoyo todos estos años y yo, y toda su familia y este y muchos otros países, le debemos más de lo que él nunca reconocería o de lo que vayamos a saber”, dijo.
(Con información de EFE)
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