El príncipe Harry anunció hoy otro nuevo trabajo, el segundo en 24 horas. El duque de Sussex se une a la Comisión de Desinformación del Instituto Aspen en Washington DC junto con otras 14 personas, incluida Kathryn Murdoch, la esposa del hijo de Rupert Murdoch, James, quien renunció al imperio mediático de su padre el año pasado.
El Instituto Aspen es uno de los think tanks más conocidos y mejor financiados de EEUU, que obtiene dinero de donantes ricos y grandes empresas, incluido Facebook. La organización, cuya sede se encuentra a pocas cuadras de la Casa Blanca, analiza todas las áreas de la vida estadounidense y dice que su misión es construir una “sociedad libre, justa y equitativa”.
“Espero trabajar en un enfoque orientado a soluciones para la crisis de desinformación”
Harry, quien culpa a la prensa de renuncia a la familia real y posterior mudanza a Los Ángeles con su esposa Meghan Markley su hijo Archie, dijo miércoles en un comunicado: “La experiencia del mundo digital actual nos ha inundado con una avalancha de desinformación que afecta nuestra capacidad como individuos y sociedades para pensar con claridad y comprender verdaderamente el mundo en el que vivimos”.
“Creo que se trata de un problema humanitario y, como tal, exige una respuesta de múltiples partes interesadas: los miembros de los medios de comunicación, los investigadores académicos y los líderes gubernamentales y de la sociedad civil. Estoy ansioso por unirme a esta nueva comisión de Aspen y espero trabajar en un enfoque orientado a soluciones para la crisis de desinformación”.
Una decisión laboral un poco llamativa ya que Rupert Murdoch es dueño del grupo mediático News Corp, propietario de The Sun, precisamente uno de los tabloides que los duques de Sussex han señalado como propagadores de “rumores y falsedades” sobre ellos.
A través de su papel en el Instituto Aspen, Harry ayudará a realizar un estudio de seis meses sobre la desinformación en EEUU, junto a la periodista Katie Couric, Christopher Krebs, ex director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de los Estados Unidos, y Rashad Robinson, presidente de Color of Change, una ONG de defensa de los derechos civiles.
“Esta crisis de información socava la confianza en nuestras instituciones democráticas y golpea directamente a los cimientos de la sociedad”, dijo Krebs en un comunicado.
El cargo de Harry como “líder filantrópico” es a tiempo parcial e incluirá reuniones periódicas y junto a él en el panel estarán el ex congresista de Texas Will Hurd; Sue Gordon, ex subdirectora principal de inteligencia nacional en los EEUU, y Kathryn Murdoch, cofundadora y presidenta de Quadrivium y nuera del multimillonario magnate de los medios.
La comisión está siendo financiada por el empresario multimillonario estadounidense Craig Newmark, quien fundó Craigslist, un reconocido sitio web de anuncios clasificados.
El martes, se anunció que el príncipe Harry se había unido a la firma de entrenamiento y salud mental BetterUp, con sede en San Francisco, como su director de impacto. Alexi Robichaux, director ejecutivo de BetterUp, dijo que el duque de Sussex encaja bien en la empresa debido a “su modelo de inspiración e impacto a través de la acción”.
En BetterUp, se espera que Harry participe en las decisiones de estrategia de productos y contribuciones caritativas, y defienda públicamente temas relacionados con la salud mental. El duque además ayudará a promover una aplicación utilizada por gigantes corporativos como Hilton, Facebook, y la petrolera Chevron para mejorar el bienestar de su personal.
La compañía se negó a comentar sobre cuánto se le pagará al hijo de Carlos de Gales, pero roles similares en otras firmas de California se pagan con cheques de seis o siete cifras.
Harry dijo en la entrevista que concedió a Oprah junto a Meghan Markle que su familia le había cortado la ayuda financiera tras su renuncia a la Corona y que había tenido que utilizar los millones que le dejó Lady Di para poder empezar una nueva vida en Estados Unidos.
“Tengo lo que me dejó mi madre y sin eso, no hubiéramos podido hacer esto”, dijo el príncipe sobre el traslado de la pareja a California, donde viven en una mansión de USD 14 millones. “Es como si ella lo vio venir y haya estado con nosotros durante todo este proceso”, agregó, y señaló que los negocios con Netflix y Spotify “nunca fueron parte del plan”.
Los Sussex, que han firmado acuerdos por más de USD 100 millones con Netflix y Spotify, fueron acusados de realizar varias declaraciones cuestionables durante la entrevista de Oprah, incluidas afirmaciones sobre una boda secreta realizada por el arzobispo de Canterbury tres días antes de la oficial en el Castillo de Windsor. Pero su certificado de matrimonio más tarde demostró que se trataba de una declaración falsa.
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