El príncipe William, heredero del trono del Reino Unido, rompió el silencio y habló sobre las explosivas declaraciones de su hermano Harry y su cuñada Meghan Markle, quienes acusaron a miembros de la Casa Real británica de haber hecho pronunciamientos racistas contra su hijo Archie, de un año. “No somos una familia racista”, dijo el hijo mayor de Carlos y Lady Di y duque de Cambridge.
William se convirtió con esta declaración en el primer miembro de la Familia Real en negar las acusaciones hechas por los duques de Sussex, quienes están desde hace un año radicados en Los Ángeles, donde piensan criar a su pequeño hijo y vivir alejados de las responsabilidades que acarrea la vida en Londres. Los señalamientos por racismo fueron hechos por Meghan y Harry durante la entrevista que concedieron el pasado domingo 7 de marzo a Oprah Winfrey, donde relataron los tensos momentos que vivieron en la Casa Real.
El posible heredero del trono de Isabel II hizo las declaraciones durante una visita hecha a un colegio en el este de Londres, en su campaña para apoyar la salud mental de los niños. Consultado sobre si hablaría con su hermano a raíz de las explosivas acusaciones, respondió que aún no lo había hecho pero que lo hará. “No, no he hablado con él, pero lo haré”, señaló el príncipe. El encuentro cara a cara entre ambos hermanos podría ocurrir dentro de unos meses, más específicamente el 1 de julio, cuando se descubra una estatua en honor a su madre, Lady Di, día en el que cumpliría 60 años.
El martes pasado se conoció la primera reacción oficial a las acusaciones hechas durante la entrevista con Oprah. La reina Isabel II emitió un comunicado en el que se indicó que “la familia entera está entristecida luego de enterarse cuán desafiantes fueron los últimos años” para los duques de Sussex, que actualmente viven en Los Ángeles.
“Las cuestiones planteadas, especialmente las referentes a la raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, son tomados muy en serio, y la familia los abordará en privado”, indicó la casa real británica en el escueto documento. “Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”, añadieron.
La duquesa de Sussex, de 39 años, confirmó a Winfrey que hubiese querido que su hijo tenga el título de príncipe “por seguridad”, pero sugirió que se lo negaron por un presunto racismo en la realeza británica. Cuando se le preguntó si el hecho de que Archie fuera príncipe era importante para ella, respondió: “Si significaba que iba a estar a salvo, entonces por supuesto”. Agregó que el Palacio de Buckingham se negó a otorgar protección al niño, a pesar de que esa es la tradición con todos los miembros de la familia real.
Al desarrollar el tema, Meghan reveló que durante su embarazo “hubo (...) preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera”. La duquesa precisó que esos presuntos comentarios racistas se pronunciaron en “conversaciones que la familia tuvo” con Harry, pero se negó a identificar a quienes lo dijeron, al afirmar que “eso sería muy dañino para ellos”.
Cuando se incorporó más tarde a la entrevista, el príncipe Harry confirmó que la conversación giró en torno a “qué aspecto iban a tener los hijos” de él con Meghan, que es mestiza y con raíces afroamericanas, pero se negó a dar más detalles al respecto.
“Es una conversación de la que nunca voy a hablar”, afirmó Harry, quien agregó que fue “chocante” para él. No obstante, aclaró que ese momento sucedió al inicio de su relación con la ex actriz estadounidense y no cuando estaba embarazada de su primer hijo.
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