Los asesores más cercanos del duque y la duquesa de York buscaron la ayuda de un troll en un intento desesperado para desacreditar a una de las mujeres que acusó de abuso sexual al hijo de la reina Isabel II, informó el tabloide inglés Daily Mail.
El equipo del príncipe Andrés buscó el apoyo de Molly Skye Brown, quien atacó a Virginia Roberts en Twitter durante meses y afirmaba que la fotografía del duque de York con su brazo alrededor de la cintura de Roberts, entonces de 17 años, había sido editada.
Roberts, una de las víctimas del multimillonario Jeffrey Epstein, afirma que se vio obligada a tener relaciones sexuales con el duque, ahora de 60 años, en tres ocasiones, acusaciones que él niega con vehemencia junto con cualquier otro delito.
Brown, de 42 años, una ex reina de belleza adolescente que vive en Florida, la acusó entre otras cosas de haberse pasado al bando contrario en un momento dado, siendo ella quien reclutaba a menores para el tráfico sexual de Epstein. De esto ella tendría conocimiento a través de Ghislaine Maxwell, mano derecha de Epstein, quien intentó reclutarla para ser “masajista” del financista cuando ella tenía 14 años e iba a un gimnasio para menores en Palm Beach, cerca de una de las mansiones del fallecido banquero.
La asistente de confianza de Sarah Ferguson, Antonia Marshall, después de haber visto un mensaje en Twitter de Brown que decía que la foto era falsa, le envió un correo electrónico el 14 de diciembre pidiendo una charla y agradeciéndole por su “apoyo en línea” contra Virginia Roberts Giuffre, según la propia Brown habría confesado.
“Hola, Molly. Trabajo para la duquesa de York y me preguntaba si en algún momento sería posible que sacaras tiempo para una tener charla rápida sobre el tuit que has publicado con la fotografía del duque, afirmando que ha sido editada y/o manipulada. ¡Muchas gracias por tu apoyo online!”, decía el correo electrónico, el cual Brown envió al FBI al negarse a seguir colaborando con la familia real.
Durante la conversación, Brown afirmó que Marshall le sugirió una reunión con la duquesa de York y dijo que podría transmitirle un saludo a la reina “ya que todos somos una gran familia y nos vemos todo el tiempo”. De acuerdo al citado medio británico, Mark Gallagher, experto en relaciones públicas y en gestión de crisis del duque de York, también fue reclutado para convencerla para que su acoso no cesara.
Brown sigue manteniendo que la famosa imagen fue “retocada”, aunque tilda de “desesperados” los intentos del príncipe y de su equipo de buscar su respaldo para que siguiera atacando a Roberts con contundencia en redes. Ella se negó a seguir en contacto con el equipo del duque y envió el correo electrónico y los mensajes de texto al FBI que investiga el caso.
En respuesta a las acusaciones de Roberts y tras una desastrosa entrevista para limpiar su imagen, el segundo hijo de Isabel II se vio obligado a renunciar a sus deberes reales y renunciar a sus patrocinios caritativos. Con las autoridades estadounidenses detrás de él para saber si participó en la orgías que el pedófilo organizaba con menores de edad, Andrés de Inglaterra hace mucho que se comprometió a colaborar con la Justicia pero de momento no lo ha hecho. Su estrategia en la actualidad pasa por permanecer escondido.
Su equipo está trabajando entre bastidores para tratar de restaurar su reputación.
Cuando se alejó de su papel real, dijo en un comunicado que tenía la intención de “ayudar en las investigaciones, si fuera necesario”. Pero en enero de 2020, Geoffrey Berman, entonces fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, dijo que el duque aún no había ofrecido información a la investigación del caso Epstein. Cuando Ghislaine Maxwel Maxwell fue arrestada en julio pasado y acusada de seis cargos, tampoco quiso colaborar.
La abogada que representa a seis de las víctimas de los ataques sexuales de Epstein, Lisa Bloom, le pidió en su momento que colaborara con el FBI en la investigación, algo que se convierte en algo aún más importante por la futura declaración de Maxwell, considerada la madame de Epstein. “Es intolerable que haya pasado un año desde que el príncipe Andrés prometiera de forma pública cooperar con las fuerzas del orden que investigan a todas aquellas cientos de mujeres y niñas que han sufrido las agresiones sexuales de Jeffrey Epstein”, se ha lamentado públicamente Lisa Bloom.
Andrés de Inglaterra, de 60 años, pasó la mayor parte del último año aislado con su ex esposa, Sarah Ferguson, en Royal Lodge, la residencia de Windsor que comparten. Una de sus hijas, la princesa Eugenia de York, pronto lo convertirá en abuelo.
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