El último desaire de Meghan Markle y el príncipe Harry a la reina Isabel II

Por segundo año consecutivo, los duques de Sussex se ausentarán de la tradicional celebración de fin de año que la monarca organiza en su finca de Sandringham

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Los Sussex no pasarán las
Los Sussex no pasarán las festividades navideñas con la reina Isabel II. La tradicional reunión de la monarca en su residencia de Sandrigham podría suspenderse a raíz de la pandemia (Shutterstock)

Aún faltan dos meses para las fiestas navideñas. Pero este año, estas fechas estarán marcadas, irremediablemente, por la pandemia de coronavirus. En el caso de la reina Isabel, nadie sabe si podrá celebrar la Navidad en su finca de Sandringham, Norfolk. La única certeza, en este sentido, es que la reunión familiar no contará con la presencia de los duques de Sussex ni la de su hijo Archie.

El príncipe Harry, de 36 años, y su esposa, Meghan Markle, de 39, viven actualmente en su mansión de USD 14 millones en Montecito, California, y se alejaron de sus deberes reales en marzo de este año. Todo indica que el matrimonio real ya le informó a la reina de Inglaterra su decisión de celebrar las fiestas en su nuevo hogar y con sus nuevos amigos de Hollywood.

La noticia fue decepcionante para la reina, que “extraña a Harry y a su bisnieto Archie”, a quien no ha visto en un año. Los duques serán, de nuevo, los grandes ausentes. “En esta etapa, realmente están disfrutando de su nueva vida en California y de su nuevo hogar. Actualmente no hay planes para que regresen al Reino Unido por Navidad”, aseguró una fuente cercana a los Sussex a la revista Vanity Fair.

Se trata del segundo desplante que el príncipe Harry le hace a su abuela después de que en 2019 se instalara en Vancouver para disfrutar en soledad con Meghan de las primera Navidad con su hijo Archie antes de anunciar su renuncia a la Corona.

2019: La postal navideña de
2019: La postal navideña de los duques de Sussex con su hijo

Fuentes del palacio aseguraron que existe una gran probabilidad de que este año Isabel II tenga que renunciar a las celebraciones. Luego de unos meses difíciles para el Reino Unidos a raíz del COVID-19 y para la propia Corona por el Megxit y las acusaciones contra el duque de York, la reina de Inglaterra y su esposo, Felipe de Edimburgo, esperaban con ansias reunirse con sus seres queridos. Kate Middleton, el príncipe William, sus hijos, Carlos de Inglaterra, Camilla Parker y el resto de los Windsor nunca faltan a este evento, que ya se convirtió en una tradición.

Al margen de las restricciones para viajar impuestas por la pandemia, el periódico The Mirror aseguró que los duques se sienten muy entusiasmados por organizar las primeras festividades en su nueva mansión en Los Ángeles, donde compartirán la mesa con otra pareja que se ha convertido en íntima de los Sussex desde el comienzo de su nueva vida: el productor discográfico canadiense David Foster y su esposa, Katherine McPhee, quien está esperando su primer hijo.

Con 70 años, uno menos que el príncipe Carlos, Foster ya es señalado por algunos medios como “el padre sustituto” de Harry, ya que viene ayudando a la pareja real desde que abandonaron el Reino Unido para instalarse en el primer hogar en Vancouver. "Tienen una relación hermosa”, aseguró McPhee.

"David y Katherine hoy son el vínculo más importante de la pareja. No hay ningún plan de pasar la festividad con la familia real”, dijo una fuente cercana a los Sussex al citado medio. Al parecer, de acuerdo con el Sunday Mirror, Foster se convirtió en una figura clave en el acuerdo millonario que los Sussex firmaron con Netflix.

La mansión de Harry y
La mansión de Harry y Meghan Markle en California

Las últimas apariciones de los duques no le gustan nada a la familia real, en especial por sus declaraciones políticas sobre las elecciones estadounidenses. Los miembros de la familia real se mantienen neutros y no votan. "Nadie de la familia sabe de quién reciben consejos, lo que sí perciben es que están dispuestos a hacer lo suyo sin considerar a la monarquía”.

Los amigos de los Sussex creen que la verdadera razón radica en que son conscientes de que una reunión familiar sería tensa después de los distanciamientos familiares que ha provocado el Megxit. “Digamos que si bien las cosas están mejor entre Harry y su hermano, no es lo que era y no creo que nadie esté listo para una Navidad familiar acogedora en este momento”, agregó la fuente.

Las disputas entre Harry y William se remontan a 2017, cuando este último instó a su hermano menor a tomarse su tiempo antes de casarse con Meghan. Y según los autores de Finding Freedom, la biografía no autorizada sobre la marcha de los Sussex, el futuro rey desconfió de Meghan desde el principio, una actitud que a Harry le molestó. Tras el Megxit, algunas informaciones apuntan a que el enfado de William fue monumental y que la grieta entre ellos aún no está cerrada.

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