Fuera del Reino Unido desde marzo de este año, los Duques de Sussex, emigraron primero a Canadá y luego a los Estados Unidos. Los primeros meses se instalaron en un espectacular mansión en Beverly Hills con doce habitaciones, propiedad del millonario Tyler Perry. Ahora dieron un paso más: compraron su primera casa también de proporciones “reales”.
Según el portal estadounidense Page Six, Meghan Markle y el príncipe Harry adquirieron en secreto una vivienda familiar en la localidad de Santa Bárbara, a 140 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde viven desde julio. “Se han instalado en la tranquila privacidad de su comunidad desde su llegada y esperan que esto sea respetado por sus vecinos”, le confirmó un representante al medio HELLO!.
También tse supo que el príncipe Carlos ayudó con los fondos para pagarla, ya que la pareja todavía está pagando las renovaciones de Frogmore Cottage en Windsor.
La nueva residencia elegida se ubica en una zona de alta privacidad, ideal para la pareja. Meghan, Harry, y el pequeño Archie tienen como vecinos a otras estrellas de Hollywood como son Ellen DeGeneres y Oprah Winfrey. La zona parece estar de moda: la actriz Gwyneth Paltrow también está construyéndose una casa allí.
Desde que salieron del Reino Unido en marzo de este año tras renunciar a la monarquía británica, los Duques se alojaron en una exclusiva mansión en las colinas de Beverly Hills con doce cuartos de baños y que pertenece al empresario Perry. Sin embargo, querían algo propio. Fue la mismísima Winfrey -quien fue una de las invitadas estelares en la boda real en mayo de 2018- quién intervino para que lograran el acuerdo entre partes.
“Esta es la primera casa que cualquiera de ellos ha tenido. Ha sido un momento muy especial para ellos como pareja y como familia: lograr tener total privacidad durante seis semanas desde que se mudaron. Tienen la intención de echar raíces en esta casa y en la tranquila comunidad, que tiene una privacidad considerable. Aquí es donde quieren criar a Archie, donde esperan que pueda tener una vida lo más normal posible”, explicó una fuente a Page Six.
Según ese mismo informante, Meghan y Harry nunca habían pensado asentarse en Los Ángeles, sino que habían elegido a esa ciudad emblemática como una transición. Durante meses estuvieron visitando residencias y, en concreto, se han mostrado interesados en una propiedad que pertenece al actor Mel Gibson y por la que estuvieron dispuestos a pagar USD 14 millones.
Todavía no circularon imágenes ni detalles de la operación inmobiliaria. No obstante, los especialistas apuntan a que los duques no buscaban una mansión excéntrica sino una con características de hogar familiar, del estilo de Frogmore Cottage, en la que vivieron casi dos años en el Reino Unido.
Santa Bárbara tiene un marcado pasado español con un estilo neocolonial de época en la arquitectura de las casas. Todos los años, la ciudad celebra Fiesta, un festival que homenajea la herencia que dejaron los fundadores españoles.
La mayoría de las propiedades en Santa Bárbara cuestan entre 19 millones y 20 millones de dólares según los agentes inmobiliarios en los EE. UU.
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