Los 34 años de Charlotte de Mónaco: la intimidad de una de las mujeres más discretas de la realeza

Dueña de un bajo perfil extremo, vive en París junto a su marido y sus hijos. Escribe ensayos y organiza charlas de filosofía. A los 4 años, perdió a su padre en un trágico accidente y su madre, la princesa Carolina, tomó una decisión que la marcó de por vida

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Los 34 años de Charlotte de Mónaco: la intimidad de una de las mujeres más discretas de la realeza (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)
Los 34 años de Charlotte de Mónaco: la intimidad de una de las mujeres más discretas de la realeza (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)

La segunda hija de la princesa de Mónaco y Stefano Casiraghi llegó al mundo el 3 de agosto de 1986. Debido a las leyes sálicas, y a pesar de ser hija de una princesa, nieta de Rainiero III y sobrina del actual Soberano del Principado, Alberto de Mónaco, no le corresponde ningún título nobiliario y se encuentra undécima en la línea sucesoria al trono. Ello, a diferencia de su madre, que es princesa de Mónaco por nacimiento y, además, princesa consorte de Hannover, por su matrimonio con el príncipe Ernst de Hannover.

Charlotte Casiraghi y su madre, la princesa Carolina de Mónaco (AFP)
Charlotte Casiraghi y su madre, la princesa Carolina de Mónaco (AFP)

Fruto del matrimonio de su madre con Stéfano Casiraghi -un acaudalado hombre de negocios y deportista italiano- Charlotte tiene dos hermanos, Andrea (hijo mayor de Carolina de Mónaco) y Pierre Casiraghi. Alexandra de Hannover es su hermana menor, ya que es la hija que su madre tuvo con el príncipe Ernst de Hannover, quienes se separaron hace 10 años.

Charlotte Casiraghi (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)
Charlotte Casiraghi (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)

La infancia de Charlotte estuvo plena de momentos felices y la familia se mostraba sólida. Hasta que a sus 4 años, en 1990, Charlotte perdió a su padre en plena carrera náutica en el Campeonato Mundial de off-shore, que se disputaba en aguas monegascas. En menos de una década, esta fue la segunda muerte trágica que sacudió a la Familia Real. En 1982, su abuela Grace Kelly había fallecido a los 52 años, cuando el auto en el que se trasladaba junto a la princesa Stephanie se deslizó por la ladera de una montaña.

Tiempos felices y lejos de las tragedias: una postal familiar de 1974 en Roma de los príncipes Carolina y Alberto de Mónaco junto a sus padres, los príncipes Rainiero III y Grace Kelly (Shutterstock)
Tiempos felices y lejos de las tragedias: una postal familiar de 1974 en Roma de los príncipes Carolina y Alberto de Mónaco junto a sus padres, los príncipes Rainiero III y Grace Kelly (Shutterstock)

Tras el accidente que terminó con la vida de su padre, Charlotte vivió con su madre y sus dos hermanos durante dos años en Saint Rémy, un pueblo de la Provenza, en Francia. Allí, Charlotte asistió a la escuela Les Dames de Saint-Maur. La familia se instaló en la masía “Le Mas de la Source”, en las afueras del pueblo, donde daban paseos en bicicleta, hacían las compras, recogían flores, andaban a caballo y su vida transcurría de un modo austero, alejado de los grandes lujos. Todo ello, tal como era el estilo de su padre, algo que Carolina le quiso transmitir a sus hijos.

Esa época, a pesar de que fue breve, marcó para siempre el destino de Charlotte, que siempre buscó mantener un bajo perfil, alejarse de los flashes y permanecer en un segundo plano de la Familia Real. En 1992, retornaron al Principado y los niños siguieron con sus estudios en el Lycée François Couperin, ubicado en Fontainebleau.

Sus hermanos Andrea y Pierre Casiraghi (Reuters)
Sus hermanos Andrea y Pierre Casiraghi (Reuters)

Finalizada la etapa escolar, Charlotte estudió filosofía en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne, mientras vivía con su familia en la mansión de los Grimaldi ubicada en la coqueta Avenida Foch, en los Campos Elíseos. Además de francés, habla cuatro idiomas de manera fluida: italiano, inglés y alemán.

Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi en Londres, en 1987 (Shutterstock)
Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi en Londres, en 1987 (Shutterstock)

La verdadera pasión de Charlotte son los caballos y la equitación. Es por ello que, desde pequeña, es amazona y se adjudicó varios premios internacionales en competencias muy importantes, que tuvieron lugar en Europa y hasta en Brasil. La hija de Carolina de Mónaco cuenta con el patrocinio de Gucci.

Su pasión por los caballos y la equitación (AFP)
Su pasión por los caballos y la equitación (AFP)

Dueña de un perfil muy bajo, en contadas ocasiones se muestra en los actos oficiales del Principado. Cada año, asiste con su familia al tradicional Baile de la Rosa, con el objetivo de colaborar con la Fundación Princesa Grace de Mónaco, entidad que preside su madre.

Charlotte, junto a su madre y tu tío, los príncipes Carolina y Alberto, en una de las ediciones del Baile de la Rosa, cuando aún vivía Karl Lagerfeld, el diseñador favorito y gran amigo de las mujeres de la Casa Real de Mónaco AFP)
Charlotte, junto a su madre y tu tío, los príncipes Carolina y Alberto, en una de las ediciones del Baile de la Rosa, cuando aún vivía Karl Lagerfeld, el diseñador favorito y gran amigo de las mujeres de la Casa Real de Mónaco AFP)

Charlotte mantiene una estrecha relación con su tío Alberto, el Soberano del Principado, y con su esposa, la princesa Charlene. Ocasionalmente, los hijos de la pareja real, los príncipes Jacques y Gabriella, comparten juegos con los descendientes de Charlotte, Raphaël Elmaleh, y Balthazar Rassam.

Charlotte acompañada por su hermana menor, la princesa Alexandra de Hannover, su tío, Alberto de Mónaco, y su ex pareja, Gad Elmaleh, padre de su primer hijo (AFP)
Charlotte acompañada por su hermana menor, la princesa Alexandra de Hannover, su tío, Alberto de Mónaco, y su ex pareja, Gad Elmaleh, padre de su primer hijo (AFP)

Desde su juventud, su vida amorosa ha sido tan turbulenta como la de su madre y su tía Stephanie, aunque Charlotte siempre intentó poner un candado para que sus historias no trascendieran públicamente. Su primer novio fue el joven aristócrata austriaco, Hubertus Arenque Frankensdorf, con quien se dejó ver entre 2001 y 2004.

Charlotte y su hijo mayor, Raphaël Elmaleh, junto al Soberano de Mónaco (Shutterstock)
Charlotte y su hijo mayor, Raphaël Elmaleh, junto al Soberano de Mónaco (Shutterstock)

La relación con el humorista y actor de origen marroquí, Gad Elmaleh -15 años mayor que ella- duró 4 años. Fruto de esa relación, se convirtió en madre por primera vez de Raphaël Elmaleh, quien nació en 2013. La pareja vivió en París hasta que el amor llegó a su fin y ella volvió a Mónaco.

Charlotte Casiraghi y Gad Elmaleh (Reuters)
Charlotte Casiraghi y Gad Elmaleh (Reuters)

Tras la ruptura sentimental, Charlotte mantuvo varios romances breves, hasta que en 2017 conoció al productor de cine francés, Dimitri Rassam, hijo de la actriz francesa Carole Bouquet. En 2018 y a través de un comunicado conjunto entre las abuelas, se confirmó la noticia: Charlotte y Dimitri habían tenido a su primer hijo en común. “Su alteza real la Princesa de Hannover y la señora Carole Bouquet tienen la alegría de anunciarles el nacimiento de su nieto, nacido el 23 de octubre de 2018. La madre y el niño se encuentran bien”, rezaba el comunicado anunciando la llegada al mundo de Balthazar Rassam.

Charlotte y Dimitri en la dulce espera de Balthazar, el primer hijo en común de la pareja
Charlotte y Dimitri en la dulce espera de Balthazar, el primer hijo en común de la pareja

En 2019, la pareja pasó por el altar. Su amor quedó sellado en una ceremonia íntima que se llevó a cabo en la abadía Sainte-Marie de Pierredon, en la comuna francesa de Saint Rémy. Allí, Charlotte había vivido dos años tras la muerte de su padre, había descubierto su pasión por los caballos y siempre fue uno de sus lugares favoritos para descansar. Un mes antes, Charlotte y Dimitri se habían casado por civil en el Palacio de Mónaco.

La boda de Charlotte y Dimitri en Francia (Facebook: Palais Princier de Monaco / Félix Dol-Maillot)
La boda de Charlotte y Dimitri en Francia (Facebook: Palais Princier de Monaco / Félix Dol-Maillot)

Charlotte y Dimitri formaron una familia ensamblada, ya que el productor de cine es padre de Darya, la hija que tuvo junto a su ex mujer, la modelo rusa Masha Novoselova. Sin embargo, en los últimos tiempos se rumoreaba de un posible distanciamiento de la pareja, que fue descartado cuando aparecieron fotos de ambos junto a sus tres hijos de vacaciones a bordo del yate Pachá, navegando por la costa de Nápoles. El matrimonio reside en París.

Siempre glamorosa y dueña de un estilo único (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)
Siempre glamorosa y dueña de un estilo único (Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)

Al igual que su madre, gracias a su gran belleza y glamoroso estilo, Charlotte se convirtió en un icono de la moda internacional. Sus looks son imitados en todo el mundo y casi todas las marcas de lujo le ofrecieron contratos millonarios para ser la protagonista de sus publicidades, pero sólo aceptó algunas propuestas, como las de Saint Lauren, Montblanc y Gucci.

Posando para Gucci
Posando para Gucci

En algunas entrevistas, Charlotte confesó que uno de sus pasatiempos favoritos es leer pero que la materia que más le sigue interesando es la filosofía, la carrera que estudió y que hasta la fecha la tiene involucrada, incluso a través de la escritura de varios ensayos sobre diferentes temas. El último fue “Archipiélago de pasiones”, un tratado sobre los sentimientos humanos, y su texto fue escrito en conjunto con su profesor, Robert Maggiori.

Para el vínculo con Maggiori no es nuevo: fue su profesor de filosofía cuando ella cursaba el bachillerato. Desde hace algunos años, se unieron y organizan los Encuentros Filosóficos de Mónaco.

Charlotte arribando al Fetival de Cannes, en mayo de 2019 (Reuters)
Charlotte arribando al Fetival de Cannes, en mayo de 2019 (Reuters)

Hoy, a los 34 años, vive una vida familiar plena en París, donde transita la vida junto a su marido y se encuentra dedicada casi por completo a la crianza de sus hijos, manteniendo en el mayor hermetismo posible.

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