“Finding Freedom”, la biografía no autorizada de Meghan Markle y el príncipe Harry, relata en detalle la amarga despedida del matrimonio a la realeza británica. Tras el llamado Megxit, los duques de Sussex decidieron instalarse a miles de kilómetros del Palacio Buckingham -primero en Canadá y ahora en Los Ángeles- para empezar una nueva vida y dejar su pasado conflictivo.
No obstante, esta nueva etapa de su vida pública no les está resultado nada fácil. La nueva publicación, que sale a la venta el 11 de agosto, expone sus momentos más bajos como miembros del histórico clan Windsor hasta su salida formal a principios de este año.
En el adelanto del libro, que está publicando estos días en exclusiva The Times of London, se puede conocer todo tipo de historias y anécdotas de la pareja real, pero hay una en particular que confirma un hecho que sucedió a finales del año pasado y que fue clave en su decisión de dar un paso al costado como miembros de la corona. Al parecer, tanto Harry como su esposa se sintieron muy dolidos por una actitud que tuvo la reina Isabel II con ellos durante su último discurso de Navidad.
Según afirman Omid Scobie y Carolyn Duran, autores de esta biografía, los Sussex se fastidiaron al comprobar que Isabel II, de 94 años, no había puesto ninguna foto de ellos y de su hijo Archie en su escritorio cuando grabó su tradicional discurso. En contraste, sí aparecían en las fotos los otros miembros de la familia. Ese gesto público molestó mucho a su nieto y a la ex actriz estadounidense. En ese momento, además, los duques estaban siendo blanco de duras críticas por parte de la prensa de su país. El hecho los hizo sentir que la monarca los “hundió” aún más ante la opinión pública.
En el escritorio resaltaban las imágenes de su hijo, el príncipe Carlos junto con Camilla Parker; su marido, el duque de Edimburgo, Felipe; su padre, el extinto rey George VI, y sus favoritos de la familia: William y Kate y sus hijos George, Charlotte y Louis. En 2018, en cambio, Harry y Meghan figuraron en dos retratos.
De acuerdo al libro, esa fue la gota que rebalsó el vaso. El gesto de la reina tuvo lugar después que se conociera que Harry y Meghan habían declinado la invitación de la monarca de pasar Nochebuena con el resto de la familia real en su finca de Sandringham.
“Para Harry y para Meghan aquello fue otra clara señal de que tenían que forjar su propio camino fuera de la monarquía”, señala la publicación; que también explica que el matrimonio “llevaba tiempo sintiéndose apartada contra su voluntad de la institución” y que por eso “ya no sentían a la familia real como parte de su futuro”. No obstante, los autores del libro afirman que fue el hijo menor de Carlos de Inglaterra quien tomó la decisión final de romper lazos con su familia.
Cuando Isabel II ofreció su discurso todavía era secreto que los duques de Sussex fueran a renunciar a sus cargos. Mientras la monarca hablaba al país, la pareja real se encontraba en Canadá de vacaciones en una impactante mansión que habían alquilado para pasar tres semanas lejos del Reino Unido. Unas semanas después, concretamente el 8 de enero, confirmarían su salida definitiva. En el mes de marzo dejaron Vancouver para instalarse en Los Ángeles y en abril se oficializó su renuncia. Desde entonces los duques no volvieron a Londres ni participaron de actos reales.
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