La última aparición pública de la reina emérita, Sofía de Grecia, fue el pasado 6 de marzo, un poco antes de que se decretara el confinamiento obligatorio en España. La esposa del rey Juan Carlos, fue parte de la tradición centenaria de asistir a la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, el primer viernes de marzo. Luego, no se la vio participar en otros eventos, y la prensa española especula con el rumor de que la monarca ha preferido mantener una perfil bajo, casi secreto, para no terminar manchada por el escándalo de su esposo.
Ya pasaron cuatro meses desde que saltó a la luz la investigación de la fiscalía suiza sobre una supuesta cuenta millonaria del rey emérito español Juan Carlos de Borbón en un paraíso fiscal, denuncia que amenaza con herir de muerte a la monarquía en España.
Según la justicia suiza, Juan Carlos habría tenido presuntamente una cuenta en el banco suizo Mirabaud con sede en el paraíso fiscal de las Bahamas a nombre de una supuesta fundación, que en realidad sería una estructura offshore para encubrirlo. A esa cuenta habría llegado en 2008 una transferencia de 100 millones de dólares realizada por el rey de Arabia Saudita.
La causa se inició en septiembre de 2018 a raíz de las filtraciones de unas grabaciones a su ex amante, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein.
La reina Sofía ha soportado en silencio los muchos affaires amorosos de su marido, pero la relación con Corinna es la que más le ha molestado. Según la reina, Juan Carlos dejó de lado sus responsabilidades por culpa de esta mujer. Vale recordar que la alemana organizó el viaje de cacería a Botswana -un escándalo en plena crisis económica en España-, y es la responsable del juicio mediático que tiene al rey como protagonista. La ex amante del rey -que mientras mantuvo su romance se instaló durante varios años cerca del palacio de la Zarzuela- confesó que Juan Carlos le regaló 65 millones de euros “por amor” , según cita el sitio moncoloa.com.
Hoy, las informaciones sobre los negocios del Rey Juan Carlos I ponen en jaque a la monarquía, han manchado la imagen de la corona y, lo peor de todo, podría perjudicar profesionalmente all Rey Felipe VI.
The Telegraph informó que Felipe VI figuraba como segundo beneficiario de una fundación offshore creada por su padre. Así, el rey emitió un comunicado en el que anunciaba su intención de renunciar a la herencia de su padre y le retiraba su asignación pública.
Según especulan los medios españoles el rey estaría preocupado por el daño colateral que podría vivir su madre, algo similar a lo que sucedió con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, hecho que lo obligó a tomar la decisión de apartarla del núcleo cerrado de la realeza.
“La tormenta que se está viviendo en Zarzuela tiene mucho que ver en la desaparición de la Reina. Más allá del coronavirus y de que ella se encuentra en el grupo de riesgo por su edad, resulta cuando menos sorprendente que doña Sofía no acudiera a la misa dedicada a las víctimas del COVID-19 que se celebró en la Almudena el pasado lunes”, citó Vanitatis en su análisis sobre la tormenta que se cierne sobre la corona.
EL palacio de la Zarzuela, han preferido mantener el silencio y no hacer declaraciones al respecto.
La reina emérita ha mantenido una reunión el 5 de junio con el Patronato de su fundación, donde se la vio elegante como siempre luciendo un equipo sastrero, acompañado por un tapabocas como medida preventiva de seguridad. El motivo fue la aprobación “de las cuentas del ejercicio de 2019, que derivan de la ejecución de los proyectos sociales realizados por la Fundación”, según explican en su página web.
Esa fue una breve aparición en meses de silencio.En dicho encuentro la reina lució su anillo de compromiso, que durante años se había quitado, y que volvió a usar en 2019.
Por otra parte, en los últimos meses las princesas Leonor y Sofia empezaron a cobrar más protagonismo en los actos sociales. Según los expertos reales, una manera de “limpiar” la imagen de la monarquía en estos tiempos difíciles.
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