En diciembre del 2022, Dina Boluarte asumió el control del Perú tras la detención de Pedro Castillo por el fallido autogolpe de Estado que lo llevó a prisión preventiva. Una de las primeras acciones de la mandataria fue reunir al equipo que la acompañaría en los diferentes ministerios.
Con la conformación de las carteras ministeriales, quedaba pendiente el voto de confianza que el Congreso de la República le debería otorgar o negar. Esa cita fue convocada para este martes 10 de diciembre, en el que se presentarían las autoridades lideradas por el premier Alberto Otárola.
Al llegar a las instalaciones del parlamento, estos fueron recibidos por representantes de las bancadas de izquierda, quienes se ubicaron con carteles en los que indicaban que eran unos asesinos, acusándolos de ser los responsables de las muertes durante las protestas en Perú.
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Esta bienvenida no duró un par de segundos. Al ingresar al hemiciclo, continuaron los gritos y reclamos al gabinete Otárola. Frente a sus ubicaciones, colocaron fotos de algunos fallecidos y recorrieron las instalaciones llevando en sus manos mensajes como “gabinete asesino”, “Dina renuncia ya”, “asesinos, fuera”, “alto a la militarización”, “gabinete de la muerte”, entre otros.
Los abucheos en el Congreso, emitidos por miembros de Perú Libre y Renovación Popular, pasaron de reclamos a insultos.
Este escenario se vivió ante la ausencia de la mesa directiva, por lo que fue aprovechado por los legisladores, quienes se pararon frente a Otárola para recliminarle las muertes en Puno.
Desde que asumió el gobierno Dina Boluarte, se han registrado 44 víctimas mortales al sur del Perú. De esta cifra, 18 perdieron la vida el 9 de enero en Juliaca.
Ante lo ocurrido, y viéndose impedidos de poder presentarse ante los parlamentarios, el presidente del Congreso, José Williams, tomó la decisión de suspender la sesión y convocó a Junta de Portavoces.
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Muertes y actos vandálicos en Puno
El sur del Perú ha intensificado las protestas desde que se anunció el paro nacional en los primeros días del mes de enero. Estas acciones se retomaron luego de que las manifestaciones se detuvieran por unos días en diciembre del 2022.
El escenario en Puno se ha descontrolado. Los bloqueos de las vías de acceso y enfrentamiento entre policías y manifestantes no han cesado, causando que aumente el número de heridos y fallecidos.
Los puneños siguen exigiendo la renuncia de Dina Boluarte, al no reconocerla como presidenta. Asimismo, reclaman el cierre del Congreso de la República y el adelanto de elecciones para abril del 2023.
Entre los actos violentos que se han registrado el 9 diciembre, se encuentra lo que ocurrió en las tiendas Plaza Vea, Inkafarma, Promart y La Curacao. Individuos prendieron fuego a las instalaciones y saquearon todo lo que encontraron a su paso.
Una turba incendió una patrulla policial en la que se encontraba un efectivo que no pudo encontrar un lugar seguro para refugiarse. El policía murió calcinado y se llevaron su armamento.
De acuerdo al último reporte que emitieron las autoridades peruanas, lo sucedido dejó 18 fallecidos y más de 40 detenidos, quienes tendrán que aclarar sus participaciones en estos actos.
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