Las cifras oficiales señalan que más de un millón de venezolanos han cruzado la frontera peruana en su intento por escapar de la crisis que afronta su país. Estos se han dispersado por diversas regiones del país creando cada uno su propia historia como migrante, pero hay quienes se quedaron cerca de la frontera y que un espacio abandonado y poco prometedor construyeron un lugar al que hoy llaman hogar.
El asentamiento humano 10 de junio es conocido por otro nombre, Villa ‘Chamito’. Esto por la gran cantidad de familias venezolanas que se han reunido en tierras que poco a poco convierten en suyas. Ya han transcurrido cinco años desde que empezaron a levantar sus casas en aquel reducido lugar al costado de la carretera que atraviesa Tumbes y esperan que pronto sean declarados propietarios de dichos espacios.
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“Era un peladero. Fuimos cambiándolo”, cuenta uno de los habitantes del lugar a Latina. En algún momento ocuparon las tierras frente a las que hoy habitan, pero las autoridades decidieron moverlos apenas unos cuantos metros. Hoy el lugar acoge a 260 niños que buscan un mejor futuro en un país marcado por las constantes crisis que atraviesa. Aún así, las esperanzas se mantienen para los migrantes.
Villa ‘Chamito’ también es testigo del largo viaje que realizan muchos de sus compatriotas. Estando cerca a la frontera y a la carretera observan a hombres, mujeres y niños caminar cargando con ellos sus pocas pertenencias y sus altas expectativas. Las cámaras de Latina recogieron historias de familias que cruzaron tres países caminando, pasando hambre y habiendo perdido varios kilos con la ilusión de un mejor futuro.
“Más de dos meses caminando”, cuenta el varón de una familia quien señala unas pequeñas mochilas. “Eso pesa”, agrega para decir que no se dejen engañar por el tamaño. Luego de un largo recorrido, dicho equipaje es una verdadera cruz. A pesar de la crisis que el Perú atraviesa, el cruce de migrantes no cesa y se hace sin supervisión alguna de las autoridades. Tan solo hace falta cruzar un puente para estar al otro lado de la frontera.
Medidas prometedoras
Casi un centenar de organizaciones internacionales y nacionales presentaron este martes el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela en Perú para el período 2023-2024, promovido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y que busca mejorar sus condiciones de vida.
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Mediante un comunicado difundido por Acnur, el organismo de la ONU informó que el plan beneficiará a 1,8 millones de personas, de las cuales 1,6 millones ya viven en Perú y 203.000 van a cruzar al país, según sus previsiones.
El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP, por sus siglas en inglés) se desarrollará en 17 regiones de Perú en los próximos dos años, entre personas refugiadas, migrantes y comunidad de acogida peruana en situación vulnerable, detalló Acnur.
Está firmado por 98 organizaciones que conforman el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM), que se coordina con otros 16 países de la región que acogen a refugiados y migrantes venezolanos mediante la Plataforma Regional R4V.
“Las prioridades del Plan han sido identificadas junto con las mismas personas refugiadas, migrantes y de la comunidad de acogida, y buscan complementar los esfuerzos del Gobierno peruano a través de actividades que permitan a las personas refugiadas y migrantes asegurar tres comidas al día, albergarse en una vivienda digna y tener acceso a la salud”, detalló el organismo internacional.