Luego de salir del poder hace cuatro años por intentar reelegirse de manera ilegal como presidente en Bolivia, Evo Morales se abocó a expandir su proyecto geopolítico llamado Runasur por diversos países de América Latina. Entre ellos incluyó a Perú, donde se convirtió en un frecuente visitante en los últimos meses cuando Pedro Castillo tenía el poder en esta Nación.
El preludio de lo que sería la fuerte presencia de Morales en Perú comenzó cuando, sin ser presidente en funciones, fue uno de los invitados privilegiados de Castillo en su asunción de mando presidencial el 28 de julio del 2021. Luego, en agosto del mismo año, volvió a Lima para explicar en qué consistía su propuesta del Runasur en reuniones con sindicatos.
Además, Morales aprovechó para respaldar algunas iniciativas de la izquierda peruana como la conformación de una asamblea constituyente, la nacionalización de los recursos naturales, dejar sin efecto la implementación de políticas que llama ‘antiimperialistas’ y la promoción de la aplicación de los cultivos de coca.
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La injerencia del expresidente boliviano dio pie a que, el 23 de noviembre de 2021, el Congreso lo declarará ‘persona no grata’ y, además, se exigió a las autoridades peruanas a que se prohíba su ingreso al país. Sin embargo, Evo Morales evadió este pronunciamiento y siguió con sus actividades, pero en el sur.
De esta manera, el político boliviano escogió ciudades como Cusco y Puno para realizar sus actividades proselitistas. Para su objetivo, escogió a su excanciller Fernando Huanacuni como interlocutor mientras no estaba en Perú.
Huanacuni fue el que organizó la primera reunión del Runasur en el país en diciembre del 2021. Allí iban a participar representantes de Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia. No obstante, no se pudo dar porque por aquella época la pandemia persistía.
A lo largo del año pasado, Morales llegaba a Puno. En esa parte de la región del sur era recibido por los ciudadanos residentes de las zonas aledañas al Lago Titicaca. Tanta era la admiración hacia el líder boliviano, que recibió un reconocimiento del exgobernador de la región, Germán Alejo, y del rector de la Universidad Nacional del Altiplano Puno, Paulino Machaca Arias, quien le entregó un doctor honoris causa.
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En retribución por el apoyo, Evo aprovechaba para lanzar propuestas como el tren interoceánico a lo largo de Perú, Bolivia y Brasil. Según explicó, sobre el tema dialogó con los expresidentes Martín Vizcarra y Ollanta Humala, en las pasadas gestiones de los exmandatarios, pero no se llegó a ningún acuerdo.
“Hablé con el expresidente Ollanta Humala (años atrás), estuvimos aquí reunidos (en Puno), también en otras regiones. Si garantizáramos el tren interoceánico: Ilo, Perú, pasando por Bolivia al puerto Santos, en Brasil, no se imaginan cuánto ganaría la región. No solo Perú, ni Bolivia, ni Brasil, sino toda la región”, manifestó.
La caída de Castillo
Sin embargo, Morales abandonó su agenda del Runasur cuando el expresidente Pedro Castillo fue destituido por el Congreso tras el fallido autogolpe de Estado del pasado 7 de diciembre. En un tuit exigió que la familia del profesor rural sea resguardada y acusó a sus opositores de la medida.
“La crisis política que afecta al hermano pueblo peruano, al Perú profundo especialmente, fue provocada por la conspiración permanente de la derecha fujimorista y medios derechistas contra un gobierno elegido en las urnas cuyo ‘delito imperdonable’ fue representar a los más pobres”, escribió el 7 de diciembre.
“El discurso de odio y las amenazas de escarmiento de la derecha peruana y sus medios de comunicación en contra del hermano Pedro Castillo ponen en riesgo la integridad de él y su familia. Que la CIDH active las medidas cautelares para preservar su vida”, agregó en un siguiente discurso.
“El golpe congresal de la derecha en Perú nos llama a una profunda reflexión. Un gobierno elegido por el pueblo nunca debe abandonar su base ideológica ni alejarse de su militancia. Pensar que la derecha puede aceptar presidentes de movimientos populares es el peor error histórico”, publicó el 10 de diciembre.
La postura de Morales cambiaría cuando se dieron las primeras acciones represivas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Perú, que provocó 28 fallecidos en los enfrentamientos. Ahí lanzaría sus críticas más severas contra el nuevo Gobierno de Dina Boluarte.
“Nuestra preocupación y repudio por la represión policial que ya provocó personas muertas y heridas en las movilizaciones del pueblo en Perú para reclamar la libertad del hermano Pedro Castillo y Asamblea Constituyente. Solidaridad para las familias de los hermanos fallecidos”, añadió.
“Nos unimos al clamor de defensores de la vida y Derechos Humanos para exigir que paren la masacre de nuestros hermanos indígenas en Perú, que reclaman respeto a su voto y una democracia que los represente. Ningún gobierno que se manche las manos con sangre del pueblo es legítimo”, lanzó.
“El hermano pueblo de Perú vive un estado de insurrección por la exclusión y la discriminación. La solución no es una reforma parcial a la Constitución ni la represión. La solución es la refundación del Estado a través de una Asamblea Constituyente democrática e incluyente”, apuntó.
Las declaraciones públicas de Morales provocaron, como era de esperarse, la reacción del Ejecutivo peruano. “Estamos conversando con Migraciones, para que, dentro de este contexto, veamos la situación de ingreso del señor Evo Morales al país. Creo que nadie, ninguna persona, ningún expresidente, ningún líder de otro país tiene porque intervenir en temas internos de un país”, sostuvo la presidenta Dina Boluarte en PBO Radio.
Además, la jefa de Estado anotó que si Morales quiere seguir como un referente político en Bolivia, pues que lo haga dentro de su país y no en el nuestro. “Estamos dentro del Perú, donde hay líderes políticos, sindicalistas, gremialistas y toda la sociedad civil que tenemos derecho a tejer nuestra propia historia, ningún personaje ajeno debe estar interviniendo (…) el Perú es uno, una patria única”, señaló.
Impedido de ingresar
Debido a su constante injerencia, el Gobierno peruano decidió que Evo Morales no podrá ingresar a su territorio.
A través de las redes sociales del Ministerio del Interior se informó hoy que la Superintendencia Nacional de Migraciones dispuso el pasado 6 de enero que Morales no entrará al territorio nacional con base en el artículo 48 de la Ley de Migraciones - Decreto Legislativo 1350. La medida alcanza, además, a ocho de sus colaboradores más cercanos.
“En los últimos meses, se ha identificado a ciudadanos, de nacionalidad boliviana, que ingresaron al país para realizar actividades de índole política proselitista, lo que constituye una clara afectación a nuestra legislación migratoria, a la seguridad nacional y al orden interno del Perú”, se lee en el comunicado del Mininter.
“El Perú es un país soberano y democrático, cuyo ordenamiento migratorio que todo ciudadano extranjero en el territorio nacional tiene el deber de conducirse cumpliendo el ordenamiento jurídico, en especial referido a la seguridad nacional y el orden interno”, añade.
“El Perú reitera a sus ciudadanos y a la comunidad internacional su más profundo respeto por los derechos humanos, así como los lazos históricos que nos unen con diversos países sudamericanos, con los cuales llevamos adelante importantes alianzas destinadas a lograr el desarrollo, paz social, bienestar y seguridad de nuestras sociedades”, cierra la misiva.
Además, el congresista peruano Jorge Montoya (Renovación Popular) presentó una denuncia contra el expresidente boliviano ante la Fiscalía de la Nación por haber cometido el presunto delito de atentado contra la seguridad nacional y traición a la patria, en la modalidad atentado contra la integridad nacional prevista y penado en el artículo 325 del Código Penal.
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