Han transcurrido cinco semanas desde el estreno comercial de ‘Willaq Pirqa. El cine de mi pueblo’ y desde entonces se ha construido una red de promoción de la cinta, principalmente desde redes sociales. El aumento de espectadores permitió que se abran más salas en regiones como Lambayeque, Junín y Arequipa, pero sorprende que tratándose de un filme enteramente en quechua no esté disponible en alguna ciudad donde predomine esta lengua.
Siendo Cusco la región donde se grabó la cinta y que concentra a más 1,7 millones de quechuahablantes, la obra de César Galindo estuvo disponible apenas una semana. El estreno no solo tuvo que enfrentarse a la llegada a cartelera de ‘Avatar. El camino del agua’ y ‘Atrapada’, sino también a la crisis política en el Perú. Fue precisamente el ombligo del mundo una de las ciudades donde la población se manifestó contra el gobierno de turno.
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Tras los enfrentamientos y el toque de queda impuesto, la cadena Cineplanet no ha repuesto la sala donde se proyectaba la cinta, privando así a miles de cusqueños de disfrutarla, incluido el propio protagonista. Víctor Acurio, quien da vida al pequeño Sistu, contó a Infobae que espera que pronto sus paisanos y todos aquellos con los que comparte la misma lengua tengan la oportunidad de vivir la experiencia de ver ‘Willaq Pirqa’.
Momento único
La primera vez que se proyectó la cinta fue también la primera vez que Víctor Acurio veía una película en el cine. En aquel primer momento resultó emocionante ver su propio rostro en una pantalla gigante, pero tras ver otras cintas en otros idiomas, oír su lengua a través de los parlantes se transformó en todo un acontecimiento. El vínculo que podía crear con aquella historia, que ya conocía a detalle, se hizo aún más fuerte.
“Cuando veo ‘Willaq Pirqa’ mi comprensión es más rápida que cuando veo ‘Avatar’ porque tengo que leer los subtítulos y concentrarme en el video. Pude ver también ‘La luz del diablo’ y aunque es una película en español hace falta concentración para entenderla del todo”, contó Acurio para luego resaltar el orgullo que le provoca verse representado no solo él, sino también el mundo que lo ha rodeado desde pequeño.
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A pesar del limitado número de salas habilitadas hasta el momento, ‘Willaq Pirqa’ aspira llegar a la mayor cantidad de rincones del país, en especial aquellas donde se hable quechua. Son 3,799,780 peruanos a quienes llegar, ciudadanos a quienes el cine ofrece la oportunidad de verse y sentirse representados en esa pantalla donde durante décadas ha predominado la piel blanca y un idioma ajeno.
“Me gustaría que la película esté en provincias donde se hablan otros idiomas además del español porque ahí viven con quienes la historia se asemeja más. La película podría ser mejor comprendida por el significado que trae. ‘Willaq Pirqa’ hace que veamos nuestro Perú desde otro punto de vista, desde la comunidad, la naturaleza, las costumbres y los paisajes”, agregó Acurio en conversación con Infobae.
Tierna bofetada
Si el Oscar de ‘Parasite’ sirvió para recordarnos que existe una valiosa oferta de entretenimiento más allá de Hollywood, ‘Willaq Pirqa’ ha hecho algo similar con el público peruano y le ha mostrado un rostro del mundo andino distinto al que solemos encontrar en películas. Esta faceta tierna, madura y soñadora expande los horizontes de quienes miramos el filme cómodamente desde la ciudad.
‘La casa rosada’, ‘La boca del lobo’, ‘Paloma de papel’, ´La última noticia´, ‘La teta asustada’ mostraron un ande que atravesaba o vivía las consecuencias de la lucha contra el terrorismo a finales del siglo pasado. Años después llegaron cintas como ‘Retablo’ que se aventuró a abordar la problemática LGBTIQ+ o ‘Wiñaypacha’ que, narrada enteramente en aymara, mostró los efectos de la migración en una pareja de ancianos.
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Por su parte, ‘Willaq Pirqa’ conserva una pequeña cuota de drama en su historia, pero en esta predomina la comedia contada desde la inocencia de un niño. La cinta confirma que en el ande no solo se sufre, sino que también se goza, se ríe, se sueña y ante los muros impuestos por el mundo occidentalizado, se busca una forma de burlarlos. Es, en otras palabras, la representación de una realidad que, estando tan cerca, la sentíamos tan lejana.
La historia es un remezón para los citadinos, pero para quienes crecimos rodeados del quechua y nunca lo aprendimos se siente como una bofetada. Lo dicho por Bong Joon-Ho sobre la oportunidad de descubrir películas maravillosas una vez superada la barrera de los subtítulos se hace aún más concreto y nace una suerte de envidia por quienes disfrutan en su totalidad la historia que se asemeja a las oídas en la mesa del hogar.
‘Willaq Pira’ continúa batallando con taquilleras cintas en las salas de cine y si bien el mundo de las redes sociales no es otro que un circuito cerrado, ha sido de gran ayuda para aumentar el flujo de espectadores. Pero aún hay más por lograr, además de mantener el filme en pantalla grande, hace falta encontrar la manera de que esa pared que habla continúe su recorrido donde será comprendida en su totalidad.
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