Mario Vargas Llosa comparó a Pedro Castillo con Alberto Fujimori por el fallido autogolpe de Estado en Perú

Después de semanas de silencio, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se pronunció sobre la reciente crisis política que aún persiste en Perú. Cuestionó al expresidente Pedro Castillo, quien cumple 18 meses de prisión preventiva en el penal de Barbadillo por el fallido autogolpe de Estado del pasado 7 de diciembre contra el Congreso de la República.

De hecho, el escritor peruano comparó lo hecho por Castillo Terrones con lo realizado por el exmandatario Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992. Sin embargo, con una diferencia clara. “Pedro Castillo, quiso dar un golpe de Estado, pero se olvidó de informar a los militares, o por lo menos a los que realmente cuentan, que son los que saben de estas cosas”, escribió en su columna publicada en el diario El País de España.

Vargas Llosa indicó que la imagen internacional del Perú se ha visto deteriorada en las últimas semanas a causa de lo ocurrido con Castillo. Y recordó la invocación que hizo en las pasadas elecciones generales al pedir que se apueste por Keiko Fujimori.

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“Los peruanos, en una equivocación garrafal, eligieron a un presidente como Pedro Castillo, que, claramente, no tenía la preparación básica para ejercer ese mando. Por eso, yo llamé a mis compatriotas a votar por Keiko Fujimori, que parecía más preparada que el pobre cajamarquino que fue elegido”, agregó en su texto.

El autor de La ciudad y los perros mencionó, además, que hay un consenso claro que Castillo Terrones es “el peor presidente de la historia del Perú, (incluyendo, por supuesto, a los golpistas)”. “Hay cargos que no se puede encomendar a un maestro rural como él pues es claramente una temeridad”, enfatizó.

Vargas Llosa recordó también el perfil con el que el exmandatario se presentó al electorado antes de que hiciera con el triunfo en los pasados comicios.

“Este candidato era alguien que se presentaba por un partido marxista, que había estado cerca de un grupo de fachada de Sendero Luminoso, que desconocía las leyes y que no tenía idea de los problemas básicos del país de los que han resultado los embrollos subsiguientes”, argumentó.

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El Nobel de Literatura 2010 también utilizó su espacio para cuestionar a los grupos de la izquierda y extrema izquierda peruana que, como aliados del expresidente Castillo, “procedieron de inmediato a cerrar carreteras, capturar aeropuertos, atacar policías y asaltar dependencias del poder judicial y la Fiscalía, y extender el caos en el pobre país”.

Además, Vargas Llosa apuntó contra los presidentes Andrés Manuel López (México), Gustavo Petro (Colombia), Luis Arce (Bolivia) y Alberto Fernández (Argentina) por firmar un pronunciamiento en el que implícitamente respaldaban a Castillo pese a la detención judicial que hay en su contra por querer quebrar el orden democrático.

“Es mucho pedir, sin duda, en la alborotada América Latina de estos días. Habría que reclamar una cosa parecida a los mandatarios de México, Bolivia, Argentina y Colombia, que, de manera irresponsable, han apoyado a Pedro Castillo y a la extrema izquierda peruana, en su delirante tesis del “secuestro” del expresidente, olvidando sin duda los problemas que tienen en su propia tierra y que parecen bastante graves. Tanto que, comparados con los del Perú, estos últimos parecen pecados apenas veniales”, mencionó el escritor de origen arequipeño.

Contrario a estos mandatarios extranjeros, el autor de Conversación en La Catedral resaltó la actitud de Gabriel Boric de Chile que ha tenido una posición neutral en la crisis peruana que ha llegado a extenderse en América Latina.

“Harían bien en seguir el ejemplo del mandatario chileno Gabriel Boric, que, de manera admirable, se ha abstenido de meter la mano en el avispero peruano, manteniendo una neutralidad que lo honra, así como el Perú guardó una respetuosa neutralidad cuando las manifestaciones y escándalos afectaron lo que parecía una fórmula exitosa para la sociedad chilena”, anotó.

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Por todo ello, Vargas Llosa se preguntó qué viraje política desea darse en América Latina tomando como claros ejemplos lo que pasa en Cuba y Venezuela.

“América Latina parece empeñarse en seguir el ejemplo de Cuba y Venezuela, países que, basta averiguar lo que ocurre con sus poblaciones, y la deserción de sus habitantes para partir al extranjero —a Estados Unidos por supuesto, o, en todo caso, a cualquiera de los países de América Latina—, en busca de trabajo y de un futuro que no sea seguirse empobreciendo y arruinando, para darse cuenta de que ofrecen las peores perspectivas. Ya basta de imitar los malos ejemplos, que solo conducen a agravar la situación de los pobres, sobre todo, pero también de esas clases medias a las que parecería que queremos llevar a la ruina, hundiéndolas cada vez más en la miseria o la desocupación”, expone.

“Hoy en día cualquier país puede elegir el progreso y la modernidad. Pero, para ello, debe renunciar a políticas absurdas y que ya han sido derrotadas por la historia del siglo XX. Mientras nos aferramos a un pasado anacrónico, podemos perder el tren. Y el resultado es un conjunto de países cada vez más pobres y atrasados, del que los ciudadanos solo quieren huir. ¿Eso es lo que queremos para América Latina?”, finalizó.

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