Los nuevos alcaldes han perjudicado el espacio público en menos de una semana: borraron murales, retiraron bancas y dañaron ciclovías

La nueva gestión municipal en ciertos distritos de Lima ha sido arduamente criticada por las drásticas decisiones que han tomado los nuevos funcionarios. La eliminación del mural de Máxima Acuña y Rosita Guzmán, en Barranco, ha sido una de ellas.

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Nuevas autoridades municipales priorizan la decisiones que dañan los espacios públicos en su primera semana de gestión.
Nuevas autoridades municipales priorizan la decisiones que dañan los espacios públicos en su primera semana de gestión.

Las primeras acciones de los nuevos alcaldes de los distritos de Lima han sido arduamente cuestionadas por los ciudadanos. Con el pretexto de buscar la reactivación económica en la zona, en menos de una semana desde que asumieron sus cargos, los funcionarios han perjudicado los principales espacios públicos de ciertos distritos mediante el retiro de bolardos, bancas y macetas. Junto con ello, las ciclovías construidas recientemente fueron afectadas. También se eliminaron murales con figuras de mujeres andinas, activistas de derechos humanos. De acuerdo a expertos consultados por Infobae, estas medidas no tienen sustento lógico.

Después de la juramentación de las nuevas autoridades distritales, las municipalidades publicaron, a través de redes sociales, las primeras acciones de sus titulares. El 2 de enero de 2023, un día después de la juramentación de Francis Allison, la Municipalidad de Magdalena del Mar anunció que la gestión del funcionario inició con el retiro de bolardos de la cuadra 6 de San Martín. En la publicación se enfatiza que la medida fue basada en el “clamor vecinal”.

“¿Clamor vecinal? ¿A quién le preguntaron? Es necesario que la política urbana priorice al peatón y a vehículos menores (nada contaminantes o menos contaminantes que los autos)”, “Lamentable decisión. Las ciudades deben priorizar al peatón y no al tránsito vehicular”, “Recuperar la ciudad para los autos va en contra de cualquier noción contemporánea de ciudad. Las calles son primordialmente para las personas. Qué lastima por Magdalena”, comentaron los usuarios.

Esta medida también fue empleada por la Municipalidad de Lince, que publicó fotografías de Malca Schnaiderman, actual alcaldesa del distrito, retirando de la vía pública bancas, bolardos y macetas de la zona que rodea el mercado Lobatón. En este caso, se mencionó que la iniciativa tiene como objetivo incentivar la economía de la zona.

“Sería interesante que la Municipalidad de Lince explique cómo la peatonalización, y el mejoramiento de los espacios públicos enfocados en las personas y la movilidad sustentable, afecta la calidad de vida y la actividad comercial del distrito, cuando la experiencia global dice lo contrario”, “Está destruyendo inversiones realizadas con dinero público que fue invertido en espacios públicos. Debe denunciarse la destrucción del mobiliario urbano que les ha costado a todos los contribuyentes”, “Soy vecina de Lince y lo que está haciendo la nueva alcaldesa (que ningún vecino conoce) es un atentado contra los vecinos. La señora desconoce que en esas bancas luego de comprar, nos sentamos, hablamos, socializamos, hacemos vida comunal. Deje de destruir nuestro distrito”, indicaron los usuarios.

¿Y la reactivación económica?

Infobae se comunicó con el exregidor de Lima Metropolitana, Carlo Ángeles, quien explicó que las municipalidades cuentan con evidencia suficiente para considerar que la activación de la economía se impulsa mediante la implementación y desarrollo de espacios públicos. Por ello, consideró contradictorio las decisiones de ambos funcionarios.

“Estas decisiones no tienen ningún tipo de asidero ni sustento técnico. De hecho, hace tres días los vecinos salieron a protestar en contra de esta decisión porque esto no refleja lo que es la voluntad de los vecinos. Los espacios públicos son para ellos. La excusa de ceder espacio público para beneficiar a un privado bajo el pretexto de reactivar la economía no tiene ningún tipo de asidero y desnaturaliza lo que debe ser el uso de los espacios públicos, que es, precisamente, que estas zonas se encuentren a disposición del vecino y eso es algo que no se ha realizado”, expuso.

De acuerdo al activista ambiental, iniciativas como estas favorecen al transporte privado por encima del peatón y perjudica los avances obtenidos en los últimos años. El exfuncionario señaló que resulta preocupante que en apenas siete días de gestión municipal se estén tomando decisiones que atenten contra los derechos de los ciudadanos frente al espacio público. Sobre todo, porque la evidencia muestra que una mejor peatonalización permite el objetivo de estos funcionarios: impulsar la economía de la zona.

“Hay otras iniciativas que están impulsando que contribuyen a la reactivación económica y esto está demostrado a detalle por la Gerencia de Desarrollo Económico y la Municipalidad Metropolitana de Lima. La peatonalización termina por contribuir al desarrollo económico. Hemos visto como finalmente los negocios que operan en espacios que sean peatonalizado terminan viéndose beneficiados y terminan contribuyendo al desarrollo económico en la ciudad.”, acotó.

“La peatonalización no debe verse como un obstáculo para el desarrollo económico, todo lo contrario, es un motor para el desarrollo económico. Esto es algo que deben entender los alcaldes muchos de estos alcaldes porque no tienen ningún tipo de experiencia municipal y están tomando decisiones de lo que creen que funciona. Aquí lo que hay que hacer es tomar decisiones basadas en la evidencia y la evidencia demuestra que la peatonalización, que una ciclovía bien conectadas y también experiencias exitosas, como las terrazas gastronómicas, terminan por dinamizar la economía de los lugares”, agregó.

El especialista resaltó que el uso de macetas también fomenta la peatonalización de algunos espacios públicos, por ejemplo, su rol en el Centro de Lima. Ángeles aseveró que la ubicación de estas está basada en puntos estratégicos luego de un proceso técnico para evitar la contaminación por dióxido de carbono.

“Cuando estos alcaldes, de manera prepotente, están retirando estas macetas, no solamente las están quitando de su lugar, sino que están contribuyendo a la brecha de áreas verdes, están contribuyendo la contaminación de espacios que habían sido determinados como estratégicos para la reducción de emisiones en toda la ciudad. Además, están reduciendo espacio que ya se había ganado para el peatón, sin mencionar que están atentando contra lo que dicen que quieren mejorar, que es el desarrollo económico”, recalcó.

También precisó que el retiro de bolardos perjudica a las ciclovías de los distritos y podría afectar también la seguridad de los ciclistas. Según el especialista, Lima Metropolitana cuenta con un total de 326 mil kilómetros de ciclovías, de los cuales más de 100 mil kilómetros son administrados por los distritos de la capital y son estas las que se encuentran en riesgo ante las nuevas gestiones municipales.

Compromiso con los espacios públicos

Para Mariana Alegre, directora de la organización Lima Cómo Vamos, los nuevos funcionarios cuentan con un concepto erróneo de “espacios públicos” que les impide atender las necesidades de la población con un enfoque humano e inclusivo. Comentó que las primeras acciones de las autoridades le están brindando más importancia a los vehículos que a los peatones, cuando debería ser al revés.

“Se está haciendo un retroceso enorme en relación a lo que habíamos avanzado en materia de enfoques de recuperación de espacios públicos para el uso y disfrute de la ciudadanía. Los carros no disfrutan los ambientes públicos, las personas sí. Una persona en auto que estacione ahí por ocho horas no está ocupando la calle. Los enfoques de ciudad en todo el país parten de la idea equivocada de que el espacio público es para los autos dejando de lado las zonas para quienes caminan, que son más”, explicó.

Para la experta, esto no solo perjudica la peatonalización, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. Alegre afirmó que esto responde a una “antigua escuela” de gestión pública y urbanismo, la cual considera que mientras más tránsito vehicular se registre es mejor para los distritos. Sin embargo, aseguró que ello no es cierto, pues convierte a las ciudades en espacios más “agresivos y estresantes” al no considerar espacios de recreación y cultura.

Además, detalló que construir espacios amigables para los visitantes y los vecinos impulsa la visita de peatones a los comercios y zonas turísticas de la zona que, a su vez, representa una mejora económica en el lugar. El concepto de mejores ambientes públicos también incluye un correcto tráfico vehicular, con espacios para estacionar y mecanismos de control para evitar congestión e inconvenientes con los automóviles.

“Las municipalidades pueden empezar haciendo pruebas. Un domingo se puede cerrar una calle y activar los espacios ganados con actividades culturales y recreativas. Eso va a impulsar la economía. Hay dos formas, la que promueve la municipalidad, como la instauración de ferias, y a su vez la que se genera de forma espontánea, la de los propios vecinos que se van a adaptar”, resaltó.

“Lo que se tiene que hacer, y no se hace, es controlar y gestionar bien las emisiones que se generan porque si hay más gente, hay más bulla, hay más basura. Ante eso, hay que colocar más tachos de basura, hay que eliminar de forma correcta, hay que evitar que no hayan ruidos demasiados fuertes para no molestar. Esa gestión es algo que se tiene que hacer, pero que se nos pide a los peatones, pero no a los carros. Ellos botan humo, tocan el claxon y muchas veces generan accidentes. Pero de eso la municipalidad no se quiere hacer cargo. No implementan medidas de tráfico calmado”, añadió.

Asimismo, Alegre mencionó que también se debe considerar hacer sentir cómodos a los visitantes y vecinos mediante el fortalecimiento de la seguridad ciudadana, los atractivos en buen estado y servicios de calidad. Para ello, también es necesario considerar establecer límites a los vehículos.

¿Racismo, ideología o políticas públicas?

La mañana del 5 de enero, el mural de Máxima Acuña, defensora de derechos humanos, situado en Barranco, amaneció cubierto de una gruesa capa de pintura amarilla que eliminaba el recuerdo de la ardua lucha de la mujer peruana.

“Barranco, el distrito cultural más emblemático. Hoy, Jessica Vargas arranca su gestión eliminando uno de los murales más hermosos de la comuna. Tal vez porque Máxima Acuña es un emblema de la defensa de la tierra o porque la ola celeste de Renovación Popular desprecia el ornato”, escribió un usuario.

En las paredes del municipio barranquino ya no se ve la pintura de la agricultora y defensora ambiental, Máxima Acuña.
En las paredes del municipio barranquino ya no se ve la pintura de la agricultora y defensora ambiental, Máxima Acuña.

Poco después, se dio a conocer que el mural que retrataba a Rosa Guzmán, peruana y representante peruana en los Grammys, pintado en el mismo distrito también había desaparecido. En su primera semana de gestión municipal, Jessica Vargas optó por priorizar la eliminación de ambos retratos artísticos.

“Es bastante sorpresivo y desafortunado que se tome una decisión como esta, de borrar a dos personas importantes para la cultura peruana y que, además, coinciden en que son personas racializadas. Esto podría tratarse de una coincidencia bastante desafortunada: que la primera acción sea eliminar los murales de dos mujeres racializadas y que estos sean los únicos retratos que se borren del distrito”, opinó la investigadora Ana Lucía Mosquera Rosado.

“Barranco se caracteriza por tener muchísimo arte en las calles. El borrado no tiene mucho sentido. Esto es bastante contradictorio y creo que deja bastante en claro cuáles son las prioridades. Parece que estas no responden a políticas públicas”, agregó.

La iniciativa de la titular de Barranco fue saludada por el congresista Alejandro Cavero*, quien refirió que el distrito no genera “odio y polarización” en la sociedad.

Al respecto, Mosquera Rosado explicó que resulta “preocupante” que se tomen a los defensores de derechos humanos como personas que polarizan al país.

“No ven estos temas como algo que se tiene que defender. Máxima Acuña trabajó durante muchísimos uñas por defender su territorio. Su mensaje es bastante potente y bastante importante, pero, desafortunadamente, nos encontramos con la idea de legitimar las luchas de cualquier tipo de defensa de derechos humanos. Se ve como polarización y se ve como promotora del odio cuando precisamente es lo contrario”, aseveró.

*Infobae intentó comunicarse con el congresista Alejandro Cavero para solicitar más información acerca de su comentario sobre la eliminación de los murales en Barranco, pero no obtuvimos respuesta.

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