Durante el 2022, la economía peruana se ha visto afectada por la inflación internacional, la crisis política y social, lo cual se ha visto reflejado en el alza de varios precios de los productos de la canasta básica familiar y una disminución en la proyección del crecimiento de este año.
Si bien la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó recientemente que la economía de este país crecería 2.7% en 2022, este porcentaje está por debajo de lo esperado a principios de año, cuando se calculaba que el crecimiento sería de 3%.
¿Cuáles han sido los factores que han ido modificando estas cifras y cuáles fueron los acontecimientos más importantes en materia de economía en el Perú? Esto es lo que ha ocurrido durante el 2022:
Desde el inicio de año las proyecciones no eran optimistas y auguraban una desaceleración en el crecimiento de la economía peruana para 2022. Según el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2021 de la Cepal, el Perú solo crecería un 3%, cifra menor a la estimada el año anterior, cuando el organismo proyectaba un 4.4% de crecimiento económico.
En cambio, las proyecciones del presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, eran más optimistas y esperaba un crecimiento de 3.4%. En tanto, el ministro de Economía y Finanzas (MEF) de entonces, Pedro Francke, indicaba que el Perú crecería entre 3.5% y 4% durante el 2022.
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En cuanto al dólar, lo destacable era que el tipo de cambio había revertido su tendencia alcista vigente desde febrero del 2020, lo cual llevó a una revisión de la proyección para el cierre del de 2022 de S/ 4.25 a S/ 3.80 por dólar, de acuerdo al Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank. Estos cálculos se han vendido cumpliendo y durante el mes de enero se presentó una baja de S/ 3.99 a S/ 3.84 por dólar.
El mes de febrero, en el ámbito económico, estuvo marcado por lo político. El primero de ese mes, Pedro Francke confirmó que dejaba el puesto de ministro de Economía y Finanzas, el cual estuvo a su cargo desde el inicio del gobierno de Pedro Castillo y donde permaneció durante el segundo gabinete. Esta salida se dio en medio de una nueva crisis en el gobierno generada tras la renuncia del exministro del Interior, Avelino Guillén, la cual provocó que Mirtha Vásquez deje la presidencia del Consejo de Ministros y que el mandatario anuncie un nuevo gabinete.
“Las cifras macroeconómicas respaldan nuestro trabajo, se logró una recuperación rápida que nos permitió ser el país con mayor crecimiento (13%) en la región, tenemos un déficit fiscal de apenas 2.6% del PBI y una inversión pública récord de S/39 mil millones (…) un crecimiento del 34% de la inversión privada, superando los niveles prepandemia en más de 12% y alcanzando un nivel nominal récord. El riesgo país de los más bajos de la región” indicaba Francke en su balance de despedida.
El nuevo Gabinete estaría presidido por Héctor Valer Pinto y el reemplazo de Francke en la cartera de Economía sería Oscar Miguel Graham Yamahuchi, quien estudió Ingeniería Económica en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y se desempeñaba como director general de Mercados Financiero y Previsional Privado en el MEF.
Pero la inestabilidad política continuaría, Héctor Valer tendría el rechazo de la opinión pública debido a denuncias por maltrato familiar y se esperaba que no consiga el voto de confianza en el Congreso, por lo que el expresidente Pedro Castillo anunciaría la conformación de un nuevo Gabinete. Esta vez a la cabeza de la PCM estaría Aníbal Torres y Oscar Graham se mantenía al mando del MEF.
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Pese a la inestabilidad, el entonces presidente Pedro Castillo intentaba mostrar el lado bueno de las cosas y destacaba que el Perú tenga “la economía más sólida y estable” de Latinoamérica, al haber superado a Chile en un informe trimestral de riesgo país de Bloomberg. Por su parte, el dólar cerraba el mes en S/ 3.80.
Este mes siguió marcado por hechos políticos y un nuevo proceso de vacancia presidencial. El entonces presidente Pedro Castillo hizo uso de su derecho a defensa en el debate de la moción de la vacancia en su contra y culpó a la invasión de Rusia a Ucrania por la crisis económica en Perú.
“Nuestra economía ya tenía inflación elevada debido a la crisis generada por la pandemia. Recibimos un Perú en duelo por las múltiples pérdidas, con su economía destruida, con precios que de tanto elevarse se hacen inaccesibles. A esto, por desgracia, se sumó el conflicto entre Rusia y Ucrania que nos llevó a esta realidad, la de una economía de guerra; eso es lo que juntos debemos enfrentarnos”, dijo el exmandatario en el Parlamento.
Ese mismo mes, un estudio del Banco de Crédito del Perú (BCP) advirtió que la capacidad de gasto de las familias peruanas se había reducido en cerca de un 12% debido a la inflación. En tanto, el dólar continuaba su caída y llegaba a S/ 3.70.
El Gobierno anunció un incrementó de la remuneración mínima vital de los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad privada en S/ 95, con lo cual este monto pasaría de S/ 930 a S/ 1.025. La medida se haría efectiva a partir del 1 de mayo y, según el gobierno, se estimaba que beneficiaría a más de 1,4 millones trabajadores del sector privado que representan un 30% de su masa laboral.
En ese sentido, Jorge Carrillo Acosta, experto en finanzas de la Pacífico Business School, consideró que con el incremento del sueldo mínimo muchas empresas, sobre todo las mypes preferirían pasar a la informalidad a sus trabajadores.
En tanto, el 4 de abril, el precio de la divisa estadounidense alcanzó sus niveles más bajos desde la pandemia y llegó a S/ 3.63. Sin embargo, volvió a trepar debido a la preocupación de los comerciantes por el impacto político y económico de algunas protestas que llevaron al presidente Pedro Castillo a imponer un toque de queda en Lima. El dólar cerraría el mes en S/ 3.83.
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La inestabilidad política en el Perú ha sido uno de los principales quiebres que ha afectado a la economía desde los últimos años. En este sentido, mayo fue el mes que se reportó menos crecimiento a comparación de los anteriores. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el PBI solo aumentó el 2,28%.
Si bien se visualizó un crecimiento positivo en algunos sectores, existe excepción en la Minería e Hidrocarburos, Financiero y Pesca. Esta cifra reveló la desaceleración del PBI en los tres meses consecutivos, la principal causa fue la paralización de la minería metálica que retrocedió en un 10,69%.
Este impacto se refleja porque la minería representa el 60% de las exportaciones totales del Perú. Sin embargo, los conflictos sociales en el interior del país, principalmente, en los bloqueos de vías impidieron el avance positivo de este sector. Como se recuerda, en mayo, se reportó la paralización de Las Bambas -una de las minas de cobre más grandes del mundo- por la invasión de comunidades indígenas, por lo que los trabajadores tuvieron que salir a marchar frente al Congreso de la República para la reactivación de actividades.
El sector Minería e Hidrocarburos descendió en 6,62%, esto debido a baja producción en los minerales de zinc, plomo, cobre, plata, hierro y oro. No obstante, los incrementos de la obtención de estaño y molibdeno permitieron que la caída sea parcial. La mayor explotación de gas posibilitó el crecimiento del subsector hidrocarburos con el 20,33%.
En este mes, la economía peruana sí presentó un crecimiento un poco más alto, con 3,44%. En estos primeros seis meses, la producción nacional aumentó en 3,54%. Este impacto se debía a la “evolución favorable” de los diferentes sectores, pero agropecuario, financiero y telecomunicaciones no tuvieron los mismos resultados.
La ficha técnica del INEI también dio a conocer que, en los últimos 12 meses, la economía peruana creció en 5,51%. En este mes, el sector Alojamiento y Restaurantes se mantuvo en su recuperación en 25,10%, tras el levantamiento de algunas restricciones por la crisis sanitaria por la covid-19.
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En esta temporada, el sector Agropecuario se redujo en 1,64%, debido a las condiciones climáticas en la costa que afectan a los cultivos. Desde otro punto, la Minería reflejó un crecimiento de 2,99%, la cual aporta 14 puntos de PBI. En tal contexto, tuvo un alza ante el impacto negativo que presentó en los anteriores tres meses, la cual afectó a la economía.
El el sexto mes del año, Oscar Graham, extitular del MEF anunció que el Poder Ejecutivo estaba trabajando un nuevo paquete de medidas para promover mayor inversión en zonas mineras, con el propósito de cerrar brechas sociales y productivas en la población que habita alrededor de la cartera de proyectos mineros en el país. Así también realizó giras a Canadá y Estados Unidos junto el exjefe de Estado Pedro Castillo para dar confianza a los inversionistas. Además, mencionaron que no se cambiaría las reglas de juego en el sector, por lo cual sus inversiones estaban garantizadas.
El PBI del Perú en julio presentó la tasa más baja con 1,41%, uno de los meses con menos crecimiento y en comparación con el mes anterior que se reportó el 3,44%. Este impacto se posicionaba como el peor crecimiento desde el febrero de 2021, mes que tuvo una caída de 3,41%.
De acuerdo con el INEI, los sectores con menores producción fueron el Agropecuario (-1,47%), Telecomunicaciones y Financiero (-4,30%), y Minería e Hidrocarburos (-5,80%). Mientras que, Manufactura creció en 1,55%, Pesca en 29,05%, y Electricidad, Gas y Agua también creció en 4,94%, el subsector con mayor producción fue electricidad.
Alojamiento y Restaurantes continúo avanzando en 19,56%. El subsector restaurantes tuvo crecimiento por 18,97% y alojamiento con 102,29%. Esto luego que se aprobara la ampliación de los horarios de atención para los negocios de comida, tras varios meses de contar con jornadas reducidas por la crisis sanitaria.
Asimismo, según el INEI, el 40% de producción a nivel nacional es representado por los sectores de Minería e Hidrocarburos, Comercio y Manufactura. Los tres mencionados registraron un leve crecimiento, por lo que el impacto se reflejó en la economía peruana en julio.
Julio fue otro de los meses con mayor remoción política, debido a que el exministro del Interior, Mariano González, era destituido de su cargo y acusaba al entonces presidente Pedro Castillo de tener “compromisos” con la “corrupción”. Además, su exsecretario general, Bruno Pacheco, se entregaba a la justicia peruana para ser aspirante a colaborador eficaz y revelar los presuntos actos ilícitos de Castillo. Este panorama se daba a pocos días del mensaje a la Nación por fiestas patrias.
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En aquel entonces, el exmandatario Castillo precisaba que en lo que va del año 2022, se creció en un 3,5%, citando al BCR del Perú. “Estamos también por encima del promedio de la región”, anunció el exjefe de Estado. Sin embargo, la economía peruana no crecía por completo, porque solo en el mes de mayo se tuvo un crecimiento solo del 2,28%. En los países de la región, en ese entonces, Colombia se posicionaba con 16,5% en mayo, por lo que estaba por encima de Perú.
Sin embargo, durante este mes, también fue impactado negativamente por el desabastecimiento de combustible, en especial el Gas Licuado de Petróleo (GLP) que afectaba más que todo a la capital, donde se veía largas colas de autos en los grifos. Esta situación sucedía debido a los fuertes oleajes anómalos que hizo que se cierren los principales puertos del país, desde donde llegan algunas importaciones de este combustible al país.
En su mensaje a la Nación de Fiestas Patrias, el expresidente Pedro Castillo, dio cifras y datos económicos alejados de la realidad, indicaron varios gremios empresariales. Además, sostuvieron que no había planteado medidas específicas para reactivar la economía del país. También consideraron que el exmandatario no había dado un mensaje de confianza a los empresarios para que aumente el índice de la inversión privada.
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Los gremios empresariales también manifestaron que el Gobierno no había planteado medidas para frenar la alta inflación y subida de precios de los alimentos básicos que ya afectaba a las familias peruanas. En ese tiempo, el INEI reportaba que la inflación en Lima Metropolitana, ya llegaba a 8,74%, una cifra histórica no vista hace más de 20 años. Sin embargo, pese a su descenso en comparación con junio (8,81%), los especialistas consideraron que esta se mantendría alta y golpearía enormemente el bolsillo de los peruanos, especialmente a los más vulnerables que podrían caer nuevamente en la pobreza.
En este mes, la economía peruana tuvo un impacto casi igual al de julio, solo creció en 1,68%, por lo que se considera el segundo mes con menos crecimiento. Sin embargo, entre enero y agosto, se reporta el aumento de 3,02%. Agosto no registró un alto crecimiento, debido a que los sectores Pesca, Minería e Hidrocarburos, Manufactura, Financiero y Telecomunicaciones, tuvieron menos producción durante este tiempo.
Por otro lado, los sectores que crecieron, consecutivamente, fue Alojamiento y Restaurantes. Durante los últimos meses se ha registrado un alza significativa, en agosto aumentó el 10,75%. El subsector restaurantes tuvo un desempeño de 10.39% y alojamiento con 64.85%. Este panorama ha sido favorable después de que, progresivamente, se haya regresado a las actividades con normalidad.
Entre ellos están: la ampliación de horarios, atención de los negocios sin aforo limitado, cobertura de servicio delivery y eliminación de toque de queda, pero el avance de la vacunación fue uno de los principales puntos evaluados por el Ministerio de Salud (Minsa).
En dicho mes, Jaime Reusche, vicepresidente y analista sénior de crédito de la agencia calificadora Moody’s, en una entrevista para AFP, dijo que el ruido y la inestabilidad política en el país hacen mella en el ritmo de crecimiento de la economía. En el octavo mes del año, la Fiscalía había presentado una denuncia constitucional contra el expresidente Pedro Castillo ante el Congreso por presunta corrupción.
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El analista indicó que “muy probablemente” su pronóstico de crecimiento del PBI peruano para 2023 estará en torno a 2,5%, similar a lo previsto para 2022, en medio de una contracción de la inversión privada. Esto se explica, dijo Reusche, porque “se ha afectado la confianza en el país por los factores políticos, que en este momento son bastante negativos”.
Ante una nueva crisis generada en el Gabinete Ministerial de Pedro Castillo, el exministro Óscar Graham fue remplazado por el experimentado economista Kurt Burneo, quien trabajó en los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala. Sus primeras medidas eran generar confianza de los agentes económicos y reactivar la economía impulsando la inversión pública y privada, así como generar nuevos empleos. Sus propuestas se verían reflejadas más adelante con su plan Impulso Perú.
En septiembre, la producción de cobre se recuperó luego de que las empresas mineras reportaran consecutivas caídas durante meses anteriores, debido al prolongado cierre de importantes activos mineros como Las Bambas y Cuajone por los conflictos mineros registrados en el corredor minero del Sur. Según el reporte del INEI, en el noveno mes del año, la producción cuprífera en el Perú incrementó en 12,8%, comparado con similar mes del 2021.
En este mes, el BBVA Research preveía que la inflación en el Perú seguirá bajando en los próximos meses, pero de manera lenta debido a una alta persistencia de precios observada en algunos rubros. En ese sentido, los analistas consideraban que los precios de algunos productos básicos podría mantenerse altos hasta el cierre del año, ya que la inflación no cedía con mayor fuerza. Es así que también el BCR continuó ajustando algo más su posición monetaria a pesar de la pérdida de dinamismo de la actividad productiva.
Y debido a la subida de las tasas de interés, los bancos y cajas en el Perú, para captar mayor capital de dinero, comenzó a ofrecer atractivas tasas de sus productos de depósitos a plazo. Es así que las entidades bancarias comenzaron a subir entre 8.5% a 9% su tasa de interés anual por un periodo mayor a 360 días. Esta coyuntura desató una fuerte pugna entre las entidades financieras por captar ahorros del público ante el alza de tasa clave del BCR y el repunte de la inflación.
En septiembre, la agencia Fitch Ratings rebajó por segunda vez en el 2022 la calificación crediticia de la empresa estatal peruana Petroperú de ‘BBB-’ a ‘BB+’, situándola en la categoría “basura”, lo cual ya se evidenciaba la crisis profunda que estaba inmersa la compañía estatal. Su perfil crediticio se debía al debilitamiento de la liquidez de Petroperú, el insuficiente apoyo gubernamental y la incertidumbre sobre su capacidad para mantener sus líneas de crédito.
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Y con el objetivo de reactivar y potenciar el crecimiento económico sostenido, promover la generación de empleo, el alivio social y el impulso de la inversión, en aquel entonces el exministro Kurt Burneo, presentaba el Plan Impulso Perú, con la expectativa que aporte al crecimiento de la economía peruana en 4.3% durante el 2023. Asimismo, se daba las directrices para impulsar la inversión pública y privada.
Este mes no fue de buenas noticias, ya que la compañía minera Newmont anunció que pospondría la decisión de inversión de fondos completos para el proyecto Yanacocha Sulfuros en Cajamarca hasta el segundo semestre del 2024, lo cual llevaba a los analistas a proyectar que la inversión privada continuaría descendiendo para este año.
Y ante las bajas expectativas de crecimiento de la inversión privada y los constantes conflicto sociales del sector minero, el BCR estimó que la economía peruana crecería solo 3% el 2022, lo que representa una tasa menor al 3.1% proyectado en el reporte de inflación de junio. Esta reducción se debía a una revisión a la baja del PBI primario y a un contexto internacional menos favorable, señaló Julio Velarde, presidente del ente monetario.
Pero el mes cerró con una noticia positiva, ya que la empresa Anglo American anunciaba el inicio de las operaciones comerciales de su proyecto minero de cobre Quellaveco, luego de la prueba exitosa de operaciones y la autorización regulatoria final por parte del Gobierno. Este yacimiento, ubicado en Moquegua se preveía que produzca más de 300 mil toneladas por año de volumen equivalente de cobre en promedio durante sus primeros diez años.
El décimo mes del año fue un tiempo de mucho vértigo para la economía, ya que se presentaban proyecciones negativas de su crecimiento. En ese sentido, la calificadora internacional de riesgo Fitch Ratings rebajó la perspectiva de Perú de ‘estable’ a ‘negativa’, advirtiendo que su calificación ‘BBB’ podría seguir a la baja. En ese sentido, la agencia calificadora sustentó que el deterioro en la estabilidad política y la efectividad del gobierno habían aumentado los riesgos a la baja para las calificaciones del país.
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Además, Fitch dijo que espera que el debilitamiento de las instituciones de gobierno político de Perú sea difícil de revertir antes de fines del 2024 y agregó que “un gobierno más débil plantea mayores riesgos a la baja para la inversión y el crecimiento económico” de lo que la agencia había esperado a principios de este año. También se advirtió que si las perspectivas económicas y de inversión del Perú se mantienen debilitadas podrían socavar su trayectoria macro y fiscal.
Ante la decisión de Fitch, el MEF señaló que las perspectivas negativas requieren de “medidas urgentes” y de la búsqueda de consensos para evitar que continúe el deterioro en la calificación crediticia del Perú.
En ese sentido, el MEF indicó que trabajaba para brindar un entorno favorable para las inversiones e impulsar el crecimiento económico. Además, anunció que en los próximos días anunciaría medidas reactivadoras adicionales, “considerando que el contexto macroeconómico internacional se tornó más adverso”.
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Pero luego vendría una noticia que podrían paños fríos a la inestabilidad económica, debido a que la agencia internacional S&P Global Ratings ratificó la calificación crediticia de Perú, el cual refleja que la economía continúa avanzando y que la política fiscal sigue fuerte. “Se trata de un golpe de confianza para nuestro país, para la política macroeconómica. Reconoce que el ruido político no ha generado un impacto en los fundamentos macroeconómicos del país”, dijo en aquel entonces el viceministro de Economía, Álex Contreras.
A pocos días de haber comenzado sus operaciones comerciales, la mina de cobre Quellaveco, ubicado en Moquegua, encontró su primer problema social con las comunidades de su área de influencia, lo cual se discutía los derechos del uso del agua en el yacimiento minero. Esto encendió las alarmas ante una posible paralización de la producción de este activo minero, lo cual frustraría sus beneficios económicos y sociales para el país. Y si ocurriera una posible paralización, el gerente central de Estudios Económicos del BCR, Adrián Armas, dijo que se reduciría aún más la proyección de crecimiento del PBI del país para el próximo año.
En octubre, el precio del dólar estadounidense en el Perú mantuvo su precio en S/ 4.00 por segundo día consecutivo pese a la intervención del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Esta cifra estaba creando zozobra en el mercado, sin embargo luego de unos días comenzó a descender. A fines de mes, ante la crisis financiera surgida en la empresa estatal Petroperú tuve que recibir una transferencia de S/ 4 mil millones por parte del Estado para salir de su profunda crisis económica. Esto también obligó a la renuncia de su presidente Humberto Campodónico.
Durante este mes se llevó a cabo el CADE Ejecutivo 2022 en Paracas, lo cual llevó al análisis la situación de incertidumbre política, así cómo impulsar la institucionalidad del país y alcanzar un crecimiento económico sostenido e inclusivo para los peruanos. Sin embargo, en el foro de empresarios no asistió el expresidente Pedro Castillo, ya que esperaban brinde mayores luces del rumbo económico del país.
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En el evento empresarial, Ipsos Perú presentó un estudio donde reveló que solo el 3% de peruanos consideraba que el Perú está progresando. También se mostró una situación preocupante, ya que 1 de cada 4 peruanos se encuentra hoy en situación de pobreza, cinco puntos más que en 2019. Por otro parte, el exministro de Economía Waldo Mendoza aseguraba que la incertidumbre política hace que el empresario privado no sienta seguridad para invertir. Añadió que para la reducción de la pobreza y la generación de empleo se requiere del crecimiento económico y la inversión privada.
En el CADE Ejecutivos también participaron el exministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo y el presidente del BCR, Julio Velarde. Ambos coincidían que para mover la aguja de la economía se necesitaba la confianza de los empresarios para continuar con sus inversiones.
Asimismo, David Tuesta, exministro de Economía y presidente del Consejo Privado de Competitividad, señaló que, en el actual clima de incertidumbre que tiene el país, se ven discusiones, confrontaciones y falta de prioridades ya que se limita constantemente la posibilidad de poner en marcha buenas políticas públicas que afectan la esperanza en el progreso de muchos peruanos y la expectativa de tener un futuro mejor.
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En el penúltimo mes del año, la empresa Enel confirmó su salida del Perú y anunció la venta total de sus activos que estaría valorados en unos US$ 5.000 millones. Dicha operación que se concretaría en el 2023 ya habría traído interés de potenciales postores estratégicos y fondos de inversión. Sin embargo, dicha decisión había ocasionado una mala percepción de las inversiones extranjeras en el Perú, lo cual daba señales que el país sea poco atractivo para los inversionistas de otros países.
En noviembre también se debatió el presupuesto público 2023, lo cual trajo un nuevo enfrentamiento entre Ejecutivo y Legislativo. En ese sentido, el exministro de Economía Kurt Burneo advertía que muchos proyectos de ley provenientes del Congreso afectarían a caja fiscal del país. Asimismo, Burneo lamentó que el Tribunal Constitucional haya aprobado que los congresistas tengan iniciativa de gasto, lo cual es peligroso para las finanzas públicas.
Durante la aprobación del Presupuesto Público 2023 en la Comisión de Presupuesto del Congreso, Burneo advirtió que se había incorporado nueve disposiciones complementarias finales, que implican un gasto adicional de S/ 1,164.4 millones con cargo a la Reserva de Contingencia, los cuales no estaban previstos en el proyecto de Ley que presentó el Ejecutivo.
No obstante, luego de hacer algunas correcciones a los dictámenes de la Ley de Presupuesto Público para el 2023, el Legislativo y el MEF llegaron a un consenso para incluir recursos para el Vaso de Leche, ollas comunes y devolución del Fonavi. También se llegó a un acuerdo para considerar el nombramiento progresivo del personal CAS del Ministerio de Salud, entre otros. Dichos montos adicionales no comprometían al Fondo de Contingencia.
A pocos días de finalizar el 2022, este mes fue uno de los más turbulentos para la economía peruana, debido a que el país entró en una profunda crisis política, debido a que el expresidente Pedro Castillo fue vacado por el Congreso de la República ante un intento de golpe de Estado y del cierre de las instituciones de justicia. Esta situación obligó a que la vicepresidenta Dina Boluarte asuma la presidencia del Perú y arme un nuevo Gabinete de Ministros, sin embargo la crisis se agudizaría con la protestas y bloque de carreteras a nivel nacional.
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A pesar del intento del golpe de Estado de Pedro Castillo los mercados no tuvieron efectos negativos, ya que el tipo de cambio y la Bolsa de Valores de Lima pudieron superar este obstáculo, debido a que, hubo una combinación de efectos externos e internos, lo cual se mantuvo estable y fue vital para la rápida resolución de la crisis. No obstante, ese mismo día, el BCR subió la tasa de interés de referencia a 7.50%, lo cual daba señales que su ciclo alcista podría continuar el próximo año.
En el Gabinete Ministerial de la nueva presidenta del Perú, el exviceministro de Economía, Alex Contreras Miranda juramentó como nuevo titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), relevando en el cargo a Kurt Burneo, quien fue el último ministro de dicha cartera de Pedro Castillo antes del golpe de Estado. Ente los nuevos retos del titular del MEF se encontraban en seguir impulsando las iniciativas del plan Impulso Perú y generar confianza a los inversionistas del Perú ante las crisis política generada por Pedro Castillo.
En la quincena de diciembre la crisis política se agravó lo cual llevó a que manifestantes tomen carreteras y el Gobierno declare en Estado de Emergencia algunas ciudades del país, donde se registraban personas heridas y fallecidas. Dichas protestas y bloqueos de carreteras en varias regiones del Perú, como consecuencia de la crisis política, el titular del MEF dijo que estarían generando un costo de S/ 60 millones a S/ 100 millones por día.
En tanto, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, señaló que las protestas en distintas regiones del país estaban costando aproximadamente USD 100 millones al sector agroindustrial. También se advirtió que las protestas con el bloqueo de pistas estaba impidiendo a que los grifos se abastezcan de combustible. Además, algunos vehículos de transporte de carga pesada que llevaban alimentos muchos de ellos se habían deteriorado.
En diciembre, el INEI informó que el PBI empieza algo mejor el cuarto trimestre con el apoyo de mina de cobre Quellaveco, lo cual influyó a que el sector minero metálico se recupere y registre un mejor resultado de crecimiento. Otros sectores favorables fueron comercio, restaurantes, construcción, pesca y agropecuario.
Sin embargo, S&P rebajó de estable a negativa la perspectiva para el Perú a consecuencia de la crisis política. Ante ello, la agencia clasificadora consideró que esta perspectiva “refleja el riesgo para la solvencia del soberano debido al estancamiento político duradero y la relación desafiante entre los poderes ejecutivo y legislativo del país”.
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El BCR también rebajó la proyección de crecimiento económico del Perú de 3% a 2.9% para este año. En ese sentido, el presidente del BCR, Julio Velarde, dijo que espera que las pérdidas económicas derivadas de las protestas no alteren de forma significativa el PBI peruano.
Finalmente, la Cámara de Comercio de Lima (CCL) hizo la proyección que durante las ventas navideñas del sector retail habrían retrocedido 25% este año, pero en el transcurso de los días esta afectación ya llegó al 33%, debido a la crisis política en el país y los diversos actos de violencia que vienen afectando a las familias peruanas y a las empresas.
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