La Navidad no es la misma para todos y cada familia lo vive distinto por diferentes motivos. Las celebraciones se dan de forma particular de acuerdo a las costumbres y tradiciones de cada hogar, pero también por enfermedades de algún miembro de la casa, lo que obliga a tomar precauciones y festejar con otros parámetros. Uno de los casos es por la personas que sufren de Alzheimer, y si no sabes cómo compartir con ellos, en la siguiente nota de damos algunos consejos para unirlos a la fiesta.
Consejos para celebrar con un persona con Alzheimer
Para este caso puntual, el Área Social de la Fundación Pasqual Maragall ofreció una serie de consejos prácticos para celebrar la Navidad con un persona con Alzheimer, adaptadas a circunstancias particulares de cada familia: si se viaja, si se pasan las fiestas en familia, únicamente acompañadas de la persona con Alzheimer, y si estamos alejados.
“Celebrar la Navidad con una persona con Alzheimer puede ser una combinación de sentimientos contradictorios, como la alegría y el optimismo, con otros como la melancolía y la tristeza. Además, debemos tener en cuenta que las rutinas son muy positivas para las personas con Alzheimer, sin grandes cambios, ruidos ni movimientos en su vida diaria, hecho que convierte a las fiestas de Navidad en unas fechas a menudo complicadas para familiares cuidadores que deben saberse gestionar”, explica Sandra Poudevida, psicóloga clínica y psicoterapeuta de la Fundación.
1. El pensamiento, guía clave de las emociones
Cabe la posibilidad que durante estos días aparezcan sentimientos negativos como la melancolía, la ansiedad, la tristeza o la frustración. Debemos focalizarnos en lo “que ganamos” y no en lo “que perdemos”, poniendo en valor el camino recorrido y capacidades adquiridas como la fortaleza, la tenacidad, la flexibilidad o la resiliencia. El punto de vista y la interpretación de la realidad son clave para mantener el optimismo y la alegría.
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2. Viajes y visitas familiares a otros pueblos o ciudades
Se tiene conocimiento que en la fase más leve del Alzheimer, los viajes no acostumbran a presentar grandes inconvenientes. Pero a partir de la fase moderada, ya no es muy recomendable, ya que los cambios bruscos de rutinas pueden generar confusión y desorientación para la persona afectada. Hay que evaluar el caso concreto, pero si se viaja es adecuado:
- Mantener las rutinas: se puede ser un poco más flexible durante las vacaciones, pero es aconsejable mantener los mismos horarios para comidas, siestas o para ir a dormir.
- Facilitar el proceso de adaptación al nuevo entorno: nos puede ayudar el hecho de llevarnos algún objeto que forme parte de su vida cuotidiana o que le aporte tranquilidad, como una almohada, una manta, una fotografía, algún objeto con valor sentimental, etc.
- Identificación y sistemas de geolocalización: especialmente si la persona con Alzheimer podría salir a pasear sola, o a quedarse un rato sin compañía.
3. Informar a los asistentes sobre el estado actual de la persona con Alzheimer
Hacer conocer las pautas básicas a los familiares o allegados para que actúen con naturalidad y sin temor, incluyendo a los pequeños de la casa, adaptando el lenguaje en función de su edad para que comprendan la situación y no se asusten.
4. Descargar a la persona que cuida
El persona que cuida o se dedica a la persona con Alzheimer suele acumular cansancio, estrés y problemas físicos y emocionales, por lo que importante que pueda relajarse y disfrutar de las fiestas. Los familiares deberían de colaborar con los preparativos y repartirse la atención y cuidado de la persona afectada.
5. Los niños y niñas, fuente de alegría:
Siempre regalan alegría a las personas mayores, por eso es positivo implicarles en las celebraciones y propiciar que se relacionen con la máxima naturalidad.
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6. Hacer partícipe a la persona con Alzheimer:
Se recomienda mantener las tradiciones familiares, siempre que no comporten una ruptura para la tranquilidad de la persona afectada. Es positivo que participen, en la medida de lo posible, tanto en los preparativos como en las tradiciones familiares.
7. Adecuar un espacio de descanso:
Para que pueda descansar o estar sola en el momento que guste, así como tener una actividad a la que está acostumbrada a hacer y que la mantiene relajada.
¿Y si lo pasamos solo con la persona con Alzheimer?
1. Hacerla partícipe de los preparativos
Para potenciar los buenos momentos juntos, la persona afectada puede ayudar a hacer el árbol, el pesebre, pintar tarjetas de felicitación, preparar regalos… todo acompañado con música navideña.
2. Disfrutar juntos de la Navidad
Implicarla, en la medida de lo posible, en preparar platos y dulces típicos, decorar la mesa para una ocasión especial (no son necesarios granes cambio sin muchos excesos lumínicos o parpadeantes), y fomentar la alegría para disfrutar juntos de una comida especial.
3. Vuelta a la normalidad
Una vez finalizan las fiestas es aconsejable retirar juntos la decoración, para minimizar la confusión en el tiempo de la persona afectada. La vuelta a la rutina y el restablecimiento del orden en casa la ayudará a reubicarse.
¿Y si no la podemos pasar con la persona con Alzheimer?
Si no podemos reunirnos con la persona con Alzheimer, las nuevas tecnologías son la mejor forma de celebrar las fiestas, especialmente por videollamada. Se aconseja:
1. Preparar a la persona con tiempo: para que esté habituada a este formato.
2. Limitar el tiempo de videollamada: para minimizar la confusión o el desinterés.
3. Turnos de palabra: para que la persona no pueda sentirse estresada o agobiada (Información de IM Médico Hospitalario).
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