Perú y México han tenido dos semanas tensas en sus relaciones diplomáticas. El presidente Andrés Manuel López Obrador salió al frente a defender a Pedro Castillo, cuando este último decidió dar un autogolpe y cerrar el Congreso de la República, lo que posteriormente le costaría la vacancia y la prisión.
Casi a diario, AMLO habla sobre la crisis en nuestro país, lo que ha sido tomado como una injerencia. Ha decidido no reconocer a Dina Boluarte como presidenta, y ofreció asilo a la esposa e hijos de Castillo. Esto generó que la Cancillería peruana decida expulsar al embajador mexicano en Perú, Pablo Monroy.
¿Cómo afectará a las relaciones comerciales esta medida? ¿Cómo queda el vecindario latinoamericano en esta discusión? Juan Carlos Ladines, profesor de Negocios Internacionales de la Universidad del Pacífico, explica que en el caso peruano con sus pares latinoamericanos como México, Colombia e incluso Chile, hay un elemento de cuerdas separadas, donde se tiene la política por un lado, y las relaciones económicas por otro.
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“Puede haber ciertos roces, puede haber una problemática sobre qué pasa con el presidente Castillo, algunos lo consideran preso político, otros no. Pero eso no afecta a las relaciones comerciales”, sostiene.
El catedrático agrega que “las tensiones que se hayan generado por otorgar asilo político a un familiar del círculo político del expresidente/dictador, no creo que afecte a las relaciones comerciales, al menos en el corto plazo”.
Hay un factor clave entre los países mencionados que es la Alianza del Pacífico, conformada por México, Chile, Colombia y Perú. Con Pedro Castillo, la relación era armoniosa debido a las coincidencias en la ideología. De hecho, el vacado mandatario iba a recibir la presidencia pro tempore de dicho bloque este mes. Ahora, con la asunción del gobierno Boluarte, podría haber ciertos cambios.
Ladines refiere que va a ser interesante ver cómo se resuelve este tema, porque la Alianza se vende como un modelo de integración comercial y no política. “Va a haber un debate político, y hay que prestarle atención. Porque el presidente AMLO todavía no reconoce a la presidenta en funciones, Dina Boluarte. Habría que ver cómo va a ser la transferencia de la presidencia. Ahí sí hay un tema político, institucional, que puede afectar las funciones de un bloque económico”, apunta.
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El experto enfatiza que la Alianza del Pacífico destaca por la relación que tienen los países miembros con otras economías. Por ejemplo, todos tienen relaciones con Estados Unidos y China. “Su comercio como bloque sí es interesante, porque tiene bastante relación con las economías más poderosas del mundo”, manifiesta. Por lo que si se resquebraja esa fortaleza por una cuestión política, se deberán ver los mecanismos diplomáticos para plantear una solución.
¿Castigo comercial?
Debido a este impasse diplomático, desde el Congreso aparecieron algunas voces que proponían que Perú le deje de vender gas a México en represalia a los recientes hechos. Para Ladines, esto no pasa de ser un discurso populista y no ve ninguna evidencia de que el Parlamento tenga en este momento capacidad de establecer alguna barrera.
“¿Si México deja de recibir gas del Perú? Bueno, compra petróleo de Estados Unidos que lo tiene al costado, y México también es un país petrolero. Entonces, dónde está la amenaza real. Me parece una declaración populista.
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La situación de la vecindad
El profesor de Negocios Internacionales encuentra una explicación de lo ocurrido con AMLO con la búsqueda de protagonismo en la región. Señala que todo inició con el vacío que dejó Lula cuando dejó la función pública. “No hubo después de él otro líder latinoamericano de izquierda que tomara las riendas o supiera encauzar a la izquierda latinoamericana como un bloque”, expresa.
Precisamente, México aprovechó esa posición, y AMLO buscó establecer una voz más clara dentro de lo que es América Latina. “Al tener bastante aceptación en su país, lo que le faltaba era llegar al panorama internacional y vio en Perú una oportunidad”, explica Ladines.
Menciona que junto con Gustavo Petro de Colombia han comenzado a surgir estas voces en un afán de cubrir el vacío que Lula ha dejado. “Y sobre todo acelerar el proceso, porque Lula está de regreso”, asegura.
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Chile cauteloso
El presidente chileno Gabriel Boric y su gobierno ha mantenido cierta distancia respecto a la situación política en Perú. Ladines explica que esta actitud de cautela se puede deber a que actualmente Chile está entre los cinco primeros inversionistas del país.
“En un país de alto contraste como es ahora Perú, a Chile no le conviene entrar al juego para que después se vengan contra sus inversiones en agroindustria, en retail y en varios otros sectores. Ha sido más cauto pensando en eso”, puntualiza.
La Cancillería chilena ha sido cauta al hablar de la situación de Pedro Castillo, y mientras tanto reconocen a Dina Boluarte como la presidenta del Perú.
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