Cada año, en cada casa donde se decida celebrar la Navidad, uno de los elementos para representarla de la mejor manera es el clásico arbolito. Este es un elemento indispensable en esta época, tal como lo es el pavo o el mismo nacimiento.
Su armado suele representar el trabajo en equipo de los miembros de la casa y sirve para compartir un momento de unión con la familia.
Lo que muchas personas desconocen es de dónde nació la costumbre de armar uno cada Navidad y que cada adorno que le vamos colocando durante el armado tiene un profundo significado.
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El origen
Antiguamente, el hecho de colocar un arbolito de Navidad en casa, tenía un significado totalmente diferente. Cuando los primeros evangelizadores llegaron a la parte norte de Europa, en la época que coincidía con la Navidad, los nórdicos celebraban el nacimiento de Frey, hijo del dios sol y de la fertilidad. En esta parte del mundo, para conmemorar la mencionada fecha, se solía adornar un árbol.
Este árbol representaba al Universo y recibía el nombre de Yggdrasil. Sobre él estaba Asgard (la morada de los dioses) y Valhalla (el palacio de Odín). Al otro extremo, en la base, se ubicaba el Helheim o reino de los muertos.
El siglo VIII, durante el proceso de cristianización de esta parte del mundo, a San Bonifacio no le gustó la fiesta pagana y por cuenta propia cortó el árbol del Universo para terminar esta práctica sacrílega. Todo bajo el punto de vista de su religión católica.
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En cambio, puso un pino con hojas perennes que simbolizan el amor de su dios por la humanidad. Pero eso no fue todo, pues también le agregó manzanas y velas.
Desde entonces, en muchas partes del mundo se comenzaron a talar abetos durante las fiestas de Navidad para adornar casas en toda Europa.
Y hay dos ciudades que se disputan el honor de haber sido las primeras en colocar un árbol navideño en medio de su plaza principal y realizar el encendido. Estas son Tallin en Estonia y Riga en Letonia. Esto habría sucedido alrededor de 1510.
Pero la tradición se fue expandiendo por todo el Viejo Continente. Por ejemplo, a Alemania llegó en 1605, a Finlandia en 1800, a Inglaterra en 1829, a España en 1870 y así por los demás países hasta cruzar el charco y llegar América.
Entre las transformaciones que sufrió a través del tiempo, las manzanas y las velas fueron reemplazadas por adorno, luces y regalos.
Aquel arbolito
Tras cambiar el significado pagano del árbol de Navidad por uno cristiano, los seguidores comenzaron a darle una interpretación propia. Por ejemplo, creían que el árbol representa la vida y el amor de dios. Entre las decoraciones más populares están las estrellas, luces o guirnaldas.
Si bien, en países como el Perú se ha popularizado el uso de los arbolitos de plástico, en algunos lugares, como Estados Unidos o Canadá, se acostumbra a salir a los bosques y talar uno. Los preferidos para este fin son los pinos y los abetos.
Otra costumbre, que es más bien moderna, es el de colocar regalos debajo del árbol y decirles a los niños que estos han sido traídos por Papá Noel o Santa Claus. Sin embargo, para los más fieles cristianos simboliza que todo viene de dicho árbol como un regalo de su dios.
Tenemos fecha
Aunque es una costumbre que parece haberse perdido con el tiempo, lo cierto es que hay un día específico para armar el árbol de Navidad y es el ocho de diciembre.
Ese fue el día designado por el Papa Pío IX en 1954 y la razón es que ese día también se recuerda el nacimiento de la Virgen María, la madre de Jesús.
Desde entonces, la iglesia católica considera a esta fecha como el inicio oficial del tiempo de Navidad hasta el día 25 de diciembre, día de la llegada de Jesucristo a la tierra.
La estrella
Si bien una persona tiene la potestad de adornar su arbolito de la manera en la que prefiere, lo cierto es que, por tradición, todos deben llevar una estrella en la copa y es el último adorno en colocarse, pues recién se pone la noche del 24 de diciembre. Además, es el ser más pequeño de la casa el encargado de colocarlo.
Esta estrella representa, según el cristianismo, la fe que debe guiar la vida de todo católico. También recuerda la estrella de Belén, que guio a los tres reyes magos hasta el pesebre donde nació el niño Jesús.
El significado de cada adorno
De acuerdo con el catolicismo, cada ornamenta que lleva el árbol de Navidad tiene un significado concreto. Por ejemplo, las luces, que en un principio solo fueron velas, representan la luz de Cristo.
Los lacitos, guirnaldas, cintas o moños simbolizan la unión que debe primar en toda familia. Las esferas o bolitas son los dones que Dios le dio a los hombres. Al principio eran manzanas que representaban el pecado original.
Por último, los angelitos que son los mensajeros y protectores de los seres humanos y que nos ayudan a contactar con el todopoderoso.
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