Entre enero y octubre de 2022 la actividad constructora en el Perú experimentó un aumento de 2.8%, según el informe Económico de la Construcción – IEC #59 de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) el cual añade que este resultado positivo se explica por una inversión pública récord que alcanzó los 31 mil 112 millones de soles y se incrementó en 14.2% en los primeros diez meses del año que se va. Sin embargo, Capeco cuestionó la calidad de este gasto.
Para conocer más detalles de la evolución de la actividad constructora durante el 2022 y las proyecciones para el 2023, dialogamos con Jorge Zapata Ríos, presidente de Capeco quien mencionó que, en el rubro de la Construcción en infraestructura pública ha habido cierto dinamismo, aunque no como el que el Perú necesita. “Sabemos que hay un gran déficit de infraestructura en el país y finalmente no se ejecutan todos los presupuestos de inversión a final de año”, señaló.
“Por lo general, a fin de año hay alrededor de un 65% de ejecución y un 35% de saldo”, precisó en conversación con Infobae.
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Zapata Ríos explicó que hay poca calidad en la obra pública debido a dos factores: el primero son los malos expedientes técnicos, debido a una ineficiente ley de contrataciones públicas. “Si bien las obras se ejecuten, luego de un tiempo estas pueden terminar paralizándose”, señaló. En segundo lugar, no necesariamente se construye lo que más se requiere. A veces se hacen plazas de armas, palacios municipales y otras obras que no son de primera necesidad para las poblaciones qué más carencias tienen, en lugar de pistas, colegios u hospitales.
“Lo que ha debido hacer el Gobierno es cambiar el sistema de contrataciones públicas para darle más importancia a los expedientes técnicos, que a veces se contratan por menos del 1% del valor de la obra con resultado muy malo. Cuando el contratista va a ejecutar la obra, resulta que hay muchas cosas que no se han considerado y empiezan a salir los costos adicionales que hacen que la obra cueste un 30 o 40% más. Es un pésimo negocio”, enfatizó.
Otros problemas comunes en el sector son la demora en la entrega de terrenos privados para las ejecuciones de la obra y la corrupción que hay en el sistema de contrataciones públicas.
Con respecto al sector privado, para el caso de las viviendas, el presidente de Capeco indicó que este rubro se ha mantenido. Hubo dinamismo algo menor y no se han cubierto las expectativas debido a varios factores que han limitado que crezca la oferta y, por lo tanto, la construcción de viviendas.
Entre esos factores están el incremento de la tasa de interés de los créditos hipotecarios y los costos de construcción que presionan hacia el alza el precio de la vivienda. “Eso configura un mercado más duro y que no se hayan cubierto las expectativas”, indicó.
Sin embargo, señaló que, en líneas generales, al cierre del año, se tendrá un ligero incremento en el PBI de la construcción, según prevé Capeco.
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Con respecto al crecimiento del próximo año Capeco espera que esté sea similar a lo ocurrido durante el 2022 siempre y cuando la obra pública no se deteriore debido al cambio de autoridades en los gobiernos municipales y regionales, quienes ocuparan sus puestos en enero de 2023. “Eso puede ocasionar que se ralentice la obra pública”, señaló Jorge Zapata.
“Es difícil estimar una buena proyección y depende mucho de lo que haga el gobierno. Si la crisis política continúa, no sería un buen año para la construcción en general”, finalizó.
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