Sergio Santa María, el peruano que hace historia en la NASA con el satélite BioSentinel

Ver a un peruano triunfar en el extranjero siempre será motivo de orgullo no solo para sus familiares y amigos, sino también para el resto de peruanos que vemos como uno de nosotros logró hacer realidad su sueño y lograr un trabajo en uno de los lugares más asombrosos del mundo como deber ser la NASA. Uno de ellos es el biólogo peruano Sergio Santa María, quien es parte fundamental de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos.

A pesar de nacer y realizar sus estudios en el Perú, los límites se borraron de su mente cuando decidió seguir la carrera de Biología en la Universidad Privada Cayetano Heredia (UPCH).

Así fue como, tras graduarse en Lima, se fue a la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York como becario posdoctoral, dando inicio de esa manera a su gran aventura por tierras norteamericanas.

Desde sus primeros años en el colegio San Agustín (ubicado San Isidro) mostró especial interés por los cursos de ciencias naturales. Es más, a poco de acabar la etapa escolar ya lo tenía decidido: medicina era la carrera a seguir.

Pero la vida suele cambiarnos de planes en el momento menos pensado. Y aunque no entendemos en un principio el por qué, con el paso del tiempo le vamos encontrando un sentido a todo. Así fue como terminó inclinándose por la biología.

De tanto insistir, logró ser asistente de investigación de posgrado, en Medicina, de la Universidad de Texas. Al poco tiempos, ingresó al Departamento de Bioquímica de la misma universidad y así pudo concluir su doctorado. Desde el 2003 hasta el 2008 trabajó como investigador, destacando en el estudio de “reparación, replicación y mutagénesis del ADN”.

Para el 2009 fue becario posdoctoral en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. En ese centro de estudios, y hasta el 2013, se dedicó a la investigación de la función de diferentes proteínas motoras en la recombinación y reparación del ADN, así como otros temas vinculados.

El ingreso de Santa María fue cuestiones que el destino siempre le tiene reservado a los predestinados. Todo comenzó cuando estaba en Texas y tuvo la posibilidad de rotar en el laboratorio de Biofísica y Radiación de la NASA por tres meses.

Con el trascurrir de los meses, cuando estaba terminando sus estudios en Nueva York, se abrió una vacante para investigadores en biosensores espaciales. No lo pensó dos veces y postuló.

Al lograr entrar, su desempeño le permitió ganarse una invitación para ser parte, de manera formal, de la NASA.

En parte del proceso final, nuestro compatriota tuvo que superar a otros 700 científicos de diferentes nacionalidades. A la última fase solo llegaron cuatro personas, pero solo él quedó y, de inmediato, se mudó a California para laborar en el Centro de Investigación Ames de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio.

Dentro de las múltiples ocupaciones que tiene Santa María, forma parte de cinco proyectos de investigación, el más importante de ellos es el denominado BioSentinel, que es el primer experimento de biología de la NASA.

Esto hará que se estudie el impacto de la radicación en las células de levadura que lleva el BioSentinel en su interior. La idea de este experimento es conocer cuáles son las consecuencias de la radiación a nivel genético de los seres vivos pensando en las futuras misiones tripuladas a la luna y a Marte.

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