La grave crisis social y política en Perú no tiene cuando acabar. En medio de la polarización, el caos y la violencia, pocas voces que deberían transmitir tranquilidad provienen de la Iglesia católica. Por ello, Infobae buscó la opinión el arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto, quien siempre ha hablado claro y directo de lo que nos pasa como país. Y en esta conversación no se guarda absolutamente nada.
¿Cómo percibió este golpe de Estado fallido de Pedro Castillo y la sucesión constitucional con Dina Boluarte?
Hubo un rechazo total a este intento de golpe de Estado de Pedro Castillo. Creo que esto fue unánime por parte de todas las instituciones democráticas del Estado. De hecho, esta disolución del Congreso se tiene en cuenta, según el artículo 48 de la Carta Política, que nadie debe obediencia a un Gobierno usurpador ni a quienes asumen funciones en violación a la Constitución y las leyes. En ese sentido, ha sido muy claro. Por otro lado, resaltó cómo el Perú ha podido en pocas horas salir de este entrampamiento que, diría, viene de una larga agonía de tanto del Congreso de la República y el Poder Ejecutivo. Y creo que se ha salido con una forma democrática y constitucional que, en general, la gran mayoría de peruanos saludamos muy efusivamente.
¿Cuando Castillo decía que “por voluntad popular” cerraba el Parlamento, se irrogaba la voz de esas personas que se sintieron decepcionadas porque no cumplió con sus promesas de cambio y, más bien, ya lo rechazaban?
Sí, creo que no hay que darle muchas vueltas a lo que él [Pedro Castillo] pensaba, pero se ha demostrado que no era verdad. Ahora, tenemos que buscar el bien común de todos los peruanos, apoyar esta salida democrática, pero que no resuelve el problema de fondo. El problema de fondo es que hay un desgaste, diría, emocional y una conciencia ciudadana de descrédito de las autoridades, ¿no?
Una alta corrupción generalizada como lo mencionó, en algún momento, dentro de las instituciones....
Así es. Sí, sí, pero no basta con este hecho de la vacancia para elevar esta opinión del Congreso. El Congreso tiene que dar un giro cualitativo, no solamente de enfrentamiento, sino de buscar consensos como los del 2021 del Acuerdo Nacional que, ciertamente, está pendiente para todo el Perú.
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¿La tregua política fue una buena propuesta para el actual clima de polarización?
Bueno, diría que más que tregua, creo que todos debemos hacer un proceso de conversión en la verdad, en el respeto de las personas y en un diálogo que busque realmente consensos para el bien del país.
Consensos que la señora presidenta Boluarte ha dicho. Usted cree que por ahí debe ser la ruta.
Así es. Por ahí estoy convencido que se debe intentar.
Si la presidenta convoca a la Iglesia para que sea un intermediario en esta crisis, ¿ustedes aceptarían sin ninguna condición?
El diálogo es parte connatural no solamente del proceso de reactivar un acercamiento. Nosotros como Iglesia Católica estamos convencidos que el diálogo es una herramienta muy importante para encontrar consensos siempre y cuando que las partes estén dispuestas a buscar no el interés personal o de grupos, sino de las grandes mayorías de nuestra patria.
¿La opción del adelanto de las elecciones debería reactivarse tomando en cuenta los conflictos sociales han estallado en diversas partes del país?
Cuando los obispos hablamos de transición política en agosto pasado, es que ya era insostenible. Cuando el 18 de agosto emitimos un comunicado, ya era insostenible la situación. Por eso, hemos llegado al borde del colapso. Creo que debemos de alegrarnos que en el Perú hemos demostrado, por un lado, lamentable visión política y democrática intento fallido de la democracia, pero, al mismo tiempo también, el pueblo peruano y las instituciones han estado a la altura de esta grave emergencia nacional que hemos vivido. Aquí hay que felicitar, entre otros, a las Fuerzas Armadas y policiales que han mantenido esta decisión de respetar la Constitución y las leyes del Estado. Eso es muy importante para sentir un alivio y debemos realizar un camino todos juntos.
En el número 15 de ese comunicado del 18 de agosto, además de la transición política, indicamos también la pendiente reforma política que el Perú estaba requiriendo para no volver a esta situación de ingobernabilidad y de escoger el mal menor como siempre se ha dicho. Debería haber una voluntad de los partidos del Congreso de la República y de la misma sociedad también.
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¿El Acuerdo Nacional podría ser un buen espacio para plantear medidas frente a la crisis que viene de hace seis años?
Sí, yo estuve presente cuando a finales de agosto se firmó oficialmente y el expresidente [Pedro] Castillo lo hizo para poder realmente encaminar al país en seis consensos básicos que ya quisiéramos que la presidenta Dina Boluarte lo asumiera y el Congreso de la República, igual, y la sociedad en su conjunto. Muchos desconocen esta riqueza que se logró poner de acuerdo a todas las instituciones de la sociedad, a los partidos políticos, a los poderes del Estado, las iglesias, todos trabajando por el bien común del país. Y creo que estos acuerdos , no sé si usted se acordará cuando los propuse al expresidente Castillo, para enrumbar el país al igual que la Proclama Ciudadana en mayo de 2021.
¿Para usted, el expresidente Castillo nunca creyó en la democracia? ¿Le falló a esas personas que confiaron en su discurso de un humilde profesor rural y de primaria?
Bueno, en realidad, hay un grupo pequeño comparado con la gran mayoría. No olvidemos que el 30 por ciento del electorado votó por la señora Keiko [Fujimori] o por Pedro Castillo. El 30 por ciento, o sea había un 70 por ciento que no. Entonces, ya de por si, esa mitad (15 por ciento) que salió elegido Pedro Castillo, un grupo era de Perú Libre y otros partidos de izquierda, podríamos decir. Porque el plan de gobierno de Perú Libre es marxista, leninista que no tiene cabida en la gran mayoría de los peruanos, pero también había un 15 por ciento dentro de los peruanos que no deseaba votar por la señora Keiko. Entonces, eran personas que se vieron obligadas para evitar el colapso mayor. Aquí está la necesaria reforma pendiente política del país para que no vuelva a ocurrir en las próximas elecciones. Hay que tenerlo muy presente porque hay un grupo minoritario “que se vayan todos”, pero vienen lo mismos de siempre y el Congreso tiene 6 por ciento.
¿Es optimista que el Perú no vaya rumbo hacia una década perdida?
Tengo la esperanza que el Perú ha demostrado dos cosas. La primera, es su capacidad de resiliencia ante las adversidades y ha salido, yo diría, triunfante en ese aspecto. Y lo segundo es que tenemos que aprender de la historia que es maestra de la vida y estoy convencido que después de estos 15 meses de agonía, el Perú ya no estamos en cuidados intensivos, sino necesitamos una rehabilitación de la política y de la fe. El pueblo peruano tiene una arraigada religiosa y Jesús dice que “todo reino dividido irá a la ruina”. Nosotros vivíamos con mucha desesperación y dolor ese enfrentamiento entre peruanos, partidos políticos y poderes del Estado. Y esto convencido que nunca más tenemos que enfrentarnos. Debemos abrir un capítulo de una política que se reivindique con la sociedad para el bien común.
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