Desde el año 2000, las amenazas de destitución aplicadas por el Congreso liberaron o agudizaron los enfrentamientos entre el gobierno de turno y el Poder Legislativo, pero fue con Pedro Castillo que el Parlamento usó esta ‘arma legal’ para destituir al expresidente.
El último miércoles 7 de diciembre, el Perú escribió una historia en la política del país. Pedro Castillo, en ese momento presidente de la República, dio un mensaje a la Nación que le valió la destitución y, posteriormente, fue vacado y detenido acusado del delito de rebelión y conspiración. Actualmente, el exmandatario se encuentra en la sede de la Dinoes, en Ate.
Este autogolpe de Estado fue una de las estrategias que el exjefe de Estado y algunos miembros de su gabinete ministerial quisieron llevar a cabo para cerrar el Congreso, que ese día iba a debatir la tercera moción de vacancia en su contra.
Precisamente, el proceso de destitución es un procedimiento legal que ha sido usado en los últimos 22 años para ejercer control sobre el gobierno de turno o liberar al país de una crisis política.
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Mociones de vacancia
Fue en el gobierno de Alberto Fujimori que se aplicó la primera moción de vacancia. El expresidente había fugado del país luego que se conocieran los actos de corrupción que él y su exasesor, Vladimiro Montesinos, habían cometido para callar a autoridades, comprar políticos y llevar a cabo crímenes por los que hoy ambos pagan con largas penas de cárcel.
El padre de Keiko Fujimori fugó del Perú, pero el 21 de noviembre del 2000, en una sesión extraordinaria del pleno del Congreso, se admitió a debate directo la moción de vacancia con el que se confirmó su destitución como presidente de la República.
En el gobierno de Alejandro Toledo no se presentó ninguna pese a los escándalos que protagonizó el exmandatario a lo largo de sus cinco años en el poder.
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En el segundo quinquenio de Alan García, se presentó el 7 de abril de 2010 la única moción que tuvo su gobierno, en el que se destapó el escándalo de los ‘petroaudios’, pero el pedido fue desestimado por decisión del Consejo Directivo.
Ollanta Humala fue otro de los presidentes que tampoco lidió con la presión de intento de destitución.
Sin embargo, en el 2016, con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y un Parlamento con mayoría fujimorista hizo que la crisis política en el Perú escribiera un nuevo capítulo de enfrentamientos que sigue afectando a los peruanos en la actualidad.
PPK enfrentó, en los dos años que duró su gobierno, dos mociones de vacancia. La primera el 15 de diciembre de 2017, pero que fue rechazado por el pleno gracias a los votos de un ala del fujimorismo liderado por Kenji Fujimori y que le permitió al excongresista a conseguir la liberación de su padre, Alberto Fujimori.
Esta situación empeoró las relaciones entre los hermanos Fujimori, ya que la lideresa de Fuerza Popular enfiló sus ataques hacia su familiar y PPK.
El 8 de marzo de 2018 un segundo intento de destitución, luego que se le acusara al presidente de corrupción, fue aprobado por 86 votos a favor, pero nunca fue debatido, ya que el expresidente presentó su renuncia días después y lo anunció mediante mensaje a la Nación.
Con Martín Vizcarra en el poder, tras suceder a PPK en la presidencia, el Congreso presentó dos mociones de vacancia. La primera antes de disolver el Parlamento fujimorista y otra con el nuevo Poder Legislativo.
La segunda vez en la votación del documento fue presentado el 20 de octubre de 2020, en plena segunda ola de contagios COVID-19, y terminó con la vacancia de Vizcarra.
El expresidente Pedro Castillo es el mandatario que más pedidos de moción de vacancia recibió durante su gobierno de un poco más de 500 días, pues durante tres veces se intentó, desde el Congreso de la República, que deje Palacio de Gobierno.
No resultaron las dos primeras, sin embargo, con el fallido autogolpe, el exjefe de la República fue vacado por el Pleno que obtuvo 101 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones.
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