Cada región del mundo occidentalizado tiene su particular manera de celebrar las fiestas de Navidad. Obviamente, el Perú con toda su riqueza cultural no podía ser la excepción y acá también podemos hallar más de mil maneras de conmemorar la llegada de Jesús a la tierra.
Una de las cosas que mejor hacemos en esta hermosa tierra del sol, aparte de cocinar como los dioses, es bailar hasta que salga el sol.
En diversas culturas de todas las regiones, la danza siempre ha servido como esa conexión mística entre el hombre y la tierra.
Y en estas épocas de Navidad, en las que todo tipo de manifestaciones se unen en una de las fiestas católicas más grandes del mundo, el baile es una expresión más de estas creencias que mezclan lo andino con lo occidental.
Hatajo de Negritos y Las Pallitas
Estas dos expresiones afroperuanas nacieron de la influencia española de cantar villancicos delante de los nacimientos que se armaban desde el siglo XVII.
En el caso de Hatajo de Negritos, un ‘caporal’ es el que dirige a todos los bailarines por las calles de la ciudad llevando alegría a los curiosos. Otro miembro del grupo es el encargado de bautizar a los nuevos integrantes con agua bendita.
Todos los danzantes van de blanco, representando a esclavos y a sus antepasados. Avanzan al ritmo del zapateo y entonando versos, llevando campanillas adornadas con cintas. Mientras duran los festejos, los hombres visten bandas y contrabandas de diversos colores.
En el otro lado, las ‘Pallitas’ (doncellas o pastoras, en quechua) usan vestidos de color claro y velos de tul. Consigo también llevan unos bastones llamados ‘azucenas’ y en su recorrido también combinan el arte del zapateo con villancicos. No solo en Chincha es una tradición centenaria, sino también en Huaral y otras ciudades de la costa peruana.
Ambas danzas, que son Patrimonio Cultural de la Nación desde el 2012, se realizan desde el 24 de diciembre (celebrando el nacimiento de Jesús) hasta el 6 de enero, con la Bajada de Reyes.
Negritos de Huánuco
Una de las más populares del Perú y también declarada como Patrimonio Cultural de la Nación en el 2021, en esta danza se representa como se les hacía trabajar a los esclavos negros en las minas y haciendas de los españoles en el siglo XVI. Una de sus principales características es su impacto visual para quien es testigo de una de sus presentaciones. Además es toda una tradición huanuqueña y su historia ligada a las fiestas por el nacimiento del hijo del dios católico.
Este baile se efectúa desde el 24 de diciembre, víspera de la Navidad, hasta el 20 de enero. Y su día central es, claro está, el día 25.
En esta fecha, las cuadrillas de los Negritos de Huánuco llegan bailando a la iglesia para venerar y adorar a la figura de Jesús recién nacido, que es sostenida por los mayordomos.
Ante la figura santa, los personajes más emblemáticos de los negritos van pasando de dos en dos como los caporales, los negritos pampas, los corochanos, los abanderados, y la dama y el turco. Cuando todo termina, toda la cuadrilla se hinca ante la imagen en acto de devoción.
Negrillos de Andahuaylas
Llamada también Cuadrilla de Negrillos, en esta ocasión se representa a un antiguo esclavo peruano en una celebración cristiana. Los artistas llevan vestimentas formales y de colores. Sus pasos de bailes son elegantes y agiles a la vez. Este baile es uno de los más difundidos en toda le región.
Como las anteriores, esta esta expresión también declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 2012 y es interpretada en los días de Navidad.
Negritos de Huayllán
Aparte de los pasos de bailes que realizan Negritos de Huayllán (o Huayán), de la región Ánchash, tiene entre sus principales características son los encendidos cantos que son una mezcla de versos dedicados al Niño Dios, a la mujer huayllana y a las autoridades locales.
Esta danza simboliza la manera en la que los antiguos esclavos afroperuanos celebraban el nacimiento de Jesús en la fiesta de Navidad. De igual manera, resalta por las coreografías llenas de originalidad y su música alegre.
Fue un 27 de febrero del 20009 cuando las autoridades declararon a este baile como Patrimonio Cultural de la Nación.
La Pachahuara
Esta danza típica del valle de Yanamarca, Jauja (región Junín) representa a la Navidad y el advenimiento del Año Nuevo. Pero también es una alegoría al hecho que en la ciudad de Huancayo, Ramón Castilla (cuando era presidente del Perú) firmó la ley que le dio la libertad a todos los afrodescendientes del Perú.
Como característica principal, los que practicante este baile van vestidos con trajes bordados con hilos de plata y lucen lujosas joyas. Llevan máscaras cuero negro y van bailando por calles y plazas.
Atipanakuy Navideño
Una de las últimas danzas navideñas en ser declara a Patrimonio Cultural de la Nación (2019) es esta, típica de la provincia de Huanca Sancos (Ayacucho) que es ejecutada durante las fiestas de adoración ante la imagen del Niño Jesús.
En este caso, las compañías de baile del Atipanakuy Navideño están compuestas de pintorescos personajes. Entre los que más destacan son los huamangos o wamangos (encabezan la comparsa); los awichakuna (representan a los danzantes más viejos).
Luego le siguen los pastores y guiadoras, conformados por los bailarines más jóvenes y las mujeres. Este es el bloque más nutrido de la comparsa. Por último están los willka, que son niños y niñas de no más de 12 años de edad.
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