El panorama político de la ahora presidenta Dina Boluarte dio un giro radical cuando Pedro Castillo tomó la decisión de protagonizar un autogolpe, comenzando con el cierre temporal del Congreso de la República y la reforma del sistema de justicia. Su actuar no prosperó, y tras dar su último Mensaje a la Nación, fue detenido y permanecerá en prisión preventiva -por una semana- mientras se define su estado.
Antes de convertirse en la primera jefa de Estado en el Perú, se desempeñó como vicepresidenta. Esta posición, que la llevaba a tener una actividad activa junto al maestro chotano, se vio ligeramente afectada por una serie de acciones que el ahora detenido tomó desde que llegó a Palacio de Gobierno.
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Clima de desconfianza entre Castillo y Boluarte
Hildebrandt en sus trece publicó una radiografía de lo que fue la relación de estas autoridades en el escenario político previo a los hechos que acabaron con el poder de Castillo. Definen que la tensa relación entre Pedro y Dina se originó cuando el primero asumió el control del país tras ganar las elecciones presidenciales en el 2021. Este la convocó a una reunión antes de que designara a su primer gabinete, precisándole que, para nombrarla ministra, debía firmar dos documentos. “Se trataba de sendas cartas de renuncia, una al fajín y otra a la vicepresidencia”, pedido que Boluarte se negó a cumplir.
El escrito indica que, desde el mes de junio, la desconfianza era evidente, dando por ejemplo que, si Boluarte tenía que asistir a una reunión de coordinación, evitaba abordar un vehículo oficial con seguridad del Estado. Un capítulo que narra la publicación es que el ciudadano detenido no podía reunirse a solas.
Indican que hace un mes de que se diera el autogolpe, ella recibió un llamado para reunirse con Castillo. Cuando llegó a la sala, la esperaban Félix Chero y Aníbal Torres con una carta. Ambos pretendían que firmara su renuncia a la vicepresidencia con la finalidad de que si daba un paso al costado, la oposición no continuaría con el pedido de vacancia. El medio de comunicación resalta que la actual presidenta se enojó y se retiró dando un portazo.
Este contexto expone una vez más la actividad del expresidente del Consejo de Ministros en el gobierno y la colaboración cercana que tenía con el chotano. Precisamente, él lo acompañó durante la polémica difusión del Mensaje a la Nación y estuvo a su lado cuando fue detenido mientras se dirigía hacia la embajada de México en Lima donde formalizaría el pedido de asilo político.
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Se preparaba para el sillón presidencial
El medio escrito menciona que, desde hace algunos meses, Dina Boluarte se preparaba para el escenario político que viviría el país, considerando el nuevo pedido de vacancia por parte del Congreso y las denuncias en contra de Castillo que se fueron sumando, poniéndolo bajo la lupa de la Fiscalía.
“Si la denuncia prosperaba -que tenía pendiente en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales- sería el final de su aventura política en este gobierno. Si se archivaba, tenía que alistarse para relevar a Pedro Castillo”. Según detallar, ella no imaginó que sería tan pronto y que sería propiciado por el mismo presidente.
Boluarte llevaba meses preparándose, teniendo como apoyo a de sus consejeros. Con ellos trabajó las ideas centrales -tregua, reformas políticas, gabinete de ancha base, diálogo y lucha anticorrupción- de su primer discurso como mandataria. Este escrito estaba en borrador y listo para finalizarse si la oportunidad se presentaba intempestivamente.
A las 3:00 p.m. del miércoles 7 de diciembre, mientras Castillo y Torres se encontraban detenidos en la PNP Región Policial Lima, ella se dirigía hacia el Congreso para recibir la banda presidencial, convirtiéndose así, en la primera presidenta del Perú.
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