Los gestos suelen decir más que las palabras. El lenguaje no verbal del expresidente Pedro Castillo cuando anunciaba el cierre temporal del Parlamento y la convocatoria a nuevas elecciones parlamentarias, es un claro ejemplo.
“A cuyo efecto se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional. Convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de 9 meses”, leía el vacado mandatario en su inesperado mensaje a la Nación. Lo decía con un tono nervioso y las manos temblorosas.
Aunque el exmandatario respira, no suelta el aire, y todo el tiempo mira los papeles que tiene en la mano. También llama la atención que al decir la palabra disolver, Castillo no mira a la cámara.
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“Hay muchos signos de ansiedad, es que es muy notorio que el expresidente tenía demasiada ansiedad mientras daba el discurso”, señala el psicólogo Ricardo Fabris a ATV. Agrega que el exmandatario es una persona que no solo está con miedo, sino que parece estar sometida a algo o alguien. “Vemos que siempre ha sido dirigido por otra persona, [por] las decisiones que ha tomado”.
Incluso el especialista hace un paralelo con el discurso de Alberto Fujimori cuando, en una decisión casi idéntica, da el autogolpe del 5 de abril de 1992. “En el caso de Fujimori estaba seguro de lo que hacía, porque tenía el respaldo del pueblo. En el caso de Vizcarra, igual”, asevera.
Fabris también resalta que hay una diferencia notoria de los gestos de Pedro Castillo en su intento de disolución del Congreso y con los del mensaje que dio la noche anterior. “En ese mensaje se le ve tranquilo, relajado, con ropa clara. Lo vas a ver trabajando con documentos para firmar, con lapicero, con una ruma de documentos que tiene que observar, para decirnos ‘estoy trabajando por ustedes, pero no me dejan’, cosa que es totalmente falsa”, precisó.
En esa línea, el experto sostiene que todo indica que el mensaje del autogolpe que leyó el expresidente no lo escribió él. “Cuando escribes algo tienes la lucidez de lo que has escrito y tienes la ilación de una idea, eso se llama flujo de pensamiento en los procesos sicológicos de la mente, lo que son los procesos de metacognición. Él no lo escribió, al parecer lo leyó dos o tres veces, trató de memorizar, pero nadie le explicó el contenido de figura y fondo de un mensaje”, asevera.
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Sospechas sobre el mensaje
Esta narrativa de que alguien más habría escrito el mensaje del autogolpe que leyó Castillo también fue deslizado por algunos parlamentarios. La congresista de Perú Libre, María Agüero, comentó: “¿Quién lo empujó? Yo les planteo el reto a ustedes que son la prensa: ¿quién o quiénes empujaron al presidente a tomar esa decisión?”.
En esa misma línea, Guido Bellido, expremier, comentó que habría terceros involucrados en el discurso que buscaba quebrar el marco constitucional del país. “Quienes elegimos a Pedro Castillo como presidente de la República, exigimos la cabeza de quien redactó el mensaje presidencial a sabiendas de que no se podía disolver el Congreso al margen de las leyes”, señaló Bellido.
Adicionalmente, el sobrino del expresidente, Jaime Vásquez Castillo, dijo en canal N que es algo sospechoso lo ocurrido. “Para mí como familia, veo algo sospechoso. En su plan nunca tuvo ese tipo de golpe al Congreso”, puntualizó en canal N. Dijo que en el mensaje se le vio nervioso, y afirma que tenía todo preparado para ejercer su defensa ante el Congreso por la vacancia.
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