Aunque para los grandes ya no ilusiona tanto, los niños son los que más desbordan felicidad al saber que tienen una sorpresa que abrir la noche del 24 de diciembre, en la Navidad. No todos pueden disfrutar de ese momento increíble, por eso hay que valorarlo y enseñarles a los nuestros a valorar todo lo que reciben. Ahora, algunos dudan dónde poner sus regalos y sobre todo cuándo abrirlos.
Es una costumbre de los latinos, en un gran porcentaje, poner los regalos alrededor del árbol navideño, aunque otros lo ponen cerca al nacimiento que han armado en casa. Esto depende también de las celebraciones familiares.
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Sin embargo, están los que no se animan a decorar sus hogares con ninguna de estas dos figuras características de la Navidad y ellos suelen esconder los regalos para entregárselos a las 12:00 de la noche a los niños o invitarlos a que los busquen por toda la casa.
¿Cuándo se abren los regalos?
En la mayoría de países de Latinoamérica, las creencias religiosas establecen que es el Niño Jesús quien lleva los regalos y obsequios a los hogares, por lo que estos se ponen debajo del árbol de Navidad durante el día del 24 de diciembre para abrirlos cuando el reloj marca la 12 de la medianoche (25 de diciembre). En ese momento se dio el nacimiento de Jesús y se dispuso ese horario para abrir las sorpresas envueltas.
Así mismo, en varios casos se acostumbra a realizar la entrega de regalos a sus seres queridos, en especial a los más pequeños.
¿Por qué se dan regalos en Navidad?
Hay varias versiones sobre los regalos del Niño Jesús, una de las que más destaca es la figura de Papa Noel, personaje que fue creado en Europa y que luego fue popularizado en Estados Unidos. Según la historia de fantasía, él deja los regalos en todos los hogares, volando con su trineo e ingresando por la chimenea o alguna ventana de la casa.
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Por otro lado está la versión católica, que cuenta que luego de que la virgen María diera a luz al Jesús en Belén, los tres Reyes Magos, Melchor, Baltazar y Gaspar, visitaron el pesebre y llevaron incienso, mirra y oro como obsequios por su nacimiento. Esto lo podemos ver en las innumerables figuras de los nacimientos, donde siempre los reyes tienen algo en los brazos.
Finalmente, también está la versión de la cultura romana, donde se cree que los latinos repartían obsequios para rendir tributo al dios de la agricultura, Saturno.
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