La resiliencia del consumo privado y la mejora de la inversión pública en el segundo semestre apuntalarán a un mejor desempeño del Producto Bruto Interno (PBI) que se ubicaría alrededor de 2.7% a fines de este año, según refiere el informe ‘Situación Perú - Diciembre 2022′, elaborado por BBVA Research.
El reporte también señala que el consumo privado seguirá impulsando la actividad durante el primer trimestre de 2023. Sin embargo, para el próximo año y el 2024 se anticipa una desaceleración reflejo de una mayor incertidumbre debido a las tensiones políticas aún elevadas.
“Esta situación no contribuyen al clima de negocios, desincentivando la inversión y contratación por parte del sector privado. El consumo privado se desacelerará el próximo año en ausencia de nuevas inyecciones de liquidez... a lo que se suma el bache en la inversión pública como consecuencia del recambio de autoridades y un entorno externo retador”, indica el informe de BBVA Research.
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Para el 2023, la entidad bancaria avizora que la expansión del PBI del Perú será de 2,5% ante un entorno externo más retador, tasas de interés altas y menor inversión pública. Por otro lado, Quellaveco alcanzará su capacidad operativa y el turismo seguirá normalizándose. Esto se revertirá en el 2024 y la economía avanzará 2,4%.
Asimismo, el informe revela que los conflictos sociales se asumen relativamente elevados en los próximos meses, lo que acotará la recuperación de las actividades extractivas en el 2023. En tanto, habrá un bache en la inversión pública para el próximo año debido al recambio de autoridades subnacionales y posterior rebote en 2024.
Déficit fiscal
Por el lado fiscal, BBVA Research proyecta un déficit alrededor de 2% para 2023 y 2024, consistente con un nivel de deuda pública bruta que en estos dos años seguirá entre 34% y 35% del PBI, pero que más adelante mostrará cierta tendencia al alza.
Este año, los ingresos del gobierno mejoraron gracias a la mayor recaudación por impuesto a la renta del sector minero y la recuperación de la actividad. Este efecto se disipará en los años siguientes mientras el gasto público se reducirá a niveles cercanos al 20% del PBI.
“No obstante, existen presiones para incrementar el gasto fiscal con iniciativas provenientes del Ejecutivo y el Legislativo lo que podría repercutir negativamente sobre la calificación crediticia en los próximos años”, advierte BBVA Research.
Tipo de cambio
La moneda local mostrará cierta debilidad en 2023, en un entorno de mayor percepción global de riesgo y disminución del diferencial de tasas de interés entre soles y dólares, con lo que disminuirá el apetito por activos de economías emergentes.
En se sentido, BBVA Research proyecta que, luego de concluir 2022 entre S/ 3,85 y S/ 3,95 por dólar, el tipo de cambio finalizará entre S/ 4.00 y S/ 4.10 por dólar en el 2023.
“Para los siguientes meses anticipamos que la dinámica cambiaria estará más vinculada a factores externos (ajuste monetario de la Fed y menor apetito por riesgo inducirán salida de capitales de emergentes)”, indicó la entidad bancaria.
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Si bien el Banco Central de Reserva (BCR) del Perú está cerca a terminar su ciclo alcista de tasa de política, se prevé que la FED todavía hará ajustes adicionales lo que inducirá una menor demanda por instrumentos financieros en soles ante un rendimiento relativo menos favorable. A esto se sumará el menor apetito por riesgo como resultado de la desaceleración global, generando salidas de capitales de mercados emergentes.
Inflación y política monetaria
Según el BBVA Research, la inflación concluirá el 2022 en torno a 8,0% y el próximo alrededor de 3,5%. A corto plazo, la inflación mostrará resistencia a bajar.
Sin embargo, desde marzo de 2023 su retroceso será más notorio, gracias a una base de comparación interanual favorable y cotizaciones internacionales de insumos alimentarios y del petróleo con tendencia a la baja.
“En un contexto inflacionario desfavorable, no se descarta que el BCR ajuste algo más su tasa de política monetaria. Se prevé que la tasa de referencia está a punto de alcanzar su nivel terminal”, según refiere la entidad bancaria.
Si bien la inflación total se viene reduciendo desde junio, lo hace solo lentamente y la subyacente (que excluye alimentos y energía) no cede aún. A ello se agregan expectativas de inflación desancladas para completar un panorama inflacionario retador.
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En un contexto de inflación aún elevada, así como de expectativas inflacionarias que continúan ubicándose por encima del rango meta, no se descarta que el BCR eleve algo más su tasa de interés de referencia, a pesar de la desaceleración de la actividad.
Más adelante, a mediados de 2023, cuando la inflación esté en un franco descenso y la FED haya pausado, el BCR encontrará espacio para empezar a normalizar la política monetaria llevándola hacia una posición más neutral. “En ese sentido, no descartamos algún ajuste adicional a la posición de política monetaria”, indica el BBVA Research.
En 2023, en un contexto de reducción más clara de la inflación y de pausa de la FED, el BCR empezará una reducción cautelosa de la tasa de referencia, que se acelerará en el 2024.
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