Con la llegada de las fiestas navideñas en los países de esta parte del mundo, se ponen de manifiesto una serie de tradiciones que con el pasar del tiempo ya hemos dado por sentados sin cuestionarnos cuál es su origen o por qué ocurre justamente en esta época del año.
Son varias las tradiciones que solemos repetir años tras año tanto en el trabajo como con los amigos y familiares. Entre estas tenemos el compartir, el amigo secreto y la gratificación.
Otra es aquella que también sirve como ayuda a la despensa de la casa es la clásica canasta navideña.
¿De qué trata?
La canasta navideña es ese regalo que se pueden hacer entre familiares y amigos como demostración de cariño y afecto entre ellos.
De igual manera, la mayoría de empresarios del Perú tomó esta costumbre como reconocimiento a sus trabajadores para fortalecer el vínculo entre empleado y empleador. Y qué mejor que con comida, que todo lo une.
Este, sin embargo, no es una obligación de las empresas, ya que algunas consideran que con la entrega de la gratificación es más que suficiente.
Gracias al dios Saturno
Los antecedentes más remotos nos llevan hasta la época del Imperio Romano y las muy conocidas Saturnales que era celebraciones que se desarrollaban desde una semana antes del 25 de diciembre.
Durante estos siete días, la población romana en su totalidad, amos y esclavos, se unían en un solo gesto de amabilidad y festejo para honrar al dios Saturno. Justamente en ese espíritu, los que eran patrones solían regalar canastas de comida a sus trabajadores. Con el tiempo, esta costumbre fue pasando al olvido para solo entregar determinado monto de dinero, dando paso al primer antecedente de los aguinaldos.
Tuvieron que pasar varios siglos después para que la costumbre vuelva a ponerse de moda. Pero no tanto en una moderna Italia, sino más bien en países como España e Inglaterra.
Con relación a nuestra Madre Patria, fue el sector público que comenzó con esta tradición que poco a poco fue copiada por el sector privado. En el caso del país anglosajón, la entrega de estas canastas se habría comenzado a dar a en el Siglo XIX.
Cada quien con su costumbre
Si bien es cierto el concepto de la canasta navideña es el mismo en los países mencionados, cada uno ha tomado sus propias características con los productos que disponen.
Por ejemplo, en Italia es usual colocar el tradicional ‘pandoro’ (pan preparado especialmente para Navidad). O en todo caso el ‘panettone’. Otro infaltable es la botella de licor, generalmente es una botella de un buen vino.
Por su parte, en España las también llamadas ‘lotes de navidad’ suelen incluir turrones o polvorones (una torta pequeña). Otra de sus tradiciones, que se han hecho populares en otras partes, del mundo es el incluir embutidos, patés y una bebida alcohólica, casi siempre una botella de vino tinto.
Con relación a Latinoamérica, México es uno de los países que también ha cogido esta tradición. Aunque en el país azteca también se suelen entregar estas canastas entre familiares. Aquí también se regalan embutidos y licor. En este caso, la mayoría prefiere tequila.
En el Perú
Con el correr de los años, nuestro país también tomó esta costumbre de los migrantes españoles que iban llegando a principios del siglo XX y de a pocos se hizo costumbre en muchas empresas agasajara a sus trabajadores.
Solo que en la caso peruano le dieron más importancia a los productos de la despensa que podría ser utilizado para la misma noche del 24 de diciembre previa a la Navidad como pueden ser: arroz, azúcar, leche, chocolate para taza, conservas, algún espumante, panetón, entre otros.
Lo bueno es que muchas veces no es necesario que uno mismo las prepare, pues en algunos supermercados se venden ya listas para llevar. Las hay de todo tamaño y precios, por lo que si no encuentras nada para regalar a alguien que estimas mucho, regalar una canasta navideña puede ser una buena opción.
En ese sentido, y para darle un toque más personal, la puedes personalizar con peluches, adornos navideños, con cartas o postales de felicitaciones. El único límite para demostrar tu afecto está en la imaginación.
Otra opción para ponerle tu firma a la canasta que planeas regalar es el hecho de poder incluir en el paquete una botella de aceite de oliva, una lata de melocotones en almíbar o alguna otra de filetes de atún. Y es que a pesar que estos alimentos se pueden consumir en cualquier parte del año, suelen ser parte de la canasta navideña como un bonito detalle.
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