Lugares para relajarse y renovar energías en el Perú hay muchos, pero uno de los más importantes son Los Baños del Inca, ubicados en el distrito del mismo nombre, en Cajamarca. Este sitio turístico no solo sorprende por sus aguas termales naturales, sino también por la rica historia que hay detrás.
Este complejo turístico se encuentra a una altitud de 2.667 metros. Se conforma por una serie de atractivos que combinan a la perfección flora, fauna y restos arqueológicos. Cuenta con aguas termales cuyas temperaturas superan los 70 °C.
Según varios relatos, los Baños del Inca fueron construidos por la cultura Caxamarka, que se asentó en el lugar 200 años antes de Cristo hasta 1300 después de Cristo y que se destinó como centro ceremonial para realizar sanaciones a los habitantes y también cultos al agua.
Antes de la llegada de los conquistadores españoles, los Baños del Inca era originalmente conocido como “Pultumarka”, palabra en quechua que significa “agua caliente”. Años más tarde, los incas conquistaron a los caxarmakas, aproximadamente 182 años antes de la llegada de los europeos.
Fueron los incas los encargados de difundir la importancia de bañarse con las aguas termales, convirtiéndose en los primeros en promover el turismo a Los Baños del Inca. Uno de sus atractivos es el balneario, donde se aseaba y tomaba baños relajantes el Inca Pachacútec. Además, según los historiadores, fue donde Atahualpa tuvo un importante encuentro -el primero- con los españoles en el año de 1532, durante la época de la conquista.
Aunque todos llaman y reconocen como “Atahualpa” al último gobernador del Imperio de los Incas, su verdadero nombre no era precisamente ese. Atahuallpa viene de Atha: nudo y Wallpa: gallina, “gallina atada”, por lo que no tiene sentido ese nombre para un soberano de toda Sudamérica. Además, las gallinas fueron traídas por los españoles, no existían cuando el inca había nacido. En sí, el nombre fue puesto por los españoles al verlo llorando en la despedida de su familia. El cronista Sarmiento de Gamboa, fue el primero en llamarlo así como si fuera su nombre. Sin embargo, su verdadero nombre era “Atabalipa”, cuyo significado es “hombre fuerte y valiente”. Todos los documentos de inicios de la conquista (1532-1560) lo reconocen así.
Túpac Yupanqui y Huáscar también se bañaron y renovaron energías en este lugar, que contiene aguas termominerales con metales como: sodio, magnesio, calcio, cinc, manganeso, cobre y hierro. Además, se les atribuye propiedades medicinales y terapéuticas para personas con enfermedades dérmicas, reumáticas y nerviosas.
Asimismo, como parte del atractivo arqueológico, cerca del lugar se pueden ubicar las famosas pinturas rupestres de Callacpuma, los cuales tienen aproximadamente más de 3.000 años de antigüedad, y lo puedes hallar a tan solo 2 kilómetros del complejo turístico Baños del Inca.
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