La Navidad está muy asociada a la nieve, por cómo lo viven en el hemisferio norta. Esto es algo que no acostumbramos a ver en Lima, al menos en la metrópolis. Sin embargo, a muy pocas horas, podemos encontrar el Nevado Paccha, un lugar que te sorprenderá, pero al que pocos llegan por la dificultad que tiene: 5.350 metros sobre el nivel del mar. Una de ellas es Ema Rizo Patrón, quien coronó esta montaña en octubre del 2018.
El camino de Ema
“Éramos un grupo de 10 personas, pero no todos íbamos a subir al nevado Paccha. El primer y segundo día los usamos para aclimatarnos. Nos levantamos temprano por la mañana para subir a Ticlio (4,818 msnm) y hacer una pequeña caminata en ascenso”, relata Rizo Patrón en el blog Perú Nomada. Ese primer ascenso los ayudó a saber qué limitaciones tenía cada uno y qué tan preparados estaban para lo que seguía.
Llegó el tercer día y Richard Hidalgo, quien falleció poco después, en mayo del 2019, dijo: “Nos vamos al campamento base, cojan lo que van a usar y lo demás lo dejan en el carro”. Ella llevó unas botas enormes, un pantalón grande impermeable, una mochila que solo tenía su sleeping, y un par de calentadores. Unos piolets y una botella de agua. No llevar tanta ropa le aligeró la carga y ayudó en el ascenso. Esa noche durmió como un bebé y a las 5:30 ya estaba lista para salir.
Eran 7 finalmente: 4 inexpertos (ella incluida como tercera en la segunda línea), Richard Hidalgo y 2 guías de Huaraz. Subieron la morrena sin problemas, pero al llegar al glaciar empezó a nevar y eso le generó miedo. A pesar de estar cansados por el desgaste físico y por la altura, mantuvieron el ritmo.
La tensión llegó. Estaban solos en medio de la montaña, sin ruido alguno y los expertos hablaron de una “placa”, que no significan buenas noticias, pues es cuando el lugar está cargado de nieve, una zona peligrosa con posibilidades de avalancha. Brenda, una de sus amigas que acompañaba en el ascenso, se detuvo, no podía más. Ema acompañó el freno.
“Me volví una estatua. Por un momento sentí mi alma fuera del cuerpo, como si estuviera en el cielo. Pensé que ya nos había caído el alud encima. Pero solo bastó que me golpeara por la espalda una bola de nieve y escuchar un fuerte grito de Eder (experto) que me hizo acelerar nuevamente y seguir caminando”, relata. “Apúrate que seguimos en la placa”, le dijo Eder.
Luego de seis horas y con una gran valentía, los siete que iniciaron el viaje a la cima llegaron al Nevado Paccha. “La satisfacción que tenía era incomparable”, comenta Ema. Tocaba el descenso, que tampoco era sencillo. Además, la valiente mujer había sufrido un golpe en la rodilla, la misma donde tiempo atrás había sufrido una lesión. “Por momentos, las piedras se encontraban tan lejos una de la otra, que tenía que abrazarme a ellas y deslizar mi cuerpo para seguir descendiendo”, comenta recordando el miedo que tuvo.
Caminar sola por un momento la ayudó a tranquilizarse y volver a pensar en positivo, algo clave en estas aventuras. Finalmente, llegaron a la base luego de cuatro horas.
Cómo llegar desde Lima
La Cordillera Central se encuentra en los Andes orientales del centro del Perú. Se extienden entre los límites de Lima y Junín y poseen muchísimas cumbres aun sin ascender o con muy pocos ascensos. Para llegar a este lugar se debe tomar la Carretera Central hasta San Mateo. Lo recomendable es pernoctar allí, pero se puede ir de corrido hasta el kilómetro 103, donde se encuentra una zona llamada Río Blanco. Desde ahí se debe salir de la carretera y tomar el camino hacia la represa de Yurucmayo, para luego caminar hasta el campamento base.
El viaje desde Lima es de aproximadamente 5 horas, dependiendo del tráfico y la hora de partida. Son 155 kilómetros de recorrido. Además, se debe subir con un guía o un experto. Ema tuvo la oportunidad de hacerlo con Richard Hidalgo, montañista experto peruano que subió el Everest.
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