Normas para ser aceptados socialmente. La adolescencia es una de las etapas en la que atravesamos más procesos. Durante esta edad (10 a 19 años, según Unicef) buscamos encajar en ciertos grupos. Sin embargo, este proceso no siempre se desarrolla de una manera sana. El “PPT San Silvestre”, como lo llaman, contiene una serie de normas creadas por alumnas de 13 y 14 años de edad que se deben seguir para ser consideradas en círculos sociales.
“Cosas que nos van a ayudar demasiado para conseguir grupo: push up [brasier que resalta el tamaño de los senos], no ser pavas, socializar y Asia”, se lee en una de las diapositivas que se viralizaron en TikTok. Dentro de los consejos que ofrecen las menores, también se encuentra preguntar el costo de los productos que usan otras personas, porque “ayuda demasiado a caerle bien a la gente”.
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En busca de la aceptación
La difusión de esta diapositiva ha causado la burla y crítica de cientos de usuarios en redes sociales. Sin embargo, detrás de todas las reglas planteadas por las adolescentes existe un proceso totalmente válido que forma parte de esta etapa de la vida: la aceptación social. Sentirse queridos y validados por las personas de nuestro alrededor es una necesidad de todos los humanos, pero, en ocasiones, puede convertirse en acciones poco saludables que podrían perjudicar nuestra salud física y mental.
Para el psicólogo César Augusto Carranza, de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, la necesidad de sentirse aceptado en la etapa de la adolescencia debe ser considerado un tema “prioritario” y debe ser tomado en cuenta por padres y educadores.
“La aceptación social es sumamente importante, es un tema prioritario. La necesidad de ser aceptado por un grupo cubre necesidades de autoestima, necesidades de seguridad, necesidades de imagen personal, necesidades de afecto y de pertenencia también. Por eso es que se forman muchos grupos en estas edades de diversas índole. Es una necesidad fuerte y la cuestión social cobra una preponderancia muy alta que se mezcla con la parte evolutiva también de madurez”, explica.
Según el especialista, durante la adolescencia se producen cambios hormonales y de pensamiento que genera que los jóvenes estén más pendientes de sí mismos y de sus relaciones con los demás. Por ello se centran también en las necesidades afectivas y en los grupos en los cuales pertenecen o les gustaría pertenecer. “Eso se mezcla con la presión de grupo. Hay una presión social que está movido en función a los medios, en función a las modas, en función a intereses económicos”, acotó.
Pero eso no es todo. Con la llegada del internet y las diversas plataformas, los adolescentes han tenido que experimentar nuevos escenarios y, a su vez, nuevos retos. Uno de estos son las redes sociales, donde determinados personajes han construido y difundido ciertos patrones de conducta, vestimenta e imagen que muchas personas desean seguir. No obstante, esto puede establecer una visión idealista y poco real de cómo es la vida de las personas, lo cual puede impactar en la autoestima de los menores, quienes intentarán imitar estos comportamientos.
La propagación de videos, fotografías y demás contenido de índole personal en redes sociales también sitúan a las adolescentes a un nuevo panorama: la exposición a críticas sobre sus cuerpos. Y la PPT San Silvestre no es ajena a esto. Una de las reglas que establecieron las menores hacía referencia a la forma en que posan en las fotografías que publican en redes sociales. Carranza explicó a Infobae que esto puede impactar negativamente en la autoestima de las jóvenes, quienes pueden estar sumamente pendientes a los comentarios sobre el contenido que publican en sus cuentas.
“Si hay modelos o patrones que tienen mayor aceptación social, las adolescentes van a querer imitar esos modelos. Por ejemplo, la forma de vestir, de peinarse, de comer. Pero la tendencia y lo masivo puede ser dañino. Ahí se está buscando un referente con el cual identificarse”, aseveró.
Posibles riesgos
Si bien la búsqueda de aceptación en la adolescencia puede considerarse como un proceso normal en este período, si no es acompañado por los responsables de los menores, puede convertirse en un procedimiento poco sano que podría terminar perjudicando la salud de las adolescentes. De acuerdo a la psicóloga Marcela Quispe, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma del Perú, los chicos podrían adoptar comportamientos que terminen dañando su autoestima.
“La autoestima en los adolescentes es una variable psicológica muy importante. En todos nosotros, en realidad, pero sobre todo en la adolescencia, porque aparecen cambios físicos que generan inseguridades. Entonces, le dan mucho valor a la parte física y muchas veces se hacen modificaciones en su apariencia para seguir ciertas modas porque es lo aceptado”, señaló.
La experta en psicología afirmó que es necesario que los padres acompañen a sus hijos en la etapa de la adolescencia para evitar patrones dañinos. Quispe afirmó que la presencia de los papás y mamás durante este período es sumamente importante porque en esta edad los jóvenes atraviesan cambios físicos que pueden afectar su seguridad y confianza en ellos mismos. Esta situación podría propiciar que se adopten malas conductas con tal de sentirse validados.
“Estos cambios físicos, propios de la pubertad, generan inseguridad en adolescentes que no han tenido dentro de su ambiente familiar una relación con sus padres que les haya permitido generar una autoestima adecuada. Entonces, cuando llegan a la adolescencia, aparecen estos cambios y no se sienten seguros de lo que valen, caen en una baja autoestima y podrían caer en depresión”, dijo.
Recomendaciones
Marcela Quispe ofreció a Infobae una serie de recomendaciones para identificar si los jóvenes se encuentran en un estado de riesgo.
- Identificar conductas poco usuales. De acuerdo a la experta, todos los padres conocen la forma en la cual se comportan sus hijos. Por ello, deben estar pendientes de cambios repentinos que involucren su estado normal de ánimo o de conducta. Por ejemplo, si eran niños muy comunicativos y luego comienzan a callar, podría ser una señal de que algo está ocurriendo.
- Cambios de ánimo. Quispe precisó que este también es un factor que deben de tomar en cuenta los responsables de los menores. “Cuando los papás ven estos cambios quiere decir que algo está ocurriendo. Puede ser que a su hijo o a su hija antes le hacía feliz asistir a talleres deportivos, pero ahora ya no. Dice que está enfermo y ya no quiere ir. Eso nos dice que algo está ocurriendo allí”, agregó.
- Cambios en la alimentación. Una de las consecuencias que puede generar un dañino proceso de aceptación social son los trastornos psicológicos. Muchos adolescentes por intentar alcanzar la figura “ideal” de cuerpos dejan los hábitos alimenticios saludables de lado, lo cual puede ocasionar trastornos alimenticios que terminan perjudicando la salud de los menores.
Por ello, la especialista recomendó a los padres de familia no perder de vista qué consumen sus hijos usualmente y cómo su comportamiento con las comidas. “Por ejemplo, si mi hijo antes se moría por comerse una hamburguesa y ahora ya no, probablemente esta chica o chico, esté ya buscando modificar su imagen en cuanto a su peso”, resaltó.
- Evitar críticas. Los menores pueden acudir a los padres para comentarles sobre determinadas situaciones o emociones que pueden estar experimentando, sin embargo, muchas veces estos pedidos de escucha o apoyo no son bien recibidos por los padres, quienes llegan a minimizar los sentimientos que sus hijos están experimentando. “Algunos papás suelen decir ‘¿Por eso te pones así?’. Ante este tipo de comentarios, los chicos ya no vuelven a comentar porque sienten que sus papás no los comprenden. La idea es que los papás escuchen y no critiquen porque para sus hijos esa problemática es importante”, añadió.
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