El último 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Partiendo de ese punto, solo durante el mes de octubre se reportaron 16 feminicidios en el Perú, de acuerdo con un informe presentado por la Defensoría del Pueblo.
De ese modo, con dicha cifra se habrían registrado 117 asesinatos de mujeres a manos de hombres en lo que va del presente año. De ese total, un 16% (19 casos) ya había sido reportado como una desaparición.
Además, 277 niñas y adolescentes y 174 adultas formaron parte de las 451 alertas por desaparición en el pasado mes. Esa situación refleja que ningún rango de edad o estado civil descarta que una mujer se convierta en víctima de esta problemática diaria.
Entre las naciones latinoamericanas con mayor porcentaje (38,6%) de mujeres que al menos una vez han sido víctimas de violencia física por parte de su pareja, este país ocupa el segundo lugar junto a Colombia. Sumado a ello, tenemos una de las tasas más altas -en la región de las Américas- de feminicidios.
Para Omayra Chauca Gonzales, psicóloga especialista en género, la violencia se puede identificar no solo en los golpes físicos o el feminicidio. También “existen las desigualdades de género, la violencia psicológica o simbólica que inician dentro de los diferentes espacios, como de pareja, el hogar, laboral o estudiantil”, detalló a Infobae.
“En el caso de las simbólicas, se da cuando hay tipos de lenguaje no inclusivos, hay también acciones en las cuales no se toma en cuenta que las mujeres, por ejemplo, tenemos una desigualdad con la carga laboral, con la carga familiar. También, cuando se mantienen los estereotipos de género, cuando hay estas desigualdades de trato donde por el hecho por ser mujer, no se puede acceder a ciertas participaciones políticas o la palabra no es tan evidente”, destacó.
Respecto a los casos donde está involucrada una pareja, la especialista resalta que los vínculos se pueden llegar a romantizar, por lo que “no se dan cuenta de estos pequeños detalles que podrían generar violencia de género, como son los celos, el control”.
“Además, en el caso de la violencia psicológica, que es el menosprecio, el maltrato, existe también no solamente en espacios de pareja, sino también en las escuelas, en las universidades. Hay que recordar que ningún tipo de violencia, como en este caso la física, la psicológica o la verbal, suceden únicamente. O sea, pueden ser interdependientes o suceden todos a la vez”, precisó en conversación con este medio.
Apoyo en casos de violencia
Chauca Gonzales señala que para apoyar a una víctima de violencia de género, lo principal es tener una actitud que no juzgue.
“Este caso implica no dar, por ejemplo, mensajes como ‘pero tú lo permites’ o ‘a ti te gusta estar ahí’, o ‘tienes que soportarlo porque es tu esposo, es tu pareja, es el papá de tus hijos’. Entonces, al contrario, siempre se debe ir sin juzgar y sin un mandato”, detalla.
Del mismo modo, la psicóloga especialista en género reitera para este medio que “si nosotros nos alejamos al ver que esa persona reincide con su agresor, lo que vamos a propiciar es que esa persona se sienta aislada, juzgada y que obviamente no encuentre ayuda”.
“El acompañamiento o la presencia la escucha o saber que cuenta con una llamada, es algo muy importante porque si eso no sucediera esta persona podría ser víctima de feminicidio, que es lo que suele suceder”, asevera.
De ese modo, resaltó también que muchas mujeres tampoco cuentan sus historias a otras personas, mucho menos a sus familias, “por el miedo a la preocupación, por el miedo que se sienta juzgada, por el miedo a que se sientan incomprendidas”.
“Lo otro también es proponerle denunciar, no tanto de manera policial, sino también por redes sociales, o como esta persona sienta que merece justicia. Creo que también nos olvidamos a veces de preguntar qué es lo que ella quiere, si ella tiene miedo a quedarse sola o que no quiere que sus hijos estén solos. Se debe ir encontrando, a partir de preguntas, qué es lo que ella desea tratar de encontrar u otras formas en las que podemos ayudarles para que no se mantengan en violencia”, indicó Chauca.
Importancia de intervenir
Por otro lado, la especialista acota que es fundamental que las personas podamos intervenir al menos con “comentarios, con apoyos, con ayuda, porque si no abrimos este tejido de acompañamiento, las víctimas van a seguir en aumento”.
“Lo ideal es no insistir si esa persona ha dicho que no necesita ayuda porque recordemos que al estar en el vínculo de la violencia, está con mucha vulnerabilidad emocional y psicológica. Entonces, hay muchas condiciones, no solo psicológicas, sino también económicas y sociales, que hacen que la persona no salga de estos vínculos de violencia”, agrega.
En esa línea, recalca que “tenemos que entender que para que esta persona decida salir del ciclo de violencia, no es una decisión que se toma de la noche a la mañana, toma su tiempo”. Así, añade que “no es un hecho de aceptar, si no es un hecho de comprender”.
Entonces, cuando la víctima logra dicho objetivo, la psicóloga explica que “lo mejor siempre es alejarse de ese lugar, salir de ese espacio, retomar la vida, tomar acompañamientos psicológico, retomar sus lazos familiares, proyectos de vida”.
“Por otro lado, el rol del acompañamiento continuo no tiene una fecha específica, pero siempre es necesario no solamente acompañarla a salir y listo, si no ser un soporte mutuo y también enseñar que esta persona va a tener que comenzar a construir su propia autonomía e independencia”, finalizó.
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