En el Perú existen alrededor de 3 millones de pequeñas y medianas empresas (pymes), pero solo el 5,8% de estos negocios accede a algún tipo de financiamiento de la banca tradicional, señaló el presidente de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Rodolfo Ojeda, quien consideró que ello “es un gran problema” dado que, en el contexto actual y ante la falta de liquidez, las pymes necesitan de créditos para reactivarse.
“Necesitamos inyectarnos de capital de trabajo, pero no podemos sobrevivir si los bancos nos ofrecen tasas altas que bordean en promedio el 36%, aparte de cumplir con exigentes requisitos que al final terminan ahogándonos como empresa”, remarcó el representante empresarial, quien participó en la XX Expo Pyme 2022: Del Emprendimiento a la Gestión de Clase Mundial, organizada por la CCL.
Ante este inconveniente de financiamiento para las pymes, el ejecutivo consideró importante trabajar en propuestas y estrategias integrales que permitan un mayor acceso a créditos y menores tasas para las pequeñas y medianas empresas, así como a mayores facilidades para el financiamiento. “Actualmente nuestro país produce más de US$ 889.000 millones al año, donde el 97% proviene de los esfuerzos de nuestras pymes, las que cuentan con una política empresarial que ha costado años implementarla”, anotó.
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De igual manera, Ojeda indicó que existen normas vigentes que afectan a las pymes, entre ellas el nuevo reglamento de garantías mobiliarias, el cual busca que las pequeñas empresas financien sus negocios con activos mobiliarios (maquinaria, autos, etc.). Sin embargo, según refirió, la norma no ha favorecido a la mayoría de estas unidades productivas. Añadió que, ante este escenario de incertidumbre, las pymes necesitan ser más competitivas y productivas, no solo para el mercado local, sino para que tengan mayor presencia en el ámbito internacional.
En esa línea, el presidente de del Gremio de la Pequeña Empresa indicó que las pymes dan trabajo a más de 12 millones de peruanos, siendo un pilar fundamental en la economía; no obstante, refirió que necesitan de más herramientas financieras y elementos que permitan organizarse de manera eficiente para que puedan crecer y obtener mayores ventas.
Formalización
Así también, Ojeda resaltó que su sector requiere de reformas tributarias específicas que incentiven la formalización empresarial, ya que la mayoría de las pymes que son el motor económico del Perú, se encuentran en la informalidad. “El esfuerzo de los emprendedores peruanos son reconocidas como el corazón y motor de desarrollo de cada país”, destacó el ejecutivo.
En esa línea, el Socio del Estudio Picón & Asociados, Jorge Bravo Cucci, consideró que el actual sistema tributario para las micro, pequeñas y medianas empresas es “poco inteligente y caótico”, el cual evidencia un total desconocimiento de la situación y necesidades de estos negocios. En ese sentido, dijo que el Perú necesita un régimen tributario sencillo necesario para el crecimiento y que motive a la formalización.
Estado disfuncional
En cuanto a materia económica que involucra también a las pymes, el socio de Macroconsult, Elmer Cuba, resaltó que Perú tiene una fortaleza macroeconómica debido a un adecuado manejo de la política fiscal y monetaria, requisito indispensable para retomar el desarrollo y crecimiento económico. Sin embargo, en la actual administración gubernamental no se tiene políticas públicas eficientes para que promuevan el crecimiento económico.
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“En el tema fiscal, Perú tiene una baja deuda lo cual es bien percibido por los mercados internacionales, que, junto a Chile, son los únicos países de la región que cuentan con grado de inversión. Ello tiene efectos positivos en los mercados pues le permite tasas baratas de endeudamiento. No obstante, el desarrollo económico también requiere de un Estado fuerte, pues el actual es disfuncional, debido a que carece de políticas públicas que promuevan la inversión y el empleo”, sostuvo el economista.
Precisamente, ello se refleja en la actual administración del presidente Castillo, donde la producción nacional ha ido desacelerándose en estos dos años llegando a 2,5%, cifra que está por debajo del PBI mundial (3,0%) y regional (2,6%). “Ello evidencia que no hemos avanzado en reformas puntuales necesarias para los sectores de educación, salud, infraestructura; entre otros. Por tanto, la economía necesita un relanzamiento (medidas) y no de políticas públicas pobres”, puntualizó.
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